Los bodegueros se convierten en hoteleros
Más del 25% de las cavas españolas aplican fórmulas de enoturismo para aumentar las ventas
Conjugar el vino con el turismo ha resultado ser un negocio muy rentable. De ahí que en los últimos cinco años más del 25% de las bodegas españolas se hayan decantado por esta fórmula, según afirma Pau Roca, secretario general de la Federación Española del Vino (FEV). El fenómeno del enoturismo, que también se da en otros países como Italia o Estados Unidos, ha sido en España más pronunciado debido a la gran afluencia de turistas extranjeros.
Tratamientos de belleza a base de vino, baños en barrica, masajes con pepitas de uva, envolturas con productos procedentes del viñedo o hacer una visita en globo o calesa a los pagos son solo algunas de los reclamos de estas nuevas bodegas, que además de hacer vino, catas y visitas guiadas, ahora cuentan con hotel y spa.
La promoción de la imagen de marca, la fidelización de los consumidores y el aumento de las ventas, sobre todo directas, son las principales ventajas de estos nuevos negocios, que además están volcados en conseguir la diversificación para paliar la crisis. Arzuaga Navarro es una de las bodegas que ha corroborado esta idea. Según su presidente, Ignacio Arzuaga, esta fórmula, además de ayudar a consolidar la imagen de marca, potencia un nuevo canal de distribución, más directo, que en esta cava supera hasta el 10% de sus ventas totales de vino. Cifra que en otras bodegas se eleva hasta el 25% de la facturación, como confirman que así sucede en Finca La Estacada (en Tarancón, Cuenca). Los establecimientos hoteleros también han resultado ser muy atractivos para los amantes del enoturismo. En Arzuaga, el área turística supone el 40% la facturación total, que asciende a los 11 millones.
La incorporación del diseño en las bodegas españolas también está contribuyendo a la llegada de turistas de todo el mundo. No en vano, en los últimos años más de una veintena de bodegas españolas han invertido en obras monumentales diseñadas por arquitectos de reconocido prestigio. Integrada en el grupo Faustino, Portia ha sido una de las cavas que ha apostado por esta otra fórmula para atraer visitantes de todo el mundo. Un fenómeno, el enoturismo, que a juicio de Juan de la Cruz Burgos, su director, todavía tiene mucho recorrido por delante, ya que aún no han entrado de forma masiva grandes operadores en este segmento de negocio.
Al igual que Portia, Marques de Riscal también ha querido dejar diseño en sus instalaciones. Según señalan en esta bodega, su innovadora propuesta ha ayudado a incrementar sus ventas y a consolidar la marca en España y en el exterior.
Grupo Pesquera
El grupo Pesquera sigue dando vueltas de tuerca para potenciar el enoturismo en sus cuatro bodegas (Tinto Pesquera, Condado de Haza, Dehesa la Granja y El Vínculo). Su último movimiento es la inauguración de un hotel en Peñafiel, en 2011, que viene a completar su oferta. Visitas guiadas para grupos, tours y catas, comidas maridadas o jornadas sobre vendimia son algunas de las propuestas de esta cava que cuenta con enoteca para cursos de iniciación.
Abadía Retuerta
Abadía Retuerta ha sido una de las últimas bodegas de Castilla y León que ha sucumbido a la nueva tendencia de conjugar el vino y la hostelería. La rehabilitación de este hotel de cinco estrellas, Abadía Retuerta LeDomaine, en Sardón del Duero (Valladolid), ha corrido a cargo del arquitecto italiano Marcos Serra. La apuesta de LeDomaine es el enoturismo de lujo. Integrada en una finca de 700 hectáreas, esta cava prevé visitas en calesa o helicóptero al viñedo, entre otras.
Marqués de Riscal
Cuando Marqués de Riscal encargó a Frank Ghery el diseño del hotel de esta cava, en plena Rioja Alavesa, no podía imaginar que desde 2006 el número de visitas anuales aumentaría de 5.000 a las 60.000 actuales. Esta obra arquitectónica ha sido un reclamo que ha afianzado el atractivo que ya suponían las visitas a las entrañas de la bodega o las catas. La guinda la ha puesto la apertura del spa, donde los visitantes pueden recibir tratamientos de belleza y relax de vinoterapia.
Finca La Estacada
Desde su nacimiento en 2001, esta cava apostó por el enoturismo. Primero con las visitas a la bodega y catas posteriormente con la apertura de un restaurante, en 2007, y del hotel spa. Este servicio ha potenciado una alternativa a los cauces tradicionales de venta de vino. Además, está ayudando a fidelizar a los clientes, como aseguran en la cava. Masajes con aceite de pepita de uva, baños de hidromasaje o envolturas son algunos tratamientos de esta cava de Tarancón (Cuenca).
Arzuaga-Navarro
Aromaterapia, cromoterapia, duchas vichy, sala de masajes o vinoterapia con productos del viñedo son solo algunos de los tratamientos de spa vinícola de Bodegas Arzuaga-Navarro, en plena milla de oro de la Ribera del Duero. Una de las primeras cavas que apostó por el enoturismo en 1998, ya ese mismo año la bodega comenzó la construcción de un hotel, abierto en 2000. En 2007 dio un paso más, construyendo en el viñedo el spa, que se inauguró un año después.
Portia
Las nuevas instalaciones de Portia, con poco más de un año de existencia, han sido de las más visitadas en la Ribera del Duero. Integrada en el grupo Faustino, esta bodega ha alcanzado una cuota de mercado importante tanto en España como en el exterior, gracias al diseño del premiado arquitecto inglés Norman Foster. Cursos de cata de vino, corte de jamón, vuelos en globo sobre los viñedos y visitas guiadas a la bodega y los viñedos son algunas de sus apuestas en enoturismo.