Malos tiempos para el Senado
Íñigo Urkullu, presidente del PNV y aspirante a lehendakari, se unió el viernes a la lista de nombres que piden la supresión del Senado ante la limitada capacidad de influencia legislativa y por la necesidad de reducir el peso del sector público. La Cámara alta tiene un presupuesto de 53,21 millones de euros y se impone un debate sobre si en la coyuntura actual de extrema tensión presupuestaria sería factible prescindir de una instancia de segunda lectura como el Senado. Muchos ciudadanos, a los que se les están imponiendo importantes sacrificios en forma de subida de impuestos y bajada de salarios, se preguntan cuál es la utilidad real de esta institución. Urkullu fue incluso más allá y pidió la supresión de las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno. Todo puede ser.