Los expertos avisan de que la morosidad complicará la limpieza de balances
Los planes del Gobierno y del Banco de España para aislar los activos tóxicos en sociedades a modo de un banco se enfrentan al creciente aumento de la morosidad, que amenaza con elevar aún más el volumen de créditos problemáticos. Goldman cifra en 58.000 millones de euros adicionales el coste del saneamiento.
La banca española se ha convertido en juez y parte de la actual crisis económica que tiene al país a merced de los mercados y expectante ante la evolución de la prima de riesgo. La economía no podrá arreglarse sin dar solución al elevado riesgo inmobiliario de la banca y, a su vez, la banca no podrá salir del túnel mientras la economía no mejore. Los inversores interpretan ya de forma indisoluble el destino del sistema financiero español y de su economía, hasta el punto de que la situación de la banca ha pasado al primer plano de los foros internacionales.
El Gobierno y el Banco de España reconocen que la reforma financiera y su exigencia de saneamientos por más de 50.000 millones de euros no es suficiente para devolver la confianza a la banca y, por extensión, al conjunto del país, a pesar de que fue presentada como la solución con la que propiciar la reactivación del crédito y con la que animar la venta de pisos. Y, pese a la reforma, la realidad ha superado las buenas intenciones, a la vista de que siguen sin quedar resueltos los dos problemas que más inquietan en el mercado: la imprevisible evolución de la morosidad y la dificultad para establecer precios fiables en el mercado inmobiliario.
Para Goldman Sachs, el principal problema del sistema financiero español es "la ausencia de un precio creíble de mercado para los activos inmobiliarios". La entidad estadounidense se suma a quienes afirman que el esfuerzo de la reforma -que exige más provisiones pero no capital adicional- no es suficiente y que son necesarios al menos 58.000 millones más para la limpieza de balances, de los que 19.000 corresponden a provisiones por créditos fallidos y otros 37.000 por el aumento de la morosidad. Así, Goldman calcula que la mitad de la exposición actual al sector inmobiliario entrará en impago.
"A día de hoy es difícil calcular cuánto dinero adicional será necesario para abordar el avance de la morosidad. Todo dependerá de la duración final de la crisis actual", añaden desde otro banco de negocios internacional. Y es precisamente la inquietud sobre la evolución de la morosidad, junto con la ausencia de efecto que ha tenido la puesta en marcha de la reforma financiera, lo que ha impulsado al Gobierno y al Banco de España a promover una separación más efectiva de los activos tóxicos de los sanos a través de la creación de sociedades de liquidación. Mientras, y en el más corto plazo, la exposición de la banca al ladrillo crece a causa de las operaciones corporativas. Goldman estima que los ocho mayores bancos han elevado su exposición en 2011 a activos inmobiliarios como consecuencia principalmente de las fusiones. Suman ahora activos inmobiliarios por 210.000 millones de euros, el equivalente al 11,3% de su balance.
El coste del 'banco malo'
Goldman Sachs alaba la idea de crear sociedades en las que aislar los activos tóxicos de la banca y señala que es una "fórmula apropiada" para disipar las dudas sobre la exposición de las entidades al sector inmobiliario. Cifra entre 21.000 y 37.000 millones de euros el coste de separar la morosidad relacionada con el suelo y los edificios en construcción. Se inclina incluso por la parte baja de la banda, 21.000 millones, de los que 15.000 millones serían "suficientes para sacar del balance el suelo" que acumulan los bancos, y 6.000 millones para las promociones en construcción. El banco de negocios estadounidense apunta, además, a que la creación de estas sociedades de liquidación son mejor fórmula que las inyecciones de capital a la hora de restaurar la confianza en la banca española.