Ni los idiomas ni un trabajo más precario evitan la fuga de talentos
Marta, Paco, José, Manel y Arianna son cinco jóvenes españoles que un día desembarcaron junto al Támesis con la esperanza de ganarse las habichuelas. Tienen entre 24 y 32 años y sus historias ponen cara al acrónimo JESP con el que últimamente se define a una generación de gente bien preparada que se ha visto obligada a salir de España en busca de trabajo: Jóvenes Emigrantes Sobradamente Preparados.
Marta Romo, recién licenciada en Turismo de 24 años, ni siquiera se planteó buscar trabajo en España. Llegó hace cinco meses y por ahora sirve baguettes en una franquicia de comida rápida mientras mejora su inglés. Para ella "no es un mal comienzo" antes de dar el salto a echar currículos en su sector, uno de los pocos en los que Reino Unido sigue demandando profesionales. Marta es una de los 25.000 españoles y españolas que se registraron en la Seguridad Social Británica durante 2011. Y es que durante el año pasado la llegada de españoles hacia Reino Unido aumentó un 85%, un crecimiento superior al de cualquier otra comunidad de emigrantes.
Paco es ingeniero informático de 32 años. Tiene seis años de experiencia en su sector y prefiere no dar su verdadero nombre porque, como muchos otros, está viviendo del paro a la vez que estudia inglés y echa currículos para trabajar de lo suyo. Manel Guimerá (31) era jefe de obra en Barcelona. Hizo Arquitectura Técnica, un máster en Estructura y un posgrado en Patologías de la Edificación. Con esa especialización nunca imaginó que terminaría en Londres como guía turístico. José Núñez trabaja en la misma empresa que Manel. Estudió Administración y Dirección de Empresas y tiene dos años de experiencia en una multinacional. Dejó su trabajo en 2007 y viajó a Londres para aprender inglés un año, pero al estallar la crisis decidió que se quedaría una temporada más hasta que pasara el temporal. Ya lleva cinco años y aún se pregunta: "¿Para qué voy a volver?"
Jóvenes y titulados
A ellos poco les preocupan las consecuencias que su marcha pueda tener en el mercado de trabajo español y su competitividad, esas que (según dicen los expertos), causarán a largo plazo esta fuga de jóvenes cualificados. Para Marta, si el país se queda huérfano de ellos "es porque es imposible emprender en España o desarrollar nuestro trabajo allí. En España no hay nada peor que ser joven y titulado".
El ministro de Economía, Luis de Guindos, tuvo recientemente la oportunidad de pronunciarse sobre las incertidumbres de estos jóvenes españoles que están llegando a Londres en su visita a la ciudad de la semana pasada. Al preguntarle sobre el futuro de los ciudadanos que se ven obligados a salir de España por culpa de la falta de trabajo y cuándo podrán volver, aseguró que "el entorno de la City está atrayendo a muchos profesionales y no hay que olvidar que la movilidad laboral es positiva".
Aunque el paro en el Reino Unido no supera los cinco millones de personas como en España, 2,5 millones de desempleados tampoco convierten a Londres en un El Dorado para los jóvenes talentos. La mayoría no llegan atraídos por el influjo financiero de la City, sino expulsados por las condiciones económicas en España. En Gran Bretaña, la mayor demanda de empleo procede del sector sanitario, el turismo y la hostelería.
De los jóvenes que CincoDías ha entrevistado, tan solo Arianna Angulo ha logrado un buen trabajo vinculado a su formación. Es enfermera y tiene 29 años. Llegó desde Sevilla a Londres hace cuatro meses y ha logrado su sueño. "No pensé que con mi inglés patatero iba a conseguir trabajar en cuidados intensivos, lo que más me gusta, pero en la primera entrevista que hice me cogieron". Cobra casi 2.000 libras cuando en Sevilla era "casi imposible" trabajar de enfermera. "Solo cubría dos meses y medio de verano y los 15 días de navidad. Luego tenía que buscarme la vida sirviendo en cafeterías y bares".
MARTA ROMO. Licenciada en Turismo. "Quise salir al extranjero y la recesión me convenció del todo"
Marta Romo es madrileña y tiene 24 años de edad. Lleva solo cinco meses en Londres, acaba de terminar Turismo en la Universidad Carlos III y sirve baguettes en un establecimiento de la franquicia de comidas EAT para mejorar su inglés y después buscar trabajo en su sector.Aspira a encontrar trabajo en una empresa de organización de eventos. "Siempre pensé que al acabar la carrera quería salir al extranjero. La crisis terminó de convencerme y ni siquiera me he planteado buscar trabajo en España. Ver a mi hermana ingeniera trabajando por 600 euros al mes me ha hecho reflexionar", comenta esta joven. Dice que le gustaría estar en Londres un par de años y luego volver a España, pero no lo hará "a cualquier precio", sino en determinadas condiciones.
MANUEL GUIMERÁ. Guía Turístico: De crisis en crisis entre Barcelona, Dublín y Londres
Manel Guimerá, de 31 años, no es un emigrante sino un reemigrante. Salió de Barcelona huyendo de la crisis del ladrillo. Estudió Arquitectura Técnica y "ganaba bien" como jefe de obra. Cuando le despidieron en 2009 decidió irse a Dublín, donde estuvo un año y medio trabajando como camarero, en una tienda y, por último, en las oficinas de Microsoft. Pero en estos tiempos convulsos una nueva crisis, la irlandesa, volvió a afectar sus decisiones y decidió probar suerte en Londres. En la capital británica es guía turístico, igual que su compañero José Núñez (en la foto). Ahora quiere esperar a las Olimpiadas, y luego decidir si retoma su carrera.
Las cifras del éxodo
l El número de españoles mayores de edad residentes en el extranjero ha aumentado un 25,6% desde 2008 (307.900 personas), según refleja el censo electoral.l El 50% de los españoles que decide salir al exterior a buscar trabajo lo hace a Europa.l Unos 25.000 españoles se registraron en la Seguridad Social inglesa durante 2011.l Las comunidades con mayores incrementos de emigración a otros países son Canarias, Baleares y La Rioja.