La biotecnología resiste como la Galia
El sector sigue creciendo y generando empleo en plena crisis, aunque se abren interrogantes cuando la recesión se agudiza.
Como el poblado de la Galia de Astérix y Obélix resistiendo contra Roma, la industria biotecnológica aguanta la crisis. Al menos hasta finales de 2010, según el Informe Asebio presentado el martes en Madrid.
El estudio recoge la radiografía realizada al sector por el Instituto Nacional de Estadística con datos de 2010. Destaca la cifra de negocios global, que alcanzó los 60.122 millones de euros, el 11% más que el año anterior. Y ya representa el 5,72% del PIB, casi el doble que en 2008. Pero, en gran parte, su éxito depende de su condición de industria naciente, que hace apenas una década no existía, por lo que se han dado hasta la fecha grandes crecimientos. La duda es cómo está afectando al sector el agravamiento de la crisis en los dos últimos años, con recortes de ayudas públicas, de las que son tan dependientes las empresas basadas en la I+D+i.
"El compromiso no se demuestra con buenas palabras sino con hechos que le acompañen y los hechos son que seguimos manteniendo un diferencial mínimo de dos puntos porcentuales sobre el PIB respecto de los países de nuestro entorno más próximo en inversiones públicas en I+D. Eso sin entrar en el contexto de otros países emergentes donde dicho porcentaje alcanza valores muy superiores", se quejaba -el martes en la presentación del informe- José María Fernández Sousa Faro, presidente del grupo Zeltia. Y es que a pesar del optimismo que refleja el estudio y que se trasladó a su presentación, las empresas muestran su nerviosismo. La propia patronal recoge factores que dificultan el desarrollo, como son el conseguir financiación, el largo periodo para alcanzar la rentabilidad y el coste elevado de la innovación. Aun así, el índice Asebio, que mide la opinión de los actores del sector, continúa en positivo.
El número de empresas que realizan actividades relacionadas con la biotecnología ha sido de 1.715, un 12,8% más que en 2009. De ellas, 617 firmas se dedican en exclusividad a esta actividad. También el empleo ofrece buenas noticias, ya que la industria ocupa a más de 160.000 personas, un 3,8% más, a contracorriente del periodo de dura destrucción de puestos de trabajo que se vive desde 2008. El gasto en I+D+i de estas compañías, además, alcanzó su máximo hasta llegar a los 568 millones de euros, un 11,2% más.
El presidente de Zeltia recordaba, sin embargo, que los proyectos innovadores precisan siempre de recursos, muy especialmente cuando están en sus inicios. "Tengamos en cuenta que por cada puesto de trabajo en I+D se generan más de 200 indirectos".
Las Administraciones aportaron, según el informe, un 25,2% de los fondos destinados por estas compañías a la innovación. En 2012, el presupuesto dedicado a esta partida ha caído un 25%, que se suma a los anteriores, y desciende tanto en subvenciones directas como en préstamos para empresas. Y los recursos del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial) han sufrido una merma del 78%, pasando de 536 a 114 millones de euros. Es precisamente este organismo el que hasta ahora ha servido como catalizador para la creación de nuevas bioempresas.
El problema es que no existe un mercado de capitales suficientemente desarrollado en España para sustituir las inversiones públicas. El capital riesgo apenas invirtió 38,2 millones de euros en el sector en 2011 (aunque también es una cifra récord en la década).
La presidenta de Asebio, Regina Revilla, también recordó a la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, algunas reclamaciones del sector. Para la patronal es necesario mantener la actual política de exenciones de avales y garantías en los préstamos para proyectos de desarrollo para facilitar su liquidez. También que se revise la implantación del pago anticipado de los créditos fiscales de deducciones en I+D+i, "lo que permitiría aplicar las deducciones acumuladas por gastos en esta partida y así competir en igualdad de condiciones con países como Francia, Gran Bretaña e Irlanda". Además exigió tener un papel más activo en el campo de las enfermedades raras para trasladar los medicamentos al mercado. Y señaló que la reforma de Sanidad "discrimina abiertamente al producto innovador a igualdad de precio y no respeta los derechos de propiedad industrial en lo que se refiere a los plazos otorgados por las patentes", ya que se prima los genéricos frente a los fármacos innovadores.
Las bioempresas de salud conforman, precisamente, una de las áreas de trabajo clave del sector (un 31% de ellas trabajan en esta actividad), junto al de la alimentación (51%).
"En el contexto de incertidumbre, zozobra financiera y quiebra de la confianza y la reputación de la otrora prestigiada marca España, el sector biotecnológico es un sector innovador, que crece, genera empleo cualificado, y que es capaz de fomentar la creación de nuevas empresas altamente cualificadas en medio de la galopante crisis económica que nos acecha", aseguraba Fernández Sousa-Faro. "Precisamente la innovación debe ser una obligación para aquellas empresas que apuestan por el futuro", añadía.
La próxima cita donde la industria se encontrará y hablará sobre su futuro se celebrará en Bilbao del 19 al 21 de septiembre, en Biospain, el encuentro bienal del sector. Donde a día de hoy se ha cubierto el 100% del área comercial y se espera duplicar, hasta 4.000, el número de reuniones de desarrollo de negocio o partnering. Un buen termómetro de que, tal vez, la Galia empresarial resiste a la recesión.