La construcción se niega a perder el mercado local
La solución que apunta Fomento para mantener la obra pública precisa fondos privados
La necesidad de atajar el déficit público, hasta dejarlo en el 2,1% del PIB en 2014, ha apuntillado a la obra pública en España. Expertos del sector de las infraestructuras calculan que la reducción en inversión será de unos 50.000 millones entre 2010 y 2014.
Debe mejorarse el marco concesional para inspirar confianza al inversor
En el Ministerio de Fomento, que ahora lidera Ana Pastor, se trabaja en el enésimo plan de infraestructuras. Este es a 12 años vista y promete la movilización de 225.000 millones en obras y conservación. Eso sí, todo pasa por conseguir financiación de la banca, pública y privada, y por la participación del capital privado a cambio de concesiones. El secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras, Rafael Catalá, ha reconocido en público que los primeros años del Plan de Infraestructuras de Transporte y Vivienda (Pitvi) serán de escasez de proyectos. En lo que coinciden Administración y empresas es en que debe mejorarse el marco regulatorio para ofrecer garantías jurídicas y económicas a quienes apoyen al Estado. La otra clave es solucionar los problemas del sector concesional en las distintas autopistas de peaje que incumplen las previsiones de tráfico o que han visto saltar por los aires su plan económico por sobrecostes de expropiación y construcción. Se trata, reconoce Fomento, de generar confianza antes de pedir ayuda a fondos, bancos y empresas. En un escenario en que la licitación por parte de Gobierno, comunidades y ayuntamientos ha caído desde los 40.000 millones de 2007 hasta los 13.000 millones de 2011, la solución que plantea el Ejecutivo es la internacionalización, y pone como ejemplo la adjudicación del AVE Medina-La Meca, valorado en 6.700 millones. Pero ¿pueden las constructoras modestas abrirse camino fuera? Entre las empresas cada vez son más quienes reclaman que se retome el plan hidrológico, se planifiquen obras para cuando mejore la economía o se presione a Bruselas para que la lluvia de fondos vuelva a regar España.