Ni España ni Italia: la campeona del crecimiento de los países con problemas será Islandia
La lista de países europeos que van cayendo víctimas de las distintas fases de la crisis financiera aumenta. Pero no todos sufren del mismo mal, ni aplican las mismas recetas para salir de él, ni tienen el mismo futuro por delante.
Puede que la canciller alemana, Angela Merkel, diera su brazo a torcer en la cumbre europea ante las presiones de Italia y España y el inestimable apoyo francés, pero su diagnóstico de la situación sigue siendo el mismo. España es responsable de sus propios problemas. Vivió una "década irresponsable" y ahora está pagando por ello. Esa es la explicación pública de Merkel a la caída española en las garras de la crisis soberana; al rescate que ha solicitado ante su incapacidad de aguantar en solitario el saneamiento que necesita su sistema financiero.
Que España haya vivido una década irresponsable queda para la discusión. Lo que empieza a dibujarse cada vez con más nitidez es que el futuro al que se enfrena puede ser una década perdida, al menos según las previsiones que el Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene para ella. Vaya a donde vaya el dinero del fondo de rescate y se compre o no deuda soberana para reducir la prima de riesgo, la asignatura del crecimiento económico seguirá pendiente.
Según las estimaciones a largo plazo que maneja la institución presidida por Christine Lagarde, España no recuperará el nivel de PIB que tenía en 2008 hasta 2017. Y lo hará a un paso agónico, porque el crecimiento de su economía no llegará ni al 5% en el acumulado de 2011 a 2017.
Claro que si se sigue por la lista de países europeos con problemas, España es incluso una de las afortunadas. Portugal, por ejemplo, se quedará en el 4,5% de crecimiento acumulado hasta 2017 e Italia ni siquiera será capaz de superar el 2%. De hecho, no se sabe cuándo volverá la economía italiana a alcanzar el PIB que tenía antes de la crisis. Las previsiones a largo plazo del FMI se quedan en 2017 y en esa fecha Italia todavía estará lejos de su registro de 2008.
Algo mejor le irá a Grecia, aunque en su caso la cuenta tiene algo de trampa. Sí, es cierto que crecerá casi un 7% entre 2011 y 2017, siempre que el FMI acierte en sus pronósticos, pero porque viene de muy abajo. Si de Italia no se sabe cuándo volverá a ser la que era antes del vendaval de la crisis financiera y de deuda soberana, con Grecia las dudas son inmensamente más grandes.
En conjunto, el panorama de los países europeos con problemas no puede ser más desolador. ¿Alguien se salva? Pues hay dos países que en 2017 habrán olvidado hace mucho que un día estuvieron incendiados. Uno de ellos es Irlanda, que creceré más de un 14% hasta esa fecha. Pero el que mejor futuro tiene por delante es otro: Islandia.
Y es que a la pequeña isla situada en el noroeste de Europa le queda poco para recuperar el nivel de riqueza que tenía antes de la crisis. Lo hará en 2015, según el FMI. Aquel país que sucumbió por completo a la explosión de su banca, el paradigma de los daños que puede causar a toda una nación una excesiva desregulación financiera que deja la economía en manos de los banqueros, está a punto de dejar atrás la pesadilla. Hasta 2017, el fondo pronostica un crecimiento para ella del 16,4% acumulado, el mayor de todos los países europeos con problemas.
Se puede decir que esta tasa es cuestionable, porque para ella la crisis empezó mucho antes que para España o para Italia. No es así. Incluso si se toma el crecimiento acumulado entre 2007 y 2017, Islandia será el país de Europa con problemas que mejor lo hará. A Grecia, por ejemplo, esa década le dejaría una caída acumulada superior al 7% en su PIB, según el FMI, y para Italia el descenso rozaría el 2%.
Y en este punto entra en juego la mayor polémica del debate económico en los últimos tiempos: qué receta funciona mejor para salir de una crisis financiera. Porque si hay una diferencia sustancial entre Islandia y el resto de los países europeos es el modo en que se han enfrentado a los problemas. La isla apostó por mantener el estado del bienestar y se negó a respaldar la deuda de sus bancos ante ahorradores extranjeros. Y no le pesa. La persona que lo hizo posible, el presidente âlafur Ragnar Grimsson, acaba de ser elegido para un quinto mandato.
El resto de Europa está embarcada en una ola de austeridad que solo la llegada de François Hollande a la presidencia francesa ha empezado a poner en cuestión. Y ahora que el rescate a la banca española está encima de la mesa y el de la italiana se vislumbra en el futuro, decidir qué tipo de respuesta se da y con qué dinero puede marcar mucha diferencia. Por ahora, el FMI solo salva a Irlanda. España, Italia, Grecia y Portugal tienen un camino duro por delante.