La tasa de paro de los titulados españoles llega al 12,4%
La crisis se ceba con los titulados universitarios: más de un millón de graduados se quedaron sin empleo durante el último trimestre de 2011, con lo que su tasa de paro alcanza el 12,4%, frente al 5,2% de la UE y por detrás de Grecia, según el informe anual que elabora la Fundación CYD y que evalúa la contribución de las universidades al desarrollo.
Los universitarios no son ajenos a la difícil situación económica y laboral que vive España y tener un título universitario, hoy día, no supone garantía alguna frente al empleo. En tan solo cuatro años (2007-2011), el número de parados con titulación universitaria se ha multiplicado por 2,86 en España. "Una de las tareas que tiene la universidad es favorecer la inserción laboral de sus titulados, junto con las administraciones y las empresas", señaló ayer Martí Parellada, coordinador general del informe CYD 2011, donde también se refleja que la diferencia relativa de sueldo entre un universitario y el resto de la población en España es de más del 56%, mientras que en Canadá, Alemania o Reino Unido alcanza el 70%.
Precisamente esta coyuntura económica también ha tenido un efecto indirecto sobre las universidades, ya que ha aumentado el número de estudiantes. Así, tras una década de variaciones negativas, el número de matriculados creció un 2% en el curso 2009-2010 y ha vuelto a aumentar un 2,9% en 2010-2011, llegando a 1.440.000 alumnos. Los matriculados en másteres oficiales también crecen, superando los 100.000.
El informe constata el "enorme esfuerzo" que ha hecho la sociedad española aumentando un 38% el gasto por alumno (entre 2000 y 2008). Gracias a esa inversión, España se ha situado a niveles europeos: el gasto en educación superior se situó solo una décima por debajo de la media de la UE. Además, ese esfuerzo es lo que ha permitido conseguir un porcentaje de titulados superiores entre la población de más de 25 años que es más de cinco puntos superior al de la UE (32% frente al 27%). Además, la universidad proporciona a la sociedad cerca de 200.000 graduados anuales (197.375 en 2011).
Retorno de un euro
En opinión de Ana Patricia Botín, consejera delegada de Santander Reino Unido y presidente de la Fundación CYD, los universitarios "necesitan del conocimiento, las competencias y las herramientas que potencien su capital humano y garanticen su incorporación al mundo laboral enriqueciendo al sistema productivo". También señaló, en la presentación del estudio, que "la universidad es ambiciosa y sabrá liderar nuevas formas de pensamiento que permitan hacer frente a esa realidad más compleja e impredecible, actuando con criterios de racionalidad, eficacia y transparencia".
El informe evalúa el beneficio económico de la inversión en la universidad, y señala que por cada euro que se invierte, el retorno es de 1,63 euros, aunque con excepciones. Porque, según matizó el rector de la Universidad Rovira i Virgili, Francesc Xavier Grau, que participó en una mesa redonda sobre la contribución de las universidades al desarrollo, su campus genera 1,98 euros, "lo que significa el 3% del PIB de Tarragona". Y por cada millón de euros de demanda final universitaria se crearon o mantuvieron 20 empleos.
El presidente de Indra y del comité ejecutivo de la Fundación CYD, Javier Monzón, destacó que el "marco normativo debe permitir, incluso incentivar, que cada universidad pueda definir su proyecto de futuro, poner en marcha las acciones para hacerlo realidad y atraer los recursos necesarios". Todo esto implica, señaló, más autonomía, con plena transparencia y rendición de cuentas, y "unas estructuras de gobernanza que lo hagan posible".
Pocos emprenden
Un 37% de los titulados despedidos en 2011 desempeñaba tareas para las que no era necesario su nivel de formación. Otra área de mejora es la baja predisposición a emprender: solo 2 de cada 20 graduados trabaja por cuenta propia a los tres años de acabar la carrera.
Un tercio de los alumnos, de familias sin estudios
Más de un tercio de los universitarios, según agregó Martí Parellada durante la presentación en Madrid del informe de CYD, procede de familias con bajo nivel formativo.Sobre este tema ahondó la presidenta de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Adelaida de la Calle, quien destacó el papel de la universidad como motor de ascenso y de movilidad social. "Hoy más que nunca hay que poner en valor la formación, en la que no se debe dejar de invertir por lo que significa para el desarrollo social presente y futuro". E insistió en que hace falta un compromiso entre las administraciones públicas, la universidad y el conjunto de la sociedad.Porque, en opinión de De la Calle, como también recoge el informe, los retos de futuro son la internacionalización, la empleabilidad, el fomento de la cultura emprendedora, la transferencia de conocimiento, las relaciones con las empresas y la formación continua.Precisamente una de las áreas de mejora que destaca el estudio es la reducida internacionalización, ya que la universidad española debería aproximarse a los resultados de la OCDE, donde el 6,4% de los alumnos son de procedencia extranjera. En España, el porcentaje es del 2,7%. Como dato positivo destaca que España es el país que envía y recibe más estudiantes a Europa dentro del programa de intercambio de Erasmus.El ministro de Educación, José Ignacio Wert, insistió en que "resulta una prioridad consolidar una adecuada cultura de la evaluación". Esto permitirá, agregó, "orientar nuestros esfuerzos hacia donde son realmente necesarios y ganar eficiencia en el gasto". Según Wert, "la transparencia implica un mayor control por parte de la sociedad, algo que en democracia es siempre muy positivo".