La mexicana Vitro cierra dos fábricas en León y elimina 469 empleos
La dirección de la multinacional mexicana Vitro Cristalglass, a través de uno de sus ejecutivos en España, Jaime Rico, comunicó ayer al comité de empresa que las dificultades económicas les obligan a cerrar las dos factorías que tienen en la comarca leonesa de El Bierzo, en La Rozada (Toral de los Vados) y en la de Camponaraya, según confirmó el presidente del comité, Miguel Acebo.
La medida pasa por la aplicación de un expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción. Afectaría a los 382 trabajadores de La Rozada y a otros 87 de la fábrica de Camponaraya, un total de 469 empleados. El ERE de extinción es la única alternativa y solución que les ha presentado a los sindicatos la dirección de la empresa, lo que ha generado "una gran sorpresa" entre los trabajadores y representantes sindicales, según Acebo.
Desde el comité esperan que se pueda negociar otro tipo de salida a la situación económica y reclaman "un margen de confianza" a las entidades bancarias y a las administraciones públicas, que también han colaborado con incentivos públicos. La idea de los sindicatos es que no se cierren las dos factorías de fabricación de cristal plano.
El secretario de Acción Sindical de UGT en Castilla y León, Faustino Temprano, fue uno de los que participó ayer en la reunión con la dirección de Vitro y cree que "la empresa no está diciendo toda la verdad", por lo que confía en que se aporten todos los datos económicos de la compañía.
Para ello, hoy martes está convocada una reunión en la Consejería de Industria en Valladolid en la que participarán representantes de la empresa y de los sindicatos, dentro del periodo de consultas antes de hacer efectivo en un mes el expediente de extinción.
A nivel mundial
La multinacional solicitó ayer al juez del tribunal de Dallas que gestiona la bancarrota de la compañía en EE UU que respete el plan de reestructuración de la empresa -aprobado por un tribunal mexicano- y que paralice el litigio que mantienen los bonistas estadounidenses que reclaman 960 millones de euros.