Unipapel prepara ajustes de plantilla ante la situación del mercado y tras comprar Spicers
La compra de Spicers y la situación del mercado en España se le han atragantado a Unipapel. El grupo comunicó el viernes a la CNMV que inicia contactos con los sindicatos para informar de medidas para "adecuar recursos y costes laborales".
Es decir, un ajuste en la estructura del grupo en España para acabar con las duplicidades que ha generado la compra de Spicers y poner fin a lo que la dirección considera que es un exceso de capacidad instalada.
Los responsables de Unipapel ya eran conscientes de esta situación cuando, el año pasado, decidieron hacerse con la empresa mayorista de productos de oficina.
Su compra, por 186,5 millones de euros, le ha permitido al grupo reforzar su presencia en España, Francia, Alemania e Italia y acceder al mercado del Benelux.
Sin embargo, ha provocado solapamientos entre el negocio de Spicers en España y el de Unipapel Distribución. Los planes iniciales del grupo eran poner en marcha "medidas de eficiencia y racionalización" en su actividad española para acabar con estas redundancias pero a partir de 2013.
Las fechas se han adelantado, en parte por la situación del mercado en España. La caída de la demanda interna ya repercutió de forma negativa en los resultados del grupo en 2011.
Unipapel cerró el ejercicio con un resultado positivo, gracias a la venta de su participación en Ofiservice y a los buenos resultados en otros países de Europa. Pero el resultado en España fue negativo: Adimpo (la filial de consumibles informáticos) vio caer sus ventas en un 6,8%; un recorte que fue del 3,2% en el caso de Unipapel.
Según la compañía, "todos los datos micro y macroeconómicos hacen prever que la contracción del consumo en España continúe durante 2012".
De esta manera justifica las medidas "de tipo organizativo y de producción" que va a poner en marcha y con las que, dice, va a hacer frente a la situación actual y a un posible deterioro de la actividad, con el fin de mejorar su competitividad.