"Nuestro sueño es encontrar una morfina sin adicción"

Exige un marco estable para los medicamentos de marca, sin discriminación frente a los genéricos a igual precio en la farmacia, y tiene expectativas de que sus próximos productos compensen los recortes

Es el primer director general español de la filial en Madrid de la alemana Grünenthal. Guillermo Castillo (Zaragoza, 1969), farmacéutico y MBA por Esade, lleva desde 2001 en la compañía. Primero en tareas de investigación y dos años en el cargo, justo en el momento que más se ha recrudecido la crisis y cuando el Gobierno ha tomado medidas para recortar el gasto farmacéutico.

¿De qué manera les han afectado los recortes?

Hasta ahora hemos sido capaces de compensar gracias a las inversiones que habíamos hecho. Lo que ocurre es que tenemos un panorama con menos protección de las patentes. Eso hace que estemos ante una previsión negativa sobre que no seamos capaces de compensar con los nuevos lanzamientos las medidas que nos están afectando. Lo que más sufrimos es no tener un marco estable y unas reglas de juego claras.

¿Cómo perjudica?

Tenemos que asegurar que el 25% de las ventas del grupo van a I+D. Ahora mismo es difícil poder dar una cifra de rentabilidad asegurando la estructura. Es una cadena de incertidumbre y de no saber cuáles son las reglas del juego que hacen que el sistema se resienta.

¿Por qué la especialización en dolor de Grünenthal?

Tramadol fue una molécula que cambió el paradigma del tratamiento del dolor. Es un opioide débil, una familia que jamás se utilizaba si no era para un dolor terminal. A raíz de ahí se especializó. En Grünenthal se pensó en ser líderes en dolor a nivel europeo y mundial incluso. Fue una apuesta por la focalización.

Eso les expone al fracaso si no hay nuevos productos...

El riesgo es mayor si no hay nuevos productos. Estamos tranquilos porque tenemos un nuevo producto en fase III antes de salir al mercado que queremos lanzar en 2015, máximo en 2016. Es un fármaco específico para dolor neuropático puro. Nuestro sueño como compañía es tener una morfina que no provoque adicción ni intolerancia.

¿Qué supone para el grupo la pérdida de patentes?

Nos afecta y mucho. Nosotros no tenemos genéricos. Cuando hay un genérico y una marca al mismo precio, el farmacéutico tiene que dar el genérico. Por lo que te sientes totalmente desprotegido. No puedes hacer nada y no hay ninguna razón para que sea así. Efectivamente hay que hacer sostenible el sistema sanitario y hay que hacer sacrificios por parte de todos. Yo acepto los sacrificios, lo que no se entiende es que se tomen medidas que favorecen a unos y perjudican a otros. Y que además no suponen un ahorro.

¿Qué patente perderán próximamente?

En septiembre perdemos la patente de Zaldiar analgésico. Ahora vendemos unos 23 millones de euros. Tendremos que bajar un 40% el precio de forma automática y ya hay 21 genéricos aprobados que están esperando a salir. Vamos a perder un 60% en volumen.

¿Cuáles son sus planes para España?

Seguimos apostando por los ensayos clínicos en España y por lanzar los nuevos productos. De nuestro histórico, también tenemos producto para el sistema nervioso, para el alzhéimer, por lo que tenemos una experiencia importante y queremos seguir apostando por esta área. Buscamos algún socio en alzhéimer.

La empresa es de capital 100% familiar. ¿Tiene planes para salir a Bolsa?

No. Hay dos cosas que tiene muy claras la familia Wirtz: no salir a Bolsa y no vender la compañía. Somos una empresa muy llamativa para una compra estratégica. Porque somos una firma mediana, muy especializada y muy limpia, porque hemos desinvertido en toda la parte que no era el core business. Se está cómodo porque tenemos un hueco en el mercado, una cuota de mercado del dolor del 14,5% y estamos en el top 20 de facturación global.

¿Y hay cantos de sirena?

Hay cantos internos. Siempre hay alguien que dice que ha oído que nos van a comprar. Puedo asegurar que no hay ningún plan. Sí que ha habido empresas que han llamado a la puerta, hace dos o tres años.

¿Cómo afecta el dolor a las bajas laborales?

La última encuesta que tenemos habla de que las personas que trabajan con dolor tienen un absentismo 16 veces mayor que el resto de trabajadores. Es un problema que afecta al ámbito económico, familiar, emocional... y es un problema que repercute en el gasto sanitario, porque una persona con dolor crónico suele padecer depresión, en concreto un 24% de las personas con este la tiene. A nivel europeo hay una estimación que dice que el dolor crónico hace que se pierdan 500 millones de días de trabajo al año, y entre un 2,2% y un 2,8% del PIB.

Sin novedades en analgésicos en 25 años

Grünenthal nació en 1946, fundada por la familia Wirtz, que sigue conservando el control de la firma. En España está presente desde 1979, cuando se hizo con una participación de los laboratorios Andrómaco.La firma lanzó a finales de los años cincuenta la talidomida, un fármaco que produjo enormes efectos adversos en los fetos de mujeres embarazadas. Un hecho que cambió la forma de regular las aprobaciones de medicamentos.En la actualidad cuenta con productos relevantes como un parche de buprenorfina, lidocaína o tramadol. Pero las innovaciones en estos fármacos son escasas. "Hace 25 años que no se lanza una novedad farmacológica en el mercado de la analgesia a nivel mundial", reconoce. "En general, es muy difícil hacer investigación en analgesia porque lo que mides, que es el dolor, es subjetivo".El laboratorio facturó 950 millones a nivel mundial en 2011 y 130 en España, que es la filial más importante fuera de Alemania, y emplea a 270 personas. La matriz "exige mucho para poder invertir un 25% en I+D, nos exige una rentabilidad por encima del 30%, porque además es una inversión con mucho riesgo". Pero considera que es mejor trabajar en una empresa familiar. "Es preferible en estos tiempos. Porque en una multinacional en Bolsa, el inversor no perdona la rentabilidad por acción. Si mañana cambia la situación algo, la familia puede ser algo más flexible".