El mercado empuja a la banca a una nueva ronda de saneamientos
Los saneamientos de 15.600 millones de euros brutos anunciados por Bankia en el conjunto de su cartera, no solo la inmobiliaria, han sentado un precedente que eleva la presión sobre el resto de entidades de cara a las próximas auditorías encargadas por el Gobierno. Numerosas firmas de análisis apuntaban ayer este nuevo desafío para el sector y rebajaban además de forma drástica la valoración de Bankia.
Las entidades financieras ya se lo temían desde el viernes, cuando se conoció la cuantía del saneamiento del grupo BFA-Bankia, y numerosas firmas de análisis ya apuntaban ayer abiertamente a lo que promete ser la nueva pesadilla para el sector: la exigencia de saneamientos para el crédito no promotor, que resultará de la auditoría puesta en marcha por el Gobierno para el conjunto de la cartera crediticia.
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, intentó el sábado alejar la amenaza de que el nivel de saneamiento acordado para la entidad vaya a ser extrapolable al conjunto del sector y defendía para ello los rasgos diferenciales que distinguen a la entidad, como el volumen de adjudicados -que hace de Bankia la principal inmobiliaria del país-, y la alta exposición al crédito al promotor -la entidad ha recalificado 9.100 millones de financiación al sector de normal a en riesgo de impago o subestándar-.
Pero la interpretación que hace el mercado, y el propio sector financiero, es otra y anticipa que los saneamientos realizados por Bankia serán la referencia para el resto. Para JP Morgan, "los ajustes elevarán la presión sobre sus rivales (excepto Santander), en los que la cobertura de los activos de riesgo se mantiene en niveles inferiores y que ahora tendrán que justificar por qué no se sitúan en esos niveles".
Así, la cobertura del riesgo inmobiliario de Bankia ha quedado ligeramente por encima de la media del sector, al tiempo que ha realizado provisiones que anticipan pérdidas del 6,8% en la cartera de deuda corporativa y del 3% en las hipotecas a particulares, inferiores aún así a lo esperado por el banco estadounidense, que maneja un escenario de estrés superior. JP Morgan apunta a Banco Popular como el más presionado, en el marco de las auditorías que realizarán en el próximo mes las compañías Roland Berger y Oliver Wyman sobre el conjunto de la cartera crediticia de la banca española. Su resultado, que previsiblemente revelará la necesidad de nuevas dotaciones, ya está siendo anticipado por el sector como una suerte de nuevo real decreto de provisiones, el tercero en el año.
Para Félix González, socio director general de Capitalia Familiar EAFI, el punto más negativo del plan de recapitalización de Bankia es "el traslado de los saneamientos al resto del sector". Y añade que las provisiones sobre empresas no inmobiliarias e hipotecas minoristas pasarán a ser algo exigible en lugar de deseable. "Trasladando los niveles de pérdida esperada aplicados por Bankia al resto del sector, implicaría unos 32.000 millones de euros de provisiones adicionales a los dos reales decretos. Las auditorías del sector ganan por tanto aún mucha más importancia". BBVA también se suma a la tesis y señala que, tras la inyección de capital, Bankia quedará con el balance más saneado de la banca española, lo que "sienta un precedente que tendrán que seguir el resto de bancos domésticos, incluso aunque su cartera de crédito es obviamente de naturaleza diferente".
Peligro de caída de otro 90%
Junto con las advertencias de lo que se avecina para el resto del sector, las firmas de análisis también se apresuraron ayer a revisar a la baja sus valoraciones de Bankia, una vez conocido el plan de saneamiento y más de dos semanas después del anuncio de la nacionalización de la matriz BFA. JP Morgan redujo de forma drástica el precio objetivo desde los 1,70 euros a los 0,3 por acción, al tiempo que advertía de los riesgos de caídas para el valor por el efecto dilutivo de la ampliación prevista para Bankia en otoño por 12.000 millones y por las turbulencias de mercado que dominan al conjunto de la banca española, al hilo del alza de la prima de riesgo.
Nomura, que a principios de mes tenía un precio objetivo de 3,8 euros, ayer lo recortó a 0,20 euros, una de las valoraciones más reducidas, solo superada en las revisiones conocidas hasta ayer por los 0,10 euros que concede N+1. En definitiva, un margen de caídas adicionales de hasta el 92% respecto al cierre de ayer.
La cifra
-13,4% es la caída que registró ayer la cotización de Bankia, que regresó al parqué tras la suspensión del viernes. Llegó a perder el 29,3% en la sesión.