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Los fondos que queden pasarán a las fundaciones ligadas a la caja

La asamblea de CAM aprueba su liquidación tras 137 años de historia

Caja Mediterráneo (CAM) entró ayer en proceso de liquidación y disolución tras 137 años de historia. En un ambiente tenso y con fuertes protestas de centenares de inversores afectados por las cuotas participativas y las participaciones preferentes comercializadas por la entidad, la asamblea de la caja de ahorros, presidida por los interventores del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), votó mayoritariamente en contra de la amortización de las cuotas a cero euros.

No obstante, y como la decisión de la asamblea, que se prolongó durante más de cuatro horas, no es vinculante, se procederá a ello.

Los titulares de cuotas participativas (títulos similares a las acciones pero sin derecho de voto) ascienden a unos 54.000.

El rechazo de la asamblea de impositores a la amortización de estos títulos ha provocado que no se pudiera votar el siguiente punto del orden del día, la transformación de CAM en una fundación de carácter especial para la gestión de la obra social de la entidad financiera.

Ante esta situación, se han designado a dos interventores, Enrique Puig y Salvador Piles, para que participen en el proceso de liquidación y disolución de CAM que se abre ahora, que estará dirigido por el FROB.

El responsable de personal de CAM, Carlos Navarro, afirmó ayer que a partir de ahora se liquidará la entidad y que el dinero resultante pasará a las fundaciones ya existentes ligadas a la entidad, entre ellas una denominada Fundación Cultural CAM.

La antigua Caja Mediterráneo (CAM) traspasó todos su negocio financiero a Banco CAM. El pasado 22 de julio de 2011 la entidad fue intervenida por el Banco de España y posteriormente vendida al Banco Sabadell por cero euros.

El nuevo propietario de Banco CAM podría plantearse compensar a algunos de los titulares de estas cuotas participativas con otro producto financiero, si bien no está obligado a ello, ya que la caja de ahorros es totalmente independiente de Banco CAM.

Una entidad fulminada por el exceso de ladrillo

Caja de Ahorros del Mediterráneo arrancó en 1875, con la fundación de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Alcoy, a la que posteriormente y a lo largo de sus más de 135 años se añadieron otras 30 entidades más. El declive de CAM se inicia con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, ya que fue una de las entidades financieras que basó su rápido crecimiento en la concesión de créditos y en la asunción de una fuerte exposición al sector del ladrillo en zonas que, como la Comunidad Valenciana, protagonizaron el boom de la construcción.Tras su fallida fusión en Banco Base, la alianza que intentó junto a Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, y la dudosa gestión llevada a cabo por sus responsables, la caja de ahorros alicantina se vio abocada a la intervención del Banco de España.

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