¡Apuesten, señores! Pero ojo con dónde lo hacen
Tres pasos al frente, dos a la derecha, uno hacia atrás, dos a la izquierda. Cuatro pasos al frente, tres a la derecha... Así, con pequeños pasos, pero sin un destino del todo claro, ha echado a andar el sector del juego online en España. La Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) ha pisado el acelerador en los últimos meses, aunque no tanto como al sector le hubiera gustado. De hecho, hay quien piensa que la nueva DGOJ encabezada por Enrique Alejo está teniendo que lidiar con las muchas imperfecciones de la ley que elaboró el anterior Ejecutivo. Entre otras, un impuesto del 25% que consideran excesivo y que podría retraer a los jugadores. El Ministerio de Hacienda, de quien depende la DGOJ, parece que sí tiene claro el camino a seguir a partir de ahora. El mercado del juego online va a estar limitado a quienes jueguen dentro del territorio español y solo en aquellas páginas que tengan licencia y cumplan los requisitos para mantenerla. Quienes no lo hagan pueden ver cómo sus páginas son bloqueadas y sus premios se pierden en el ciberespacio.
Pero a la DGOJ le faltan vigilantes para evitar las trampas en el juego online. "Hacienda no tiene policías para vigilar las páginas web de juego y quiere que otros ejerzan por ella esta labor policial", asegura un abogado experto en el sector online que se ha encargado de asesorar a algunas de las empresas que han obtenido licencia. ¿A quién se refiere cuando habla de labor de vigilancia? A los operadores de telecomunicaciones, a las empresas de medios de pago e incluso a los medios de comunicación.
Serán ellos quienes tengan que actuar en caso de percibir irregularidades. Por ejemplo, las operadoras tienen que bloquear las webs sin licencia, las firmas de medios de pago tendrán que impedir que los jugadores tramposos cobren los premios obtenidos en webs ilegales y los medios de comunicación tienen el deber de informar si detectan anunciantes de apuestas que no cumplan la legalidad. Pero el régimen sancionador no entrará en vigor hasta el 15 de junio.
El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, reconoció el martes que el sector del juego está en continuo movimiento. Tan es así, que la regulación va por detrás, persiguiendo una realidad online que sigue su propio ritmo. Basta un vistazo a algún blog de juego en la red para comprobar cómo ya hay quien ha dado con los trucos para burlar los límites legales. En internet es muy difícil poner puertas al campo.
"¿Qué pasa, por ejemplo, con un jugador inglés que viene de vacaciones a España y quiere apostar en su web británica de toda la vida por su equipo favorito?", se pregunta el abogado, especialista en Derecho en Tecnologías de la Información. "Si entra en un ordenador del hotel y su firma de apuestas tiene licencia en España, no podría apostar en la web británica, sino solo en la filial española y los premios pueden ser sustancialmente menores o puede que la apuesta que le interesa ni exista", explica.
Los apostantes españoles también van a ver cómo el dinero que depositan en las casas de apuestas queda limitado a 600 euros al día, 1.500 euros a la semana y 3.000 euros al mes; mientras que los jugadores de póquer tendrán que acostumbrarse a un mercado cerrado dentro del territorio español cuando, para muchos, el negocio está fuera. El sector acaba de echar a andar y los cambios tendrán que hacerse en marcha.