El Gobierno italiano amenaza con dimitir si no se aprueba su reforma laboral
La ministra de Trabajo de Italia, Elsa Fornero, aseguró hoy que su Gobierno, presidido por el tecnócrata Mario Monti, se irá "a casa" si el Parlamento italiano no aprueba su reforma laboral, que ha recibido críticas tanto por exceso como por defecto.
Durante un congreso en la ciudad de Reggio Calabria (suroeste), Fornero, a quien se recuerda por las lágrimas que derramó el pasado mes de diciembre al hablar de los sacrificios de sus conciudadanos durante la presentación del plan de ajuste de Monti, quiso puntualizar que, de todos modos, su reforma laboral no es "intocable".
"Hasta ahora hemos recibido críticas por ser 'demasiado incisivas' o 'demasiado poco incisivas' (las medidas sobre el mercado del trabajo), pero de una cosa estamos seguros: iremos al Parlamento y si la reforma no se aprueba, nos iremos a casa", dijo la ministra, en declaraciones que recogen los medios italianos.
"Esta es una reforma laboral para el país y no para complacer a los sindicatos, las empresas o los autónomos. Nuestra reforma piensa en un mercado del trabajo abierto, integrador y dinámico. Integrador quiere decir sin 'ciudadelas protegidas' porque es impensable que en un mundo tan dinámico se puedan comenzar y terminar carreras de 17 a 57 años siempre en la misma realidad empresarial", añadió.
Varios son los frentes que tiene abiertos el Ejecutivo tecnócrata sobre las reformas que está aprobando, sobre todo la laboral, que, a diferencia de otras medidas, no ha contado con un apoyo unánime de los tres principales grupos parlamentarios.
El Gobierno trata de mediar para que tanto el Partido Demócrata (PD) de centroizquierda como el conservador Pueblo de la Libertad (PDL) de Silvio Berlusconi converjan y muestren la misma disposición a aprobar el texto en el Parlamento sin exigencias que el tercer grupo que le sustenta, el llamado "Tercer Polo" de centroderecha.
En la reforma laboral, cuya primera versión se aprobó en Consejo de Ministros el pasado 23 de marzo, el PDL echa de menos una mayor flexibilidad en la contratación, mientras que el PD ha presionado para que se vuelva a permitir la readmisión del trabajador despedido por motivos económicos infundados.
Ante las presiones del PD y de los sindicatos, el Gobierno finalmente cambió esa primera versión de su reforma antes de llevarla al Parlamento y reintrodujo dentro del artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores la posibilidad de que un juez decrete la readmisión de un trabajador si la causa económica esgrimida a la hora del despido es de "manifiesta inexistencia".
Este cambio ha despertado las críticas de la patronal italiana Confindustria, que, como el diario estadounidense Wall Street Journal, apunta a que finalmente la reforma laboral de Monti, que actualmente se tramita en el Senado, se ha quedado en casi nada.
Para intentar acercar posturas, el Gobierno se reunirá el próximo martes en Roma con los líderes de esos tres grupos parlamentarios.
"Voy a esta cita con seriedad y sin arrogancia. Hemos trabajado bien y quizá alguno ha cambiado de idea sobre las posiciones precedentes", comentó hoy la ministra de Trabajo.
"Es posible cambiar de idea, como es posible cambiar alguna cosa de la reforma, nadie dice que sea intocable. Pero reivindico que esta reforma tiene su equilibrio y una validez general", agregó.
La crisis sigue sin dar tregua a Italia, país en el que la tasa de desempleo marcó un récord el pasado febrero al subir hasta el 9,3% y donde en 2012, según datos de la asociación empresarial CGIA, ya se han suicidado 23 empresarios por problemas económicos.