Y los súper revolucionaron la forma de comprar
Las grandes superficies han ido arrinconando cada vez más a los hoy muy debilitados comercios tradicionales
Fue una idea sencilla, pero de consecuencias muy trascendentales para la historia de la distribución. Tras trabajar algunos años como dependiente en varios almacenes, el estadounidense Clarence Saunders (1881-1953) abrió en Clarksville (Tennesse) su propia tienda. Aunque con alguna que otra innovación: el género estaba expuesto a la vista y alcance de los clientes, de manera que eran estos y no un vendedor quienes recogían los productos que se querían llevar, pagándolo todo a la salida. Era 1917 y Saunders había inventado el primer autoservicio.
El concepto ha evolucionado bastante durante el último siglo, pero la idea subyacente sigue siendo la misma: ahorrar costes mediante la incorporación del cliente en el proceso de compra. Las cadenas de supermercados desembarcaron en España a finales de los años cincuenta, siendo la catalana Caprabo la única superviviente. Un año después del nacimiento de este periódico (1979) vio la luz Dia (Distribución Internacional de Alimentación), cuya filosofía empresarial fue desde el principio minimizar costes a ultranza sin escatimar en calidad para ofrecer los precios más competitivos posibles. Ello se hace patente desde el mismo momento en que uno entra en el establecimiento, dada la escasa decoración de los mismos y la combinación de estanterías industriales con refrigeradores. La compañía ha realizado durante los últimos años un importante proceso de internacionalización que la ha llevado a tener casi 6.500 establecimientos en nueve países. La firma se estrenó a Bolsa en 2011 tras salir del grupo Carrefour, sin duda uno de los protagonistas del desarrollo de los hipermercados en España. Suya era también la marca Pryca (Precio y Calidad), nacida en 1976 y sustituida por la enseña matriz Carrefour tras la compra por parte de esta de la cadena competidora Continente. La irrupción de supermercados e hipermercados revolucionó para siempre la distribución en España, dejando a los negocios tradicionales al borde de la extinción.