La CE se niega a revisar el objetivo de déficit hasta que España no presente cuentas
Advierte al Gobierno de que no dispone de margen presupuestario.
El Gobierno de Rajoy había marcado en rojo el 23-F de 2012 en su calendario presupuestario. Madrid confiaba en que ese día la Comisión Europea, aprovechando la publicación de sus nuevas previsiones económicas, dejase de imponer a España el objetivo de déficit público (4,4% del PIB a finales de este año) pactado por el anterior Gobierno con la Unión Europea.
La Comisión rebajó drásticamente las previsiones de crecimiento tanto para España, a la que augura un caída del PIB del 1% en 2012, como para la zona euro (tres décimas de caída) y el conjunto de la UE (estancamiento). Pero a pesar de la recesión general anunciada, ayer no se produjo la señal de alivio esperada por Madrid.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, el finlandés Olli Rehn, descartó plantearse cualquier relajación del objetivo mientras España no aclare la situación real de sus finanzas públicas en 2011 y presente el proyecto de presupuestos para este ejercicio. "Solo entonces", advirtió Rehn en rueda de prensa, "podemos volver a ese tema del calendario de ajuste".
La intransigencia de Rehn desbarata la secuencia prevista por Rajoy. Su equipo económico estaba esperando un gesto de benevolencia de la Comisión para poder presentar unos presupuestos con arreglo a un objetivo de déficit "realista", como señaló ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Pero Bruselas no se fía y además de un nuevo presupuesto restrictivo al máximo reclama mucha información antes de aflojar el dogal.
En primer lugar, Rehn quiere saber "las causas del derrape fiscal del año pasado", que según el nuevo Gobierno dejará el déficit dos puntos por encima del 6% pactado.
El comisario reclama, en concreto, que se detalle "si ese derrape procede de la administración central o de las administraciones autonómicas". Y, sobre todo, Rehn desea saber "si se debe a razones coyunturales o estructurales". Es decir, si la desviación se debió a la mala coyuntura económica y, por tanto, fue inevitable. O si, como sospecha Bruselas, fue provocada por el sistema presupuestario y, por tanto, debe corregirse subiendo los impuestos o recortando el gasto.
Si se impone esa tesis, España tendría que hacer este año un ajuste de 25.000 millones de euros, según cálculos citados ayer por Bloomberg, y sufrir una recesión mucho más grave de lo previsto ayer por la Comisión Europea. Ante tal abismo, el presidente del Gobierno admitió ayer por primera vez, durante una rueda de prensa en Roma, que "hablaremos con la UE" sobre el objetivo de déficit para poder presentar "un presupuesto realista para 2012".
Pero en Bruselas, el comisario Rehn insistía en que, en cualquier caso, España apenas dispondrá de margen presupuestario porque es uno de los países en el punto de mira de los mercados financieros. "Los países bajo presión deben continuar la consolidación fiscal", subrayó Rehn citando las conclusiones aprobadas por el último consejo de Ministros de Economía de la UE (Ecofin) solo 24 horas antes. "España suscribió ese texto y espero que respete su compromiso", exigió el comisario.
El texto del Ecofin fue aprobado en presencia del ministro de Economía, Luis de Guindos, aunque el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, aboga claramente por la necesidad de ajustar el cuadro macroeconómico español a la nueva situación económica. Fuentes comunitarias señalan que la bicefalia económica del Gobierno español podría estar debilitando su posición a la hora de renegociar el calendario de ajuste.
Recesión general
A España tampoco le ha servido de momento el argumento del gravísimo deterioro de sus previsiones de crecimiento, una variable que Bruselas parece relativizar en un contexto de recesión generalizada. Las previsiones de ayer rebajan en ocho décimas el crecimiento del PIB de la zona euro en 2012 (del 0,5% augurado hace solo tres meses al -0,3%) y en seis décimas el de la UE (del 0,6% al 0%). La rebaja es mucho mayor para los dos países a los que se ha obligado a tomar medidas de ajuste: de casi punto y medio para Italia (que pasa del 0,1% al -1,3%) y y de casi dos puntos para España (del 0,7% al -1%).
La propia Comisión reconoce que la caída será mucho mayor como consecuencia de las medidas de ajuste que Rajoy deberá incluir en sus primeros presupuestos. Y que tras entrar en recesión en este trimestre en curso, la debacle continuará hasta 2013 como mínimo.
Frente al escenario de pesadilla para el sur de Europa (que se completa con la caída en barrena de Grecia y Portugal), Bruselas reaccionó ayer con aparente indiferencia. "La recesión será moderada y breve", concluyó Rehn, una descripción que solo parece ser válida para Alemania y Francia, que seguirán creciendo aunque un poco menos de lo previsto.
Rehn tampoco aprecia riesgo de estrangulamiento del crédito, aunque según sus datos la financiación al sector privado continúa cayendo en seis países de la zona euro, entre ellos, España, donde registró una caída del 3% en diciembre de 2011, un porcentaje similar al que sufren dos de los países intervenidos (Grecia y Portugal) aunque lejos de Irlanda (-7,5%).
A pesar del sombrío panorama, Bruselas se empeña en hacer una lectura positiva de sus nuevas previsiones y solo parece encontrar en ellas motivos para la autosatisfacción.
Rehn señaló como un elemento clave favorable el segundo rescate de Grecia, "en el que se han despejado las incertidumbres", aunque el mercado sigue descontando la posibilidad de una suspensión de pagos en Atenas.
Los avances para reforzar el fondo de rescate de la zona euro también fueron ensalzados, aunque Berlín ha vuelto a rechazar esa posibilidad.
El comisario también celebró los avances en la recapitalización del sector bancario europeo, aunque los analistas apuntan la situación de ese sector como uno de los principales riegos de la zona euro.
Funcas amplía el descenso hasta el 1,7%
La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) aprovechó ayer la actualización de las previsiones de la Comisión Europea para hacer públicas las suyas.Frente a la caída del 1% vaticinada por Bruselas y el 1,5% previsto por el Banco de España, la estimación de Funcas es aún más negativa y ahonda la caída de la economía española hasta el 1,7% en tasa anual, ya que sí tiene en cuenta el ajuste adicional que deberá aprobar el Ejecutivo de Mariano Rajoy para rebajar el déficit al 4,4% del PIB. Dicho de otro modo, Funcas estima en un descenso del PIB de siete décimas el efecto que tendrán sobre la actividad los recortes que aprobarán a lo largo de este ejercicio las Administraciones Públicas. Además, Funcas justifica su pesimismo por los mayores ratios de capital exigidos por la Autoridad Bancaria Europea y por las severas exigencias en materia de provisiones de pérdidas introducidas en la reciente reforma del sistema financiero.El informe de previsiones dibuja un panorama muy oscuro, con los tres primeros trimestres con caídas del PIB y con un cuarto en el que la economía permanecerá estancada. En cualquier caso, para 2013 Funcas prevé un débil crecimiento del 0,2%. Con estas cifras, resulta imposible revertir la principal lacra de la economía española: el elevado paro. De hecho, la tasa de desempleo subirá hasta el 24,2% en 2012 y en 2013 volverá a crecer hasta situarse en el 24,5% de la población activa. De ese modo, los efectos de la reforma laboral como motor para el empleo no se notarán al menos hasta 2014.