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Responsabilidad social corporativa

El programa de voluntariado de la Mutua cumple un año

La experiencia de la aseguradora muestra la importancia de implicar a la plantilla desde el inicio del proyecto

Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, cada vez más empresas en España ofrecen a sus trabajadores la oportunidad de colaborar en programas solidarios. Algunos de ellos son propios y otros pertenecen a organizaciones sin ánimo de lucro con las que mantienen convenios. Constituidos como programas de voluntariado corporativo o bien como iniciativas puntuales, estos proyectos pretenden fomentar una cultura de colaboración, sensibilizar a la plantilla sobre las necesidades sociales de otros colectivos y contribuir de forma directa con la sociedad.

Un ejemplo es el caso de Mutua Madrileña. Bajo el lema Cuenta con nosotros, juntos hacemos más, la aseguradora puso en marcha su programa de voluntariado corporativo hace un año y a día de hoy cuenta con un proyecto consolidado que ha calado entre sus empleados. El lema responde a la filosofía de la entidad, que considera que el trabajo en equipo es importante para asegurar el éxito de cualquier iniciativa.

Con el apoyo de la alta dirección, el objetivo era hacer partícipes de la acción social de la empresa y de su fundación a los empleados y fomentar el espíritu solidario, así como estrechar lazos entre ellos, potenciando el orgullo de pertenencia a la Mutua.

La idea surgió a partir de varias experiencias piloto desarrolladas a finales de 2010. A fin de que el programa respondiera a las expectativas de los trabajadores, la compañía realizó una encuesta entre toda la plantilla sobre las preferencias en cuanto al tipo de acciones a desarrollar y los distintos colectivos a los que apoyar.

Tras valorar las respuestas obtenidas, la dirección de comunicación, identidad corporativa y responsabilidad social corporativa, área que coordina el programa, propuso que los empleados, además de colaborar como voluntarios, fueran parte activa en la toma de decisiones sobre las actividades escogidas. Por ello, el programa se articula en una doble vía: está abierto a ideas de los propios empleados, pero también a proyectos planteados por la propia compañía en función de las propuestas que se reciben por parte de diversas ONG.

Si los proyectos de los empleados cuentan con la adhesión de un número mínimo de compañeros, pueden recibir apoyo económico de la Fundación Mutua Madrileña. Estos pueden ser tanto iniciativas de voluntariado con ONG o fundaciones como iniciativas personales. Además, según la actividad sugerida, pueden participar también familiares y amigos del empleado.

Desde su puesta en marcha, más de 200 empleados, algunos de ellos junto a sus familias, han dedicado su tiempo libre al programa de voluntariado corporativo de la aseguradora. Las propuestas de los empleados buscan ayudar a personas en situación de necesidad, muchas veces por causas económicas, como es el caso de inmigrantes, personas sin trabajo o con escasos recursos económicos, y otras por motivos de salud, como personas con algún tipo de discapacidad o que sufren alguna enfermedad.

Informática para todos

A propuesta de una empleada, por ejemplo, los trabajadores de Mutua organizan e imparten cursos de informática básica para mujeres inmigrantes del Centro Pueblos Unidos, que presta servicios sociales en el barrio de La Ventilla de Madrid. Esta iniciativa se ha ido consolidando hasta llegar a convertirse en un símbolo del programa de voluntariado, que implica a cada vez más empleados y que se realiza de forma periódica.

Las alumnas del curso, del que ya se está impartiendo la cuarta edición, son mujeres de entre 25 y 60 años, que aprenden el manejo básico del ordenador. De esta forma, pueden ampliar su formación profesional, integrarse mejor en el mercado laboral y comunicarse a través de internet con los familiares que han dejado en sus países de origen.

En cada nueva edición, los voluntarios van incorporando diferentes elementos que facilitan el aprendizaje a las alumnas y adaptan el programa a las necesidades de formación de cada grupo. Cada curso tiene entre dos y tres meses de duración y las clases se imparten los sábados por la mañana.

Además del trabajo de los voluntarios, la Fundación Mutua Madrileña efectúa en cada edición del curso una aportación económica a Pueblos Unidos, que el centro destina a su proyecto de acogida de población inmigrante del África subsahariana.

Reto solidario

Otra iniciativa nacida de dos empleados de Mutua fue la participación en el maratón de Madrid y el maratón de Barcelona. Así, cerca de 100 trabajadores de la aseguradora sudaron la camiseta por una buena causa: recaudar fondos para dos ONG, la Fundación Caíco, que trabaja con niños con cáncer ingresados en el Hospital Niño Jesús de Madrid, y la Fundación Menudos Corazones, que colabora con niños con cardiopatías.

Los promotores de la idea lanzaron el reto en el marco del programa: por cada empleado que corriera con ellos al menos tres kilómetros, la Fundación Mutua Madrileña se comprometió a realizar una donación para estas dos ONG. La respuesta no se hizo esperar y empleados de muy distintos departamentos y edades se pusieron sus camisetas de voluntarios para acompañar a sus compañeros aunque solo fuera un tramo.

Como muestran estos ejemplos, en la medida que los empleados están implicados en la selección de actividades, el espíritu de colaboración desinteresado se afianza y se consolidan los proyectos, a la vez que mejora la reputación interna de la organización.

Apuntarse en intranet, contarlo en vídeo

Para facilitar la puesta en marcha del programa, sus responsables crearon un microsite específico en la intranet de Mutua en el que se publican las distintas ofertas de voluntariado, ya provengan de empleados o de la misma aseguradora. Así, los voluntarios que desean apuntarse para colaborar en alguna de las iniciativas pueden hacerlo a través de esta plataforma. De esta manera, todos aquellos miembros de la compañía que tengan la inquietud de proponer y participar en iniciativas solidarias pueden poner en común sus ideas y hacer que, de una forma ágil y sencilla, se lleven adelante con la colaboración de otros compañeros.Otra pieza clave para la buena marcha del programa ha sido la comunicación interna del proyecto y de las iniciativas que se desarrollan. Así, por ejemplo, además de contar con una amplia campaña de comunicación interna cuando se lanzó la iniciativa, el programa utiliza la intranet, el correo electrónico y el portal de vídeos del canal Mutua, entre otros recursos, para difundir tanto las actividades como el resultado de las mismas.En estas informaciones, ilustradas con imágenes, los voluntarios narran sus experiencias en sus propias palabras, lo que tiene un efecto muy positivo de cara a que otros compañeros se animen a participar en iniciativas o propongan sus propios proyectos.Según los responsables del proyecto, todos estos factores, sumados a la gran disposición con la que los empleados de Mutua han acogido el programa de voluntariado, han contribuido a que la iniciativa tenga una identidad propia dentro de la compañía, que también empieza a ser reconocida por muchas ONG.

Las cifras

57% de empresas con más de 500 empleados practica el voluntariado corporativo, según la ONG Cooperación Internacional e IESE.1.500 horas anuales es la media que los trabajadores de estas compañías dedican a las actividades de estos programas.70.000 euros planea invertir en iniciativas solidarias el 19% de las empresas encuestadas.

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