Nada que envidiar al ingenio israelí
Las comunidades de regantes de Murcia y Almería son referencia mundial en el uso de tecnología puntera para el ahorro hídrico
Los 11.000 agricultores de la comunidad de regantes de Cartagena (Murcia) salvaron la cosecha en las temporadas de 2009 y 2010 gracias a la cesión de agua de la cuenca del Tajo. No lo fue en sentido estricto sino que tuvieron que pagar 28 céntimos de euro por cada metro cúbico. "Imagine el incremento. Ahora estamos pagando 16 céntimos de euro por metro cúbico y ya nos parece caro", dice Manuel Martínez, presidente de este colectivo, el más grande de España en regantes individuales.
Pero en lugares donde el agua ha escaseado siempre, "todo suma" para optimizar este recurso. Murcia y Almería figuran entre las provincias que más uso han hecho de estos bancos de agua, como se conocen en la jerga del sector. "La propia comunidad se comporta como un banco, se ceden derechos desde cuencas que no necesitan caudal durante un periodo de tiempo a otras donde la sequía hace imposible cultivar", explica Martínez.
"Esto es una industria y hay que asegurarse de que los agricultores puedan mantener los empleos", sostiene. Pero la cesión de derechos no es la única solución a la que han recurrido estas zonas secas. Hace al menos veinte años que el Centro de Edafología y Biología Aplicada al Suelo (CEBAS), un referente en investigación en ciencias agrarias con sede en Murcia, abrió un programa de asesoramiento sobre el riego por goteo. Desde entonces, esta comunidad autónoma se ha convertido en ejemplo mundial por haber hecho de la necesidad virtud, al mismo nivel que los israelíes, que han sabido exportar su tecnología por todo el mundo.
Los bancos de agua han salvado al sector agrícola en el sur en momentos de extrema sequía
El funcionamiento parece tan sencillo que cuesta entender por qué no se aplica de forma generalizada en otras regiones de España donde las lluvias abundan. "Seamos claros. No tenemos agua. Ese es el motivo que nos ha llevado a utilizar hasta la última gota. Si tuviéramos en abundancia la derrocharíamos por nuestra naturaleza latina", bromea Martínez.
El último grito de esta tecnología diseñada para aprovechar hasta la última gota se llama hidroponía. Esta técnica consiste en suspender el cultivo en cuestión dentro del invernadero. Cada planta se instala en una maceta, a la que llega el agua a través de un conducto con precisión matemática a fin de no desperdiciar nada. Si se trata de flores, por ejemplo, se riegan dos minutos cada diez. "Es como suministrar agua en vena, en función del proceso de cada planta", señala Martínez.
El ahorro generado por este tipo de sistemas, que hoy se controlan por satélite para que el agricultor disponga incluso de información inequívoca sobre el nivel de lluvias, puede alcanzar hasta el 70% respecto al riego por inundación, que aún prevalece en otras regiones donde abundan las lluvias.
"Se trata de cultivos tecnológicos, pero no se pueden realizar de forma masiva. Se aplica solo a algunas variedades, como la fresa, el tomate, la judía, el pimiento o el pepino", explica Javier Serrano, presidente de la comunidad de regantes de Pulpí, en Almería. Los 300 millones de lechugas que viajan desde este municipio hasta el último rincón de Europa han aprovechado cada gota. "Pulpí empezó a utilizar el riego localizado hace 25 años. Fuimos de los primeros en España", destaca Serrano.
Esta comunidad de regantes también ha recurrido al banco de agua cuando la sequía se ha instalado en la región. La última vez fue hace dos años. Recibió suministro del río Almanzora, procedente del trasvase Tajo-Segura. "El sistema de cesión de derechos se debería potenciar, da agilidad a la Administración y no cuesta dinero. Está en la ley, pero no se usa mucho", opina Serrano. Este año, los regantes de esta comunidad están de enhorabuena. "2011 ha sido muy bueno desde el punto de vista hidrológico, pero no tanto en términos de actividad agraria, que ha sido muy mala debido a precios especialmente bajos", escriben en la web de la comunidad.
Gestión lo más cercana posible de los agricultores
La comunidad de regantes de Cartagena recibe esta semana la visita de una delegación agraria de México que quiere aprender nuevas técnicas de riego y de gestión más inteligente, que dependa menos de la Administración central.Porque el éxito del aprovechamiento de los recursos hídricos en el sur de España no solo depende del uso de tecnologías avanzadas sino también de la posibilidad que tienen los propios agricultores de decidir cuánto quieren ahorrar."Al final, quienes deben ahorrar son los propios regantes, ellos pagan el agua y ellos deben decidir cómo evitarse gastos", explica Manuel Martínez, presidente de este colectivo. Por ello, iniciativas como el sistema de cesión de derechos llaman la atención en el extranjero.
Las cifras
70% de ahorro supone el sistema de riego localizado respecto a la inundación de los cultivos.2011 fue el primer año de buena cosecha después de cinco de sequía.300 millones de lechugas es la producción anual de la comunidad de regantes de Pulpí, en Almería. El 80% se exporta.