Apple reclama a Samsung 2.095 millones por los daños derivados de la guerra de patentes
Apple reclamará el próximo lunes a Samsung 2.525 millones de dólares (2.095 millones de euros) por los daños derivados de su guerra de patentes. Lo hará durante el juicio que mantendrán ambos gigantes de la electrónica de consumo en San José (California). El fabricante del iPhone y del iPad ha fijado esa cifra, según consta en un documento, tras determinar que, "gracias a usar ilegalmente sus patentes y a que le ha copiado", la compañía surcoreana ha logrado situarse como el mayor fabricante del mundo de smartphones y ha obtenido "miles de millones de dólares de beneficios". Mientras, apunta, tales prácticas le ha costado a ella 500 millones de beneficios. Apple también dijo que buscará una orden judicial para detener violaciones futuras de sus patentes.
La respuesta de Samsung también ha sido contundente. La firma asiática acusó este martes a Apple de tratar de "impedir la competencia legítima y de limitar la elección del consumidor con el fin de mantener sus beneficios históricamente exorbitantes". Samsung fue más allá y dijo que es la compañía de la manzana quien debería pagar por usar su tecnología patentada, "y sin la cual Apple no habría podido convertirse en un jugador tan exitoso en la industria de las telecomunicaciones móviles."
Ambas compañías, que rivalizan por dominar el mercado de los dispositivos móviles (smartphones y tabletas) llevan meses librando una dura batalla legal en muchos países. Y han intentado alcanzar, sin éxito, un acuerdo. Según explicó Reuters, la semana pasada tuvo lugar una conferencia de conciliación antes del juicio de EE UU en la que participaron el consejero delegado de Apple, Tim Cook, y el vicepresidente de Samsung, Choi Gee. Era la segunda reunión que mantenían, y fracasó por segunda vez. Entre otras razones, porque las compañías no se ponen de acuerdo en el valor de las patentes en disputa. Mientras, los juicios siguen. Y, ayer, un juzgado de Düsseldorf rechazó la petición de Apple para prohibir la venta de la tableta de Samsung de 10,1 pulgadas en Alemania.