Bankia, el objeto de todas las miradas
Con más de tres siglos de historia, el grupo lucha por mantener su independencia
El germen de la actual Bankia se remonta a 1702, con el nacimiento del Monte de Piedad, entidad fundada por el sacerdote aragonés Francisco Piquer para combatir la usura y ayudar a los más necesitados con préstamos gratuitos respaldados por joyas u otras propiedades. Un negocio que poco tiene que ver con el actual coloso financiero formado por Caja Madrid, Bancaja -resultado de la fusión en 1992 de las cajas de Valencia, Segorbe, Castellón, Sagunto y Carlet- y otras cinco cajas de ahorros que, con 305.000 millones de euros en activos, se ha convertido en la tercera entidad financiera española.
Ha pasado de dar préstamos gratuitos para combatir la usura a convertirse en el tercer banco
Ahora afronta el reto de intentar mantener su independencia y sortear el proceso de reestructuración financiera en solitario. Su principal lastre para conseguir el objetivo es la abultada cartera inmobiliaria -entre Bankia y su matriz, BFA, suman 6.818 millones de euros en adjudicados y 41.233 millones en crédito a promotores y empresas de construcción-, un riesgo latente al que se suman los 5.070 millones de saneamientos adicionales que le ha impuesto la reforma financiera aprobada por el Gobierno. La entidad, no obstante, insiste en que puede afrontar esta nueva purga de su balance sin necesidad de recurrir a una fusión, después de que se haya llegado a especular incluso con la posibilidad de una unión con CaixaBank, su eterno rival. Para acallar estos rumores, Bankia asegura que tiene músculo suficiente para seguir en solitario y, en el proceso, no descarta participar en alguna operación corporativa. De hecho, pujó por la catalana Unnim, aunque al final optó por retirarse y no presentar oferta vinculante en la segunda ronda, forzada en buena medida por el rechazo que provocaban en el Gobierno sus intenciones. En este accidentado camino, Bankia ha sido la única caja de ahorros, junto a Banca Cívica y Criteria (que se reconvirtió el pasado año en CaixaBank), capaz de desafiar a los mercados en plena tormenta y dar el salto a la Bolsa el pasado mes de julio. Será este mismo mes cuando el presidente de Bankia, Rodrigo Rato, tendrá que mostrar sus cartas y presentar al Banco de España su hoja de ruta para adaptarse a los requerimientos de la reforma financiera.