El dividendo resiste en las empresas españolas
Las del Ibex pagan este año 26.027 millones, un 0,3% menos que en 2011. Muchas lo harán, eso sí, con nuevas acciones.
En tiempos de crisis las empresas españolas se esfuerzan por mimar a los accionistas. El deterioro económico ha tenido un claro impacto en los resultados de las cotizadas, en 2011 el beneficio de las empresas del Ibex cayó un 34%, pero esto no ha impedido que la mayoría se esfuerce por mantener el dividendo lo más intacto posible, pese a que ello implique reducir el pago en efectivo. Muchas compañías han recurrido a la retribución en acciones como vía para seguir premiando a los inversores, una opción que utilizarán más empresas este ejercicio, y gracias a ella se prevé que el desembolso total en dividendos de las compañías del Ibex apenas se resienta.
Las previsiones de consenso recogidas por Factset apuntan a que las empresas del Ibex repartirán 26.026,8 millones de euros en dividendos con cargo a los resultados de 2012, una cifra que supone un retroceso de apenas un 0,3% respecto a los 26.125 millones que se estima terminarán de pagar este año con cargo a los resultados del pasado ejercicio. Todo ello en un ejercicio en el que no se descarta que los resultados vuelvan a caer a pesar de que las previsiones apuntan a un alza del 11,5%.
El entorno económico no acompaña pero a pesar de la crisis es importante diferenciar entre unas compañías y otras. El entorno recesivo sin duda forzará a muchas empresas, especialmente aquellas con negocios cíclicos, a suprimir o recortar la retribución al accionista sin que ello impida que otras con resultados recurrentes y dividendos constantes a lo largo de los años sean capaces de mantenerlos o mejorarlos. Este año, por tanto, el cóctel que deja la combinación de aquellas cotizadas con músculo para mejorar el dividendo compensará a las que se verán obligadas a sacar la tijera o a optar por los dividendos flexibles para mantener la retribución.
En concreto, se espera que trece empresas del índice consigan incrementar la retribución al accionista en 2012 (Abengoa, Amadeus, Enagás, Ferrovial, Gas Natural, Inditex, Mapfre, Mediaset, OHL, Red Eléctrica, Repsol, Técnicas Reunidas y Sacyr). Las estimaciones de Factset indican que otras diez la mantendrán (Acciona, Acerinox, ACS, BBVA, Santander, CaixaBank, Gamesa, Grifols, IAG y Telefónica) y las restantes (Abertis, Arcelor, Sabadell, Popular, Bankinter, BME, Día, Ebro Foods, Endesa, FCC, Iberdrola e Indra) optarán por recortarlo, bien por prudencia, la caída de los resultados o ante la ausencia de extraordinarios como el caso de Abertis.
La concesionaria, una de las empresas que más ha cuidado a sus accionistas a lo largo de los años, repartirá en julio un dividendo extraordinario de 0,67 euros por acción a cuenta de los resultados de 2011 vinculado a las ventas de los negocios de aparcamientos y parques logísticos que el grupo mantenía en Atlantia, un premio que no se repetirá en los dividendos con cargo a 2012 sin que ello implique que la compañía no siga apostando por premiar al accionista. De hecho, sin el extraordinario, la retribución aumentará en un 10% el dividendo por acción en 2011, y se prevé que en 2012 mantenga una política generosa.
A la hora de buscar compañías con dividendos atractivos, además de analizar cuáles son las que mantendrán los pagos totales, merece también la pena destacar a las compañías que siguen retribuyendo todo en efectivo. La crisis ha hecho mella en los resultados y cada vez son más las empresas que optan por el pago en acciones. La banca, uno de los sectores más azotados por la caída de los resultados, las nuevas exigencias de capital y el aumento de la morosidad, ha sido el primero en apuntarse a esta modalidad. Una fórmula que permite limitar la salida de caja por el alto grado de aceptación que tiene la retribución en acciones. En 2011 Santander, BBVA, Popular, CaixaBank y Bankinter optaron por esta fórmula. Los expertos no descartan que Sabadell y Banesto, hasta ahora entidades que no han recurrido a esta vía, terminen haciéndolo, y otros analistas advierten que no será raro que algunas entidades acaben utilizando esta modalidad para todos los dividendos. Santander, por ejemplo, ya ha anunciado que de los cuatro abonos que hace al año prevé que en 2012 todos ellos sean flexibles.
El sector financiero, en cualquier caso, no ha sido el único que ha utilizado a esta modalidad a la que ya se han sumado otras cotizadas como Gas Natural, Gamesa o Iberdrola y la lista va en aumento. Abertis reconoció la semana pasada en la junta de accionistas que está estudiando incorporar el dividendo flexible el próximo año, mientras que Repsol y ACS ya ofrecerán esta posibilidad a sus accionistas en las próximas juntas. Telefónica, de momento, no ha hecho un anuncio específico pero el pasado ejercicio, al anunciar un recorte de dividendo, comunicó que en 2012 combinará el pago en efectivo y acciones de la autocartera, al tiempo que matizó que los desembolsos están sujetos a las condiciones del mercado, lo que deja abierta también esta posibilidad.
El uso cada vez más extendido del llamado scrip dividend permite a las empresas adaptarse a la crisis y aunque no es la panacea para el accionista sí facilita la supervivencia del dividendo en un entorno recesivo. Las ventajas para las empresas son claras puesto que, al dar al accionista la opción de elegir entre recibir títulos nuevos procedentes de una ampliación de capital o vender los derechos de suscripción para garantizar un pago en efectivo similar al dividendo tradicional, la empresa limita la salida de efectivo y protege así al máximo posible su caja. La principal desventaja para el accionista, especialmente para el que recibe el dinero, es la dilución que sufre por el incremento del número de acciones. El consuelo que queda a quien acuda a la ampliación de capital es el retraso de su paso por Hacienda, puesto que la retención (del 18% al 27% dependiendo de las plusvalías) solo se le aplicará cuando venda los títulos.
El dividendo no debe ser la única motivación para invertir puesto que también puede verse alterado si el contexto económico se agrava más de lo esperado, pero sí puede servir de guía. "Normalmente las compañías que son recurrentes en resultados son estables en el pago de dividendos", recuerda Juan José Fernández-Figares, de Link. "El problema es que el dividendo sufre cuando las cosas van mal y lo que no se sabe es si en un año, dos o tres van a cambiar. Un inversor de largo plazo debe buscar un perfil de negocio estable que en tiempos malos aguante. El sector de la energía por naturaleza es el más estable, empresas como Red Eléctrica y Enagás", explica Nicolás López, director de análisis de M&G Valores.
Un inversor que apueste por la recuperación de la Bolsa a partir de ahora también puede encontrar un importante incentivo en la elevada rentabilidad por dividendo que ofrecen muchas empresas. La rentabilidad media de las empresas del Ibex ronda el 5,2%, una cifra algo inferior al 5,4% del pasado ejercicio y al 5,7% que rinde en el bono a 10 años en el momento actual, pero, en cualquier caso, muy elevada. Existen además 15 compañías con rentabilidades por dividendo superiores al 6%, según recogen las estimaciones de Factset (ver cuadro). Eso sí, también hay expertos que aconsejan extremar la prudencia.
"Algunas empresas tienen una rentabilidad por dividendo muy elevada y el mercado las castiga precisamente por eso. El ejemplo más paradigmático es el de Telefónica. La compañía anunció un recorte de dividendos a finales de 2011 pero el mercado espera más recortes por su elevado endeudamiento y la debilidad del mercado doméstico", avisa Daniel Pingarrón, estratega de IG Markets.
El dividendo sigue vivo, pero no hay que olvidar que también es el primero que sufre cuando las cosas empeoran.