En defensa de la industria española
Un reto doble: preservar la seguridad de Estado y, al tiempo, que la industria española pueda competir a nivel internacional. Así se puede resumir una de las misiones fundamentales de la Oficina Nacional de Seguridad (ONS), uno de los órganos clave del CNI, los servicios secretos españoles.
La ONS (integrada por ingenieros, abogados y economistas) se encarga de proteger la información que el Gobierno de España considera clasificada, tanto en la Administración como en las empresas. Su labor apenas tiene trascendencia pública, pero de su trabajo pueden dar fe las compañías que participan en contratos relacionados con seguridad y defensa. Desde grandes contratistas, como EADS, Indra, Navantia o GMV, hasta la empresa que, por ejemplo, pinta el interior de un submarino militar.
En España hay entre 550 y 600 compañías que cuentan con las habilitaciones oportunas para acceder a algún tipo de información clasificada. "Con algunas tenemos contacto casi a diario; con otras, tras su interés por algún proyecto concreto que luego no fructifica, no volvemos a tener relación", explica un responsable de la ONS. Cada empresa tiene asignado un oficial de enlace de los servicios secretos con el que contacta a través de su jefe de seguridad. Estos responsables de seguridad, aunque pertenecen a la plantilla de las compañías, dependen del CNI y han pasado los filtros y la formación de la ONS.
Son los encargados de proteger la información clasificada, de montar las estructuras de seguridad que eviten fugas de datos y de habilitar a las personas que pueden acceder a la información sensible. "Nosotros hacemos labor tanto de auditores como de consultores. Por un lado, ayudamos y asesoramos a las empresas sobre los estándares de seguridad y, por otro, certificamos que sus sistemas de protección cumplen los requisitos exigidos", añade el responsable de la ONS. Unos requisitos esenciales si se quiere acceder a determinados contratos clave de defensa y seguridad en el exterior.
Para ello es necesario, como paso previo, el acuerdo que la ONS pueda negociar con cada país para fijar las reglas de protección de información clasificada por las dos partes. "Sin este acuerdo (los hay con 18 países) no hay contratos", puntualiza la fuente citada. Por eso se está negociando un pacto de este tipo con Arabia Saudí, con la que se quiere cerrar un contrato millonario de tanques Leopard, o con Rusia, con la que Navantia (entre otros) quiere hacer negocios. "Permite una relación de confianza mutua y facilita la labor a las empresas", agrega.
El CNI y Josefina, la señora de la limpieza
En España hay menor conciencia que en otros países de la necesidad de proteger información sensible para los intereses nacionales. Esa es otra de las labores de la ONS. Como ejemplo de hasta dónde se deben extremar las precauciones, en sus cursos de formación a empresas ponen este ejemplo: "Josefina, esa señora de la limpieza que es la que tiene acceso a los despachos de directivos y recoge la basura, incluidos documentos". ¿Cuál suele ser el punto más débil a la hora de proteger información? El sistema informático. Los datos sensibles exigen sistemas aislados, sin conexión a internet y en cuartos seguros.