Deloitte detectó en el grupo Bankia-BFA un desfase patrimonial de 3.500 millones de euros
Deloitte, la auditora de Bankia, detectó en las cuentas del grupo un desfase patrimonial de 3.500 millones. Este hecho precipitó la renuncia de Rodrigo Rato como presidente ejecutivo.
La auditoría de las cuentas anuales del grupo Bankia-BFA ha sido el gran quebradero de cabeza de Rodrigo Rato. Según revela hoy el diario El Pais, la firma Deloitte puso objeciones a la valoración con la que la matriz Banco Financiero y de Ahorros (BFA) tenía registrada su participación en su filial bursátil, Bankia.
BFA (controlada al 100% por Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas de ahorros) es el mayor accionistas de Bankia, con el 52% de su capital. Esta participación es el principal activo del grupo y tenía un valor contable de 8.500 millones de euros. Sin embargo, la capitalización bursátil de Bankia en los últimos meses a penas superaba los 4.000 millones de euros, con lo que el 52% de BFA en Bankia tenía un valor de mercado de poco más de 2.000 millones.
Para dar el visto bueno a las cuentas anuales, Deloitte reclamó al grupo presidido por Rodrigo Rato que rebajara el valor contable de su participación en Bankia en 3.500 millones. Ante el escaso beneficio obtenido por BFA en 2011, de 41 millones de euros, la única alternativa para reflejar este ajuste contable era realizarlo contra el patrimonio de la entidad. En este caso, la fuerte correción patrimonial habría obligado a BFA a convertir en acciones los 4.465 millones de euros de participaciones preferentes que el FROB había inyectado en la entidad, lo que habría supuesto la nacionalización del grupo.
Este agujero contable fue clave para presionar a Rodrigo Rato para que aceptara ceder la presidencia de Bankia y de BFA a José Ignacio Goirigolzarri (exconsejero delegado de BBVA). El traspaso de poderes, previsto para el viernes, se ha adelantado y se producirá hoy mismo.