Los ajustes y el menor gasto de las familias castigan al PIB
El Banco de España estima que la contracción de la actividad se aceleró al 0,4% de abril a junio y al 1% anual.
Tal y como habían preconizado no pocos analistas, los ajustes aplicados por las administraciones públicas y el menor consumo de los hogares explican buena parte del deterioro registrado por la economía española durante el segundo trimestre de este año. Según estima el Banco de España en su boletín económico correspondiente a los meses de julio y agosto, el PIB se contrajo un 0,4% en tasa intertrimestral y un 1% en tasa anual. El informe del supervisor admite que España se ha visto "fuertemente afectada" en los últimos meses por el recrudecimiento de las tensiones financieras en la zona euro.
¿Qué es lo que ha precipitado ese empeoramiento? El Banco de España cree que la economía española ha mostrado "dos fuentes relevantes de vulnerabilidad": por un lado, la situación de parte de su sistema bancario y, por otro, la percepción de que las administraciones públicas tienen dificultades para reconducir de manera efectiva las finanzas públicas hacia una senda de estabilidad. Esas "dudas" han agravado la crisis de deuda soberana, lo que, a su vez, ha precipitado la adopción de nuevas medidas de ajuste y, en general, un aumento de la sensación de pesimismo de hogares y empresas a corto y medio plazo.
Esto es lo que hace temer que la situación futura no vaya a mejorar, sino todo lo contrario. De momento, los datos relativos al segundo trimestre ya empiezan a mostrar que la caída de la actividad se ha agudizado. El organismo supervisor subraya en su estudio que la demanda nacional retrocedió de manera más acusada que el trimestre anterior (-1,2%, frente al -0,5%), ya que el gasto de las familias y la demanda de las administraciones públicas se contrajeron a un ritmo más rápido.
En el caso de los hogares, destaca cómo su consumo se redujo un 0,5% en tasa intertrimestral, muy influido por la destrucción de empleo, la pérdida de valor de la riqueza y, en general, por el clima de incertidumbre "que ha conducido a una revisión a la baja de las perspectivas económicas".
El amortiguador del sector exterior
En contraposición al deterioro que sufrieron todos los indicadores de la demanda nacional, la institución que gobierna Luis María Linde destacó en su informe que el sector exterior amortiguó en parte el impacto negativo de la caída de la actividad interna, ya que realizó una aportación positiva al PIB de ocho décimas, "más alta que la del trimestre precedente", gracias a la "moderada recuperación" de las exportaciones.
No obstante, el Banco de España puso también especial énfasis en el hecho de que el pesimismo de los mercados europeos se está contagiando en alguna medida a las bolsas mundiales y a los mercados de bonos. "En algunas economías emergentes, como China, India o Brasil, se aprecian signos de desaceleración, aunque se prevé que, en su conjunto, continúen manteniendo un dinamismo muy superior al de los países industrializados", reza el informe.
Preocupa también a la institución la evolución del empleo. Estima que este retrocedió un 4,6% en el segundo trimestre, por lo que la productividad siguió creciendo a tasas elevadas (+3,8%). La inversión en bienes de equipo disminuyó un 2,2%, mientras que la producción en construcción no residencial volvió a registrar tasas negativas.
El Banco de España elogia las reformas y medidas emprendidas por el nuevo Gobierno para tratar de asegurar el saneamiento del sistema financiero y para convencer a las autoridades comunitarias y los mercados de la capacidad de las administraciones para retomar la senda de la consolidación fiscal. Sin embargo, no oculta que es necesario seguir avanzando en la misma dirección. De hecho, insta a acelerar los logros alcanzados en el ámbito de las reformas estructurales, "liberalizando algunos sectores donde el grado de competencia es insuficiente", reduciendo trabas administrativas e introduciendo una mayor transparencia en los mercados de bienes y servicios". "Estas actuaciones pueden amortiguar el efecto negativo a corto plazo de la mayor restricción fiscal y, sobre todo, son las que van a determinar el potencial de crecimiento a medio y largo plazo de la economía y su productividad", añade el informe.
Entre las últimas iniciativas adoptadas, el supervisor destaca los efectos que podría tener el aumento del IVA desde el 18% al 21% en su tipo general y el alza del 8% al 10% del gravamen reducido. El organismo que dirige Luis María Linde apuesta por que la traslación de ese aumento fiscal a los precios finales será "parcial", debido a la recesión económica, en línea con lo sucedido en 2010.
Por tanto, su impacto sobre la inflación asegura el Banco de España que será "pasajero", ya que además de los precios que están regulados, que sí trasladarán íntegramente la subida del IVA, en el resto de los casos, su repunte puede verse compensado por el efecto de un menor coste del petróleo y sus derivados, una tendencia observada en las últimas semanas "que podría continuar en los próximos meses".
Por último, el informe pretende ensalzar la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria, ya que asegura que si esta "se aplica con rigor, será un instrumento esencial para alcanzar la disciplina presupuestaria", tal y como demandan los mercados.
Los deberes
Las reformas que aún deben profundizarseDéficit: es urgente aplicar con rigor la nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria.Paro: la reforma laboral y sus fórmulas de flexibilización pueden evitar muchos despidos.Sector exterior: fomentar políticas que aumenten la competitividad de las empresas españolas.Banca: avanzar en la unión bancaria y el saneamiento de las entidades.
La moderación salarial, principal antídoto a la destrucción de empleo
El Banco de España sigue apostando por la moderación salarial como principal instrumento para evitar una mayor destrucción de empleo y confía en que la reforma laboral permita "suavizar" el impacto de la recesión sobre los niveles de paro, según indica en su último boletín económico correspondiente a los meses de julio y agosto.El organismo supervisor asegura que la legislación previa a las dos últimas reformas laborales "fomentaba el empleo de baja productividad y una excesiva volatilidad del mismo", que, además, "se vio acentuada por las dificultades entonces existentes para modificar las condiciones laborales"."Todo ello condujo a una situación en la que el ajuste del empleo constituía la principal vía de respuesta de las empresas a los cambios en la demanda", añade.El Banco de España realiza un ejercicio teórico bajo el supuesto de que los salarios reales hubieran disminuido un 5% en el primer trimestre de 2008 y, posteriormente, se hubieran estabilizado.Como resultado, se hubieran evitado en términos acumulados hasta el cuarto trimestre de 2011 la destrucción de alrededor de un cuarto de la pérdida total de empleo observada desde el inicio de la crisis en el sector privado.Por ello, asegura que "la moderación salarial puede actuar como factor de amortiguación de la intensidad de la destrucción de empleo en las fases cíclicas recesivas".En su opinión, "cabe esperar que la última reforma laboral contribuya a facilitar la adaptación de las condiciones laborales al ciclo económico y, de esta forma, a suavizar el impacto de las caídas de la actividad sobre el empleo".Por otra parte, la situación geopolítica de algunos países árabes aún favorece los flujos turísticos hacia España, aunque los turistas británicos han comenzado a "retornar" a estos destinos del Mediterráneo Oriental, una tendencia que "por el momento" no se aprecia en el caso del turismo emisor alemán, según destacó el Banco de España.