¿Qué hace falta para enfriar la prima de riesgo?
Los analistas creen que es necesaria la intervención del BCE y que se avance en el calendario del rescate bancario.
La subasta del Tesoro celebrada ayer se saldó con éxito. Y es que se colocó más del importe previsto, 3.500 millones de euros, la demanda fue buena y los tipos de interés cayeron más de un punto, lejos del 5% que el Tesoro tuvo que pagar en la colocación de letras a 12 y 18 meses en junio pasado en plena vorágine del rescate bancario.
Sin embargo, la excelente colocación, la primera que se celebra después de que la pasada semana, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy anunciara un plan de medidas de ajuste entre las que se encuentra la subida del IVA desde septiembre y la supresión de la paga de navidad de los funcionarios, no ha tenido el efecto esperado en la evolución de la prima de riesgo que se mantiene por encima de los 550 puntos básicos con una rentabilidad del bono a diez años más cerca del 7% que del 6%.
José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, explica que "sinceramente, la subasta estuvo muy bien. Pero son letras a corto plazo, con una demanda relativamente estable", Para el experto, la cuestión de fondo será mañana jueves con la colocación de deuda por 3.000 millones de euros.
Para los expertos, los vaivenes de la prima de riesgo dependen en el corto plazo de otros aspectos. Para empezar, los movimientos en torno a la prima de riesgo son especulativos, según señala Miguel Paz, director de gestión de Unicorp Patrimonio (grupo Unicaja). El gestor considera que "mientras no paren de rebajar las previsiones de crecimiento de nuestra economía no habrá compradores de verdad. Sólo especuladores que comprarán al 7% para vender los bonos en cuanto se acerquen al 6,5%".
El problema está en la banca
Juan J. Fernández-Figares, director del departamento de análisis de Link Securities, cree que hasta que no se cierre el tema de la recapitalización de la banca española en problemas, la presión seguirá siendo muy elevada. El experto cree que serán necesarios pasar tres obstáculos. En primer lugar, la cámara baja del Parlamento alemán debe aprobar mañana jueves el rescate de la banca española, "algo que parece estar asegurado ya que el Gobierno cuenta con el apoyo de la oposición en este tema, pero que hasta que no se haga seguirá siendo un foco de incertidumbre", explica.
En segundo lugar, el Eurogrupo tendrá que dar el visto bueno definitivamente el viernes el memorándum con las condiciones definitivas del rescate -montante, tipos de interés, plazos, etc.-. Por último, en lo que afecta a las entidades de forma individual, a finales de mes se conocerá aproximadamente cuáles deberán incrementar su capital y, por ende, cuáles deberán pedir ayuda. También llegará, según confirmó el Gobierno de Holanda la semana pasada, una parte importante del rescate, aproximadamente 30.000 millones de euros. "Si este calendario se cumple, esperamos que se deje notar para bien tanto en el mercado de deuda soberana española como en la Bolsa", añade Link Securities.
El BCE se hace de rogar
Victoria Torre, responsable de análisis y producto de Self Bank, por su parte, considera que se necesita, para empezar "tiempo (otra cosa es que lo tengamos!!!!)" y por otro reclama la intervención del BCE comprando bonos en el mercado secundario. Martínez Campuzano, de Citi, considera que hay dos opciones. "Ser consistente y agresivo con las medidas de ajuste fiscal en España y/o soporte europeo en términos de intervención del BCE o solidaridad financiera del EFSF", explica.
"Las condiciones financieras para la economía española seguirán siendo complicadas durante mucho tiempo. El segundo, sin suponer una sustitución de las medidas de ajuste, supone un cierto colchón al mejorar de forma rápida tanto el tipo de interés como el acceso a la liquidez"
Torre cree que España debería empezar a cumplir "con los objetivos marcados por Bruselas, lo cual ayudaría a recuperar la credibilidad de España nivel internacional y traería de nuevo a los inversores extranjeros". Ayer, el FMI echó un jarro de agua fría al señalar que España no va a cumplir con los objetivos de déficit.