Sacyr celebra su primera junta tras la salida de Del Rivero
Sacyr Vallehermoso celebra esta semana su primera junta general de accionistas tras la salida del expresidente Luis del Rivero y después de que la compañía redujera hasta el 10% su participación en Repsol y refinanciara la deuda asociada a esta inversión.
El consejo del grupo de construcción y servicios propondrá a sus socios no abonar dividendo alguno con cargo a 2011, después de cerrar el ejercicio en pérdidas.
No obstante, aprobará realizar una ampliación de capital liberada de 21,12 millones de euros para repartir entre sus socios una nueva acción gratuita por cada veinte antiguas.
Entre el resto de puntos del orden del día de la asamblea figura la ratificación de los últimos nombramientos de consejeros de la compañía.
La asamblea de Sacyr marcará así el inicio de una nueva etapa en el grupo que preside Manuel Manrique, centrada en la reducción de su endeudamiento y en su 'core business', en el que destaca la potenciación de la nueva división de construcción industrial, dedicada a la construcción de instalaciones industriales a terceros, tanto en España como en el exterior.
En una reciente presentación al mercado de su división de servicios Valoriza, el grupo reveló el acuerdo estratégico suscrito con el grupo estadounidense Fluor para abordar proyectos de instalaciones de extracción de petróleo y gas para otras empresas, entre ellas su participada Repsol. AçO CLAVE.
La junta cerrará así un año clave de Sacyr, que precisamente arrancó en la asamblea celebrada en mayo de 2011, que constituyó el origen de los cambios registrados en el grupo.
La asamblea evidenció las diferencias de criterio sobre la gestión de la compañía que mantenían sus distintos socios de referencia de la compañía de construcción y servicios.
Esas diferencias se acrecentaron después de que en septiembre de 2011 Sacyr sindicara con la mexicana Pemex su participación en Repsol y, ya a finales de año, derivaron en la destitución de Del Rivero, la venta de la mitad de la participación en Repsol, la amortización del préstamo de 4.900 millones de euros que entonces soportaba vinculado a esta participación y la ruptura con Pemex.