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Investigación

Olas en Madrid para los molinos en el mar de Acciona

La piscina más larga de la capital acoge un experimento pionero para alumbrar turbinas eólicas flotantes.

El ensayo de turbinas en el mar, que están llamadas a ser el siguiente gran mercado para la energía eólica cuando el espacio en tierra quede agotado, ha encontrado en El Pardo, a las afueras de Madrid, un laboratorio de excepción. Es el canal de aguas tranquilas, la piscina más larga de Madrid, de 320 metros de longitud, que depende del Ministerio de Defensa y donde se ensayan buques desde 1928. Lo creó Alfonso XIII y figura entre los 10 primeros centros de investigación hidrodinámica de buques de los 120 que existen en el mundo.

En sus aguas, que prueban la resistencia, la propulsión y la estela de un barco, se llegó incluso a testar el comportamiento del velero del equipo español que participó en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004 y que se llevó el oro gracias en parte a los expertos del Cehipar, como se llama este centro de pruebas.

A pocos metros de esta enorme piscina, cuyas aguas se mueven apenas cuando la plataforma de ensayo en forma de buque avanza a 25 nudos (unos 48 kilómetros por hora), se encuentra la piscina de olas, capaz de crear "el mar que te dé la gana", explica Carlos López Pavón, ingeniero de Acciona. La compañía está probando en este mar a medida una turbina flotante de 1,5 megavatios de potencia anclada al fondo para reproducir las condiciones de viento y de mareas que luego habrá que probar cuando se instale en algún punto de la costa del País Vasco, aún por determinar.

El proyecto HiPRwind, que la compañía comparte con otros 18 socios entre centros de investigación, universidades y empresas europeas, es un experimento científico auspiciado por la Comisión Europea para probar aerogeneradores marinos en aguas profundas, un mercado que aglutinará el 50% de la eólica en Europa en 2050, según cálculos de la empresa de la familia Entrecanales.

Un ruido ensordecedor arranca cuando el ingeniero da la luz verde y en apenas unos segundos la turbina de tres patas anclada por cadenas al fondo de la piscina empieza a mecerse movida por pequeñas ondulaciones del agua que simulan olas de cinco metros a pequeña escala, "un viento muy alto, casi de supervivencia", según Pavón. En este minúsculo espacio de tiempo la turbina en ciernes apenas se ha inmutado, una buena señal, porque cuando el aerogenerador real se instale a 1,7 kilómetros de la costa cantábrica, las olas alcanzarán 13 metros, la máxima altura de olas en España.

El proyecto ha elegido este enclave para probar su tecnología en las condiciones más extremas y asegurarse el éxito cuando llegue su comercialización en España, prevista a partir del verano de 2013. Ni siquiera las aguas de Noruega, donde Siemens ha instalado el primer prototipo de turbina flotante del mundo, ofrecen condiciones de viento y de oleaje similares.

Por ello, los noruegos se han interesado por este experimento, en el que comparten el diseño de la turbina con Acciona. "Noruega es un país muy tecnólogo, y aunque tienen petróleo, las plataformas de energía eólica marina flotante pueden ser complementarias para sus estaciones petrolíferas en alta mar", prosiguen desde la compañía. Este país vive un intenso debate sobre una mayor apuesta por las renovables tras el accidente de la plataforma Deepwater Horizon en el golfo de México.

Una vez la turbina se transporte desde Avilés, donde está prevista su fabricación, hasta aguas vascas para empezar a funcionar, se conectará a una subestación en tierra conectada por un cable submarino que proporcionará energía eléctrica al País Vasco. El consorcio que participa en el proyecto la cederá de forma gratuita al Ente Vasco de la Energía (EVE), ya que al tratarse de un proyecto científico no tiene derecho a comercializarla.

Pioneros

Profundidad: la turbina experimental de este consorcio europeo se está diseñando para flotar sobre un mar de unos 80 metros de profundidad.Olas: el aerogenerador se probará en algún punto del País Vasco, que presume de aglutinar las olas más altas de España, de hasta 13 metros de altura. Se ha elegido este enclave precisamente por sus condiciones adversas y asegurarse así de que una vez sobre el agua, la turbina resistirá los embates del viento y del oleaje.Electricidad: la energía eléctrica que se obtenga de estos molinos eólicos experimentales en alta mar se ofrecerá gratuitamente al Ente Vasco de la Energía.

A ocho kilómetros de la costa

La norma que se está gestando en España para dar luz verde a la instalación de parques eólicos en el mar maneja una media de ocho kilómetros del litoral como distancia desde la que se verán las aspas de los enormes molinos desde la playa.El principal problema de la costa española para subirse al tren de este negocio con gran futuro, que promete hasta 52.000 megavatios de potencia instalada en Europa, es que la costa rompe en aguas muy profundas muy cerca del litoral. Por ello, la única opción tecnológica viable es la instalación de turbinas flotantes, sin estructura de cemento para fijar estas máquinas al lecho marino.El experimento de estos aerogeneradores que se sostienen en el agua va en esta dirección y tiene una ventaja medioambiental añadida. "Una vez que esta estructura se retira no queda nada dentro del mar, el impacto en residuos es cero", explican desde Acciona. Pero se trata de una innovación aún en pañales, que no verá el primer molino en alta mar en aguas españolas hasta el verano de 2013 como muy pronto.

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