Tijera en los viajes de empresa a los gastos de representación
Javier Mejía, vicepresidente y director general de American Express-Barceló Viajes (la joint venture especializada en business traveller que crearon American Express y Barceló en 2008), afirma que en los viajes de negocio vislumbramos "una nueva normalidad" que se consolidará en un par de años.
Señala que los ejecutivos que se desplazan por motivos de trabajo ya han interiorizado que es "normal" volar en clase turista en saltos de menos de tres o cuatro horas. Solo acuden a la clase business en viajes interoceánicos.
No cree, sin embargo, que las aerolíneas low cost hayan conseguido en este segmento una cuota de mercado tan significativa como en los movimientos de turistas. Calcula que han llegado a controlar el 15% de los desplazamientos de negocios. Las compañías aéreas tradicionales y de red, así como las agencias de viaje, conservan la confianza de las empresas.
La irrupción de la austeridad es una de las claves de la "nueva normalidad" en la que el viaje de trabajo ha escalado al segundo renglón de costes en las corporaciones. Pero no es la única. Mejía afirma que la crisis ha traído una estrategia que "prioriza el control" en la cadena de actos que configuran "el coste y los elementos de la eficacia" en los desplazamientos.
El concepto de seguridad en las misiones se ha puesto en primer lugar. "Se trata de conocer y controlar la situación y los movimientos de cada empleado, evitar situaciones de riesgo y tener estrategias de evacuación", explica Mejía.
Contar con planes para anticipar la compra, barajar un número mayor de tarifas y por tanto de posibilidades de viaje, asegurar el cumplimiento escrupuloso de los parámetros incluidos en la política de viaje de la corporación, son otros elementos de la "nueva normalidad" a la que alude el directivo.
Mejía recuerda que uno de los mayores vicios de la "antigua normalidad que nunca va a volver" es el del "descontrol de lo que se llamaban gastos de representación". En su opinión "no tiene lógica que se articulen políticas para conseguir un desplazamiento al menor coste y después el desplazamiento en taxi desde el aeropuerto al hotel se coma todo lo ahorrado". Afirma que la disciplina ha pasado del uso de las tarjetas de crédito, a la comodidad de empresa, a los desplazamientos de formación "al no irse jamás".
También considera finiquitado aquel modelo en el que los ejecutivos optaban por el viaje en jet privado: "eso queda para artistas y deportistas".