¿'Quo vadis' Competencia?
La reforma propuesta por el Gobierno, mediante un anteproyecto de ley, para fusionar los organismos reguladores y crear la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha levantado fuertes críticas, tanto por parte de la Comisión Nacional del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) como de la Comisión Nacional de Energía (CNE). Y la pasada semana le tocó el turno a la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), que dio a conocer el informe pertinente sobre la reforma enviado al Gobierno.
En el mismo, Competencia avisa de que la reforma puede provocar una parálisis de los expedientes, una pérdida de eficacia y de independencia, la imposibilidad de hacer informes sobre sectores, algunos de ellos muy críticos con las Administraciones públicas, como, por ejemplo, el referente al transporte terrestre de viajeros y el sistema de concesiones, y desmonta una de las razones dadas por el Ejecutivo para realizar la reforma, esa que habla de querer continuar una tendencia internacional. La CNC dice que no hay "precedentes contrastables en el ámbito internacional y, específicamente, comunitario".
En un principio, puede parecer que a quien más beneficia la reforma es a la CNC, no en vano coincide con la propuesta realizada por el expresidente del organismo Luis Berenguer en su última comparecencia en el Congreso el año pasado. Pero fuentes del mundo de la competencia niegan la mayor y subrayan que supone un giro de 180 grados con respecto a la situación actual.
El anteproyecto de fusión de los reguladores no coincide con la propuesta de ley que el PP presentó en el Congreso en abril del año pasado
Así, resaltan que es un órgano nuevo, con consejeros nuevos y con una estructura y funcionamiento no definido en el anteproyecto. Además, el anteproyecto no coincide con la propuesta de ley que el propio Partido Popular presentó en el Congreso en abril del año pasado, ya que ahora se habla de un organismo único y no de la CNC mandando sobre el resto de reguladores, como entonces.
Incertidumbre
La sensación de incertidumbre sobre lo que se viene encima embarga a muchos de los actores de este mundo. El anteproyecto no define cómo quedará la estructura, ya que aparte de la composición del organismo, con los consejeros y la elección del presidente, no se fija detalladamente si se crearán direcciones relacionadas con las distintas áreas como energía, telecomunicaciones o la que englobe a la Dirección de Investigación (DI) de la actual CNC. Esto es algo que se supone, pero que no viene especificado en el documento aprobado por el Consejo de Ministros.
En suma, que no se sabe quién va a hacer cada cosa, si los expedientes los llevará la DI, o bien la dirección pertinente acogerá temas de energía, los de las telecos lo llevará la suya, etcétera. Marta Delgado, of counsel de Jones Day, resalta que no se sabe cómo va a funcionar todo y cómo estará organizado. Raimundo Ortega, también of counsel del bufete, habla de que puede ser un caos.
El ahorro esgrimido por el Gobierno para justificar la reforma (4 millones de euros) es considerado minúsculo por los que se mueven en estos temas. Es más, el mundo de la competencia recuerda que la CNC es un organismo barato, solo supone 12 millones, y, además, muy rentable. El año pasado, por ejemplo, Competencia cerró con unas multas conjuntas de 250 millones. Y solo en el mes de febrero de este año el organismo ha impuesto 90,8 millones en sanciones. Es verdad que las empresas recurren a los tribunales y pasan años hasta que se tiene la sentencia y el ingreso definitivo, o no, en las arcas del Estado. Pero este maná de ingresos, provocado porque las compañías multadas han impedido un mercado libre y más barato, puede ponerse en riesgo, señalan las fuentes consultadas.
Así, indican que solo con que se vea afectado uno de los expedientes "gordos" que lleva actualmente la CNC, en el caso de que no se resuelva en plazo por el periodo de transición e interinidad a raíz del cambio, como denunció Competencia la semana pasada, la multa perdida por el Estado puede ser importante. Es preciso señalar que la media de las sanciones por expediente se sitúa en unos 10 millones; por lo tanto, mucho más que el ahorro buscado con la fusión.
Marta Delgado señala que el proyecto dice muchas cosas, pero no indica cómo se va a hacer; con contenidos que tienen consideraciones legales pero que no vienen recogidos en el proyecto. Y Ortega expone que tal y como está redactado el anteproyecto existen dudas sobre si puede ser eficiente y producir ahorros, aunque apuesta por la cautela.
Como uno de los inmortales personajes de Pinocho, la obra de Carlo Collodi, la CNC ha actuado muchas veces como el Pepito Grillo de las Administraciones públicas, con informes que levantan ampollas, como el de los carburantes, marcas blancas o del juego, gracias a su facultad de promoción de la competencia. Y esta función ahora es retirada por el anteproyecto.
En este punto, llega la pregunta clave. ¿A qué responde este movimiento? Desde distintos ámbitos del Derecho de la competencia se habla de que el Gobierno va a tener que tomar decisiones difíciles y no quiere contar con una voz independiente que le pueda cuestionar. Pero se señala que puede haber también otro objetivo más prosaico: la voluntad de destituir a los presidentes y consejeros actuales sin esperar al cambio natural para controlar los organismos. Y la única manera de hacerlo ya es creando un organismo nuevo que sustituya a los actuales. De hecho, hay cuatro consejeros en Competencia cuyo mandato caduca este año. Pero quizá el asunto estaba más, en este punto, en la CMT y CNE, con elecciones de cargos más recientes y criticados por el PP. En su momento, Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, ya anunció claramente, cuando estaba el PP en la oposición, la voluntad de acometer cambios en los organismos.
De esta forma, se abre un camino lleno de incertidumbres que solo se podrá despejar en el momento del trámite parlamentario y en el reglamento posterior. Ortega habla de la importancia que va a jugar este reglamento y que puede ser positiva la reforma si se regula bien. Lo veremos pronto.