CEOE rechaza la eliminación de las ayudas públicas para financiarse
La voz de alarma la dio hace una semana el vicepresidente primero de CEOE, Arturo Fernández, al calificar a la organización como "anticuada" y subrayar la necesidad de abordar una profunda transformación para que la clase empresarial se sienta realmente identificada con la patronal. En ese discurso, Fernández también abogó por la supresión del modelo tradicional de financiación de la patronal, basado en subsidios públicos. "Debe basarse en el cobro de unas cuotas a los asociados y no en las ayudas públicas", subrayó.
Esa última propuesta, sin embargo, apenas cuenta con defensores en el seno de la propia patronal. Así lo desvela en una encuesta interna a sus asociados, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que CEOE pregunta a los empresarios sobre los ejes que debería incluir un plan estratégico para regenerar la imagen y el papel de la empresa en la sociedad.
La encuesta, fechada el 28 de febrero, muestra cómo existe una gran división empresarial sobre el modelo de financiación y sobre la relación de la patronal con otros organismos como las Cámaras de Comercio o el Instituto de la Empresa Familiar.
En cuanto a la financiación, existe unanimidad en cuanto a la necesidad de preservar la independencia de las organizaciones, aunque la mayoría de los empresarios contempla como un "derecho" las aportaciones públicas, especialmente en el caso de las organizaciones territoriales. "æscaron;nicamente una mínima parte de las respuestas abogan por financiarse exclusivamente a través de las aportaciones de los asociados", añade el informe.
Los empresarios consultados también coinciden en la necesidad de que otros colectivos, como los empresarios autónomos, sean reconocidos y se integren en las organizaciones empresariales, aunque no hay consenso sobre el modelo a desarrollar.
Más 'presentismo'
El presentismo laboral (presencia de los trabajadores en sus puestos de trabajo más allá de su horario normal) ha aumentado 40 puntos porcentuales en solo dos años debido a la crisis económica y al miedo de los trabajadores a perder su empleo, según Randstad.