¡Mariano, Mariano, no llegas al verano!
Después de las acciones protagonizadas por los piquetes durante la madrugada en enclaves estratégicos como los grandes intercambiadores de transporte o los mercados de abastos de las principales ciudades, el comercio fue su siguiente objetivo. En Madrid, de nueve a once de la mañana, los piquetes recorrieron las calles del centro coreando cánticos y proclamas contra el Gobierno y la reforma laboral. ¡Mariano, Mariano, no llegas al verano! ¡Que sí, que sí, que este Gobierno son los lacayos de Merkel y Sarkozy" fueron algunos de los más escuchados.
Los turistas más madrugadores que deambulaban hoy por Madrid no daban crédito. La ciudad había amanecido más sucia de lo habitual porque el servicio de limpieza y recogida de basuras de la noche no funcionó con normalidad con motivo de la huelga general. Pero es que además, centros neurálgicos de las compras, como la Plaza de Callao, la Puerta del Sol o la bulliciosa Gran Vía se despertaban tomadas literalmente por la Policía. De repente, y según se aproximaba la hora de apertura de las tiendas, el ruido del tráfico cesó para dar paso a los cánticos contra la reforma laboral y los recortes aprobados por el Gobierno.
Los manifestantes cortaron el tráfico en la Gran Vía y recorrieron esta arteria de la capital 'conminando' a las pocas tiendas que habían decidido cumplir con su horario habitual a que cerraran con motivo del paro de 24 horas convocado por UGT y CC OO. Al grito de ¡esquirol, hoy no se trabaja, hoy no se consume! y, pese a la fuerte presencia policial, los comerciantes decidían cerrar entonces sus establecimientos para evitar males mayores. Los manifestantes replicaban entonces con sonoros aplausos. Una vez que los piquetes continuaban su marcha, las tiendas volvían a abrir sus puertas.
Curiosos, turistas, clientes y vecinos se sumaban a la marcha entre sorprendidos y divertidos por las rimas más o menos ingeniosas de los cánticos. Pero si alguno decidía encararse con algunos de los integrantes de los piquetes era respondido con insultos, improperios y más cánticos: ¡violencia es no llegar a fin de mes!, ¡hoy con trabajo, mañana en el paro!
La eterna división entre patronos y obreros fue otro de los temas más recurrentes que pudo escucharse a la marcha que primero recorrió la Gran Vía hacia Plaza de España, para luego subir por la misma calle en sentido contrario hasta finalizar en la Puerta del Sol. Los manifestantes gritaban ¡obrero despedido, patrón colgao! o ¡no tengo empleo, por eso piqueteo!
Ni la policía ni los periodistas acreditados en la marcha que daban cuenta de lo que allí estaba pasando se libraron de los insultos y ataques de algunos piquetes. ¡Qué casualidad, sube la pobreza y el gasto policial! o el manido ¡Ahí están, esos son, los piquetes del patrón! A los informadores les dedicaron gritos de fascistas, mentirosos. ¡Televisión, manipulación! o ¿Luego diréis que somos cinco o seis! fueron otras de las estrofas entonadas. En definitiva, lo habitual en cada huelga general.