Salvar el sistema empieza por los crónicos
Las autonomías impulsan proyectos para mejorar la atención de los pacientes que más recursos consumen.
Una cifra recorre la mente de los gestores de la sanidad pública. Un 70% de los recursos sanitarios lo consumen los enfermos crónicos. Y el problema se agrava año a año porque la población sigue envejeciendo -lo que implica más patologías asociadas a la edad-, en un momento en el que las comunidades autónomas revisan sus cuentas.
En 2010, el País Vasco se adelantó al resto de autonomías y aprobó la Estrategia para afrontar el reto de la cronicidad en Euskadi. Según sus estadísticas, más del 40% de los vascos sufrían alguna patología crónica, un porcentaje que superaba el 80% para los mayores de 65 años. En el global del país, el informe El paciente en España, de Farmaindustria, revela que 19 millones padecen este tipo de trastornos. Entre las más comunes se encuentran las enfermedades reumáticas, las cardiovasculares, las respiratorias, la diabetes, la hipertensión arterial y el elevado colesterol.
"Todo el sistema está enfocado a atender las enfermedades agudas, por lo que es necesario un cambio total", reflexiona Pablo Borras Justus, socio de Accenture. Los hospitales y centros de salud se pensaron para cuando alguien sufría un accidente o una enfermedad transitoria, con un ingreso y una curación rápida. Pero no para que los pacientes acudiesen constantemente a su médico o especialista. "Hay que cambiar los modelos de organización, los procesos asistenciales y las infraestructuras sanitarias para que no sea tan importante la atención en hospitales", explica.
"Los sistemas de salud deben crear escenarios de integración clínica y asistencial. La atención a los pacientes crónicos requiere de estos entornos de integración", apunta Joaquim Casanovas, director gerente del Instituto Catalán de Salud. "La atención a la cronicidad es el mejor pretexto para el cambio. Para ello es necesario compartir información clínica de interés común, identificar y abordar proactivamente poblaciones de riesgo y fomentar la corresponsabilidad del paciente", explica. "Hay una necesidad de cambio desde una medicina reactiva a otra preventiva, participativa y personalizada", confirma el socio de Accenture.
Algunas comunidades, como País Vasco, Cataluña y Valencia, ya han lanzado proyectos. En gran parte, el mejor aliado para estas estrategias pasa por la aplicación de tecnologías, como la telemonitorización. "La tecnología lo es todo. Pero el reto es cambiar el sistema organizativo", asegura Borras, quien destaca que de momento no se conocen los resultados de las primeras medidas. El problema actual es la falta de recursos con los que se encuentran los gestores regionales para invertir en tecnología. "Cualquier transformación requiere inversión", reflexiona el socio de Accenture, e indica que existe un gran espacio para una nueva colaboración público-privada: "El interés es máximo. Las empresas pueden ayudar a financiar compartiendo el riesgo".
Domingo Orozco, vicepresidente de Semfyc (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria) y experto en cronicidad, explica que este debate comenzó hace 10 años, así que apenas existen casos en el mundo para evaluar resultados. Pero apunta algunas de las líneas en las que se trabaja. Es importante el desarrollo de la atención comunitaria, por ejemplo, con cursos para los pacientes. También dejar la visión paternalista hacia el enfermo y hacerle corresponsable de su salud, así como establecer "circuitos privilegiados" dentro del sistema para los de mayor riesgo. Además, recuerda la importancia de los sistemas de información, que controlen el grado de seguimiento al tratamiento y permitan la autoevaluación, así como ayudarse en las tecnologías para todo tipo de alertas.
"En España tenemos algunos puentes fuertes, como la excelente atención primaria. Pero hay que reforzar el papel de la enfermería y el trabajo en equipo", cuenta Orozco. Y pone como ejemplo el caso del proyecto ValCronic, de la Comunidad Valenciana, en el que se identifica a los pacientes de alto riesgo, a los que se les cede una tableta para introducir sus mediciones, gracias a la que su enfermera recibe alertas. En el País Vasco ya se ha realizado el trabajo de identificación de estos pacientes y se han puesto en marcha 14 objetivos de cómo abordar este problema, entre los que se incluye, incluso, la creación de un centro de investigación o un centro de atención telefónica. Para Casanovas, el cambio pasa por la incorporación de modelos alternativos a la hospitalización convencional (hospitales de día o unidades de subagudos) y la mejora de la historia clínica compartida.
Una red social para pacientes
Los hermanos âscar y Sergio Brihuega acaban de lanzar la web Redpacientes.com, una red social destinada a los enfermos crónicos. "Queríamos dar accesibilidad a aquellos que buscaban información sobre sus patologías", cuenta âscar Brihuega, quien cree que se puede ganar en eficiencia gracias a un mejor trabajo de coordinación en enfermería."Hay datos que indican que el 72% de las personas salen de la consulta médica con más dudas con las que tenían y muchas de ellas buscan más información en el doctor Google", ironiza. Por eso se plantearon esta red, que ofrece información para los pacientes con patologías más comunes, pero que se está extendiendo a otras muchas enfermedades raras, por petición de las asociaciones de enfermos. Esta red permite compartir experiencias o llevar un diario médico. Más de 2.000 personas, de 35 países, ya son usuarios, siempre guardando el anonimato.