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Inovación

Un viñedo también puede ser verde

Matarromera implanta 20 medidas inéditas en la industria del vino, como energía solar fotovoltaica.

La industria del vino ya está sufriendo los efectos del cambio climático. El aumento de temperatura produce nuevos caldos inesperados y empuja a las empresas a renovar su interés por invertir en innovación. En España, el grupo Matarromera es uno de los pocos que ha incluido el reto del cambio climático en su política empresarial más allá de un mero adorno de color verde.

La empresa que preside Carlos Moro ganó el pasado mes de marzo el Premio Europeo de Medio Ambiente que concede la Comisión Europea. El galardón premia la inclusión de 20 medidas medioambientales en la gestión de la compañía que reduzcan su huella de carbono, es decir, las emisiones de dióxido de carbono fruto de su actividad.

Resulta inédito ver placas de energía solar fotovoltaica en un viñedo. Matarromera genera 467 kilovatios de electricidad a partir de seis instalaciones de solar fotovoltaica y ha instalado sistemas de calentamiento de agua para uso industrial y sanitario para abastecer el proceso productivo con dos plantas de energía solar fototérmica. El ahorro energético de esta compañía también pasa por el uso de biomasa, es decir, de masa forestal como combustible.

La compañía ha levantado una planta para aprovechar los restos forestales de la vendimia, los sarmientos, las barricas o los palés y emplearlos para climatizar las instalaciones de sus bodegas, obtener agua caliente de uso industrial e incluso utilizarlos en algunas fases de la elaboración del vino, por ejemplo en el lavado de depósitos y de barricas o en el embotellamiento. Además de la solar fotovoltaica y de del uso de biomasa, el sistema de cogeneración de las plantas térmica y eléctrica ahorran unos 48.000 litros de gasolina, según cálculos de la empresa.

La apuesta de Matarromera por desarrollar su negocio en clave sostenible también responde al impacto del cambio climático sobre los viñedos. La compañía ha invertido 2,8 millones de euros en el proyecto Cenit Demeter, un consorcio de 26 empresas del sector vinícola desde el que se están desarrollando nuevas estrategias y métodos vitícolas y enológicos que combatan el cambio climático. Gracias al proyecto se ha descubierto que las variedades de vinos de uva blanca son capaces de adaptarse a las condiciones de secano sin perder cualidades fisiológicas. El proyecto ha permitido estudiar la genética de la vid y cómo le afectan la sequía y las altas temperaturas para adaptar la elaboración del vino y obtener más aromas y polifenoles.

Matarromera también participa en el programa europeo Life Haprowine, orientado a promover el reciclado de residuos procedentes de la industria del vino, que ascienden al 20% de lo que se procesa de las uvas para su elaboración. La inversión en innovación de la compañía asciende al 30% de su facturación anual, unos cuatro millones de euros anuales que la convierten en una de las empresas del sector que más invierten en I+D en Europa.

La compañía ha invertido 6,3 millones de euros, de los 7,2 millones de su partida destinada al desarrollo sostenible entre 2005 y 2015, para reducir su consumo de agua y de energía por unidad de producto un 40%, mermar las emisiones de dióxido de carbono un 40% y crear nuevos diseños para reducir el consumo en la fabricación de materiales. La compañía también se ha marcado como objetivo incrementar sus marcas de vino ecológico e introducir vehículos eléctricos en su flota empresarial. Cada una de sus siete bodegas está pensada desde un punto de vista arquitectónico para ahorrar energía.

Las cifras

7,2 millones de euros destinará la compañía a innovación en desarrollo sostenible entre 2005 y 2015.20% de lo que se procesa de la uva para la fabricación del vino son residuos.2,8 millones de euros ha invertido Matarromera en el proyecto Cenit Demeter, un consorcio de 26 empresas dirigido a buscar métodos para combatir el impacto del cambio climático en la industria.

Cuánto CO2 emite una botella

Matarromera ha sido uno de los primeros grupos bodegueros en calcular cuánto dióxido de carbono emite una botella de vino tras todo el proceso de producción. En concreto, la compañía ha calculado la huella de carbono de tres de sus vinos. Cada botella de Emina Verdejo emite 829 gramos de CO2 equivalente; Emina Crianza equivale a 1,4 kilos, y Matarromera Crianza asciende a 1,1 kilos. El siguiente paso para la empresa será compensar las emisiones en las próximas añadas.Al igual que otras empresas del sector, la compañía dedica parte de sus terrenos a la agricultura ecológica. El 20% de las 490 hectáreas de viñedos y la totalidad de las 82 hectáreas de plantaciones de olivos del grupo bodeguero se han dedicado al cultivo con criterios ecológicos, es decir, sin utilizar pesticidas.

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