"La reforma laboral nace incompleta y es insuficiente"

Licenciado en Económicas y técnico comercial y economista del Estado, José Luis Feito está considerado como el cerebro económico de la CEOE, tras desempeñar altos cargos en el FMI, el Banco de España o la OCDE. Su misión en la patronal: vigilar la economía y las reformas.

A José Luis Feito (Madrid, 1952) la reforma laboral impuesta por el Gobierno se le queda corta. Poco más que un primer acto de lo que se avecina. "En Alemania estuvieron tres años adaptando su mercado al actual contexto económico", recuerda. Y es lo que esta voz autorizada de CEOE espera que suceda en España. Pese a aplaudir el impulso del nuevo Ejecutivo, cree que se deja claves en el tintero.

En la CEOE no dan crédito a lo favorable que ha salido la reforma laboral para los empresarios...

Nada de eso.

Se dice que el decreto se ha firmado con la pluma de la patronal.

La opinión en CEOE es que la reforma va en la dirección adecuada, salvo por algunos defectos de forma que pueden deberse a la urgencia con que se ha diseñado. La flexibilidad interna en la empresa; mejorar la eficacia de la negociación colectiva; reducir el coste de contratación se refiere a costes de despido... Todo tiene sentido.

Reconocerá que se ha facilitado enormemente el despido.

El despido es una desgracia para el empresario, un fracaso. Lo que yo creo es que la reforma debe ser alabada internacionalmente porque ataca problemas que no se habían abordado en 30 años. Pero es incompleta e insuficiente.

¿Qué echa de menos?

No se habla del subsidio de paro. España seguirá teniendo un enorme desempleo, y gastando mucho en él.

¿Qué propone?

Nuestra estructura del subsidio de paro es anómala y sin precedentes en Europa. El desempleado español lo considera como una renta de dos años, mientras en Europa la inactividad es mínima porque hay que aceptar las ofertas.

¿El parado es el culpable?

Las autoridades de Trabajo también lo son. En España no hay el más mínimo control sobre la colocación. Un parado no puede desestimar una oferta, como está pasando aquí, cuando en cualquier país del mundo dejan de cobrar si la rechazan. La propia estructura del subsidio estimula el paro. Por ello deberíamos acercarnos a la media europea, donde los subsidios son inferiores. Eso sí, si tienes una persona que no encuentra ocupación, pese a hacer lo imposible, hay que ayudarle hasta el final.

Ya ha explicado por qué la reforma le parece incompleta. ¿Dónde la ve insuficiente?

Respecto a la negociación colectiva hay dudas sobre la eficacia de las cláusulas de descuelgue. En cuanto a la ultraactividad prórroga automática de los convenios vencidos, marcar dos años parece demasiado.

¿España irá a corto plazo hasta los seis millones de parados al allanarse el despido?

En ningún país se ha despedido más por abaratarse el despido. Pero habría que empezar por analizar si ahora sale más barato romper un contrato. La objetivación de las causas de despido y la probabilidad de que se pueda ir por los 20 días, en lugar de los 45, no están claras. Hay dudas legales. En todo caso, es absurdo que hoy el 70% de los despidos sean improcedentes.

Este es el momento para quien planeara recortes...

Por definición, cuando el despido es memos costoso se contrata más. Es verdad que estamos en crisis y que es probable que ahora no crezca el empleo. Pero las reformas funcionan en tiempos de expansión creando más trabajo del que se crearía, y en recesión destruyendo menos del que se destruiría. Siempre será positivo. Lo que una empresa no se gasta en recortar, lo invierte. Eso crea trabajo, directa o indirectamente.

No hay que asustar a la gente. Si un despido caro evitara el desempleo, en España no habría nadie en la calle.

La tramitación de la ley puede solucionar las fallas que usted señala o atender a la presión de los sindicatos...

Si no hay modificaciones, esta reforma servirá de poco por sus fallos clamorosos. Por ejemplo, se estipulan 20 días de formación al año por trabajador. Dicho así, el aumento de los costes laborales será del 1,5% y se hunde la moderación salarial pactada. Eso hay que afinarlo, al igual que la ultraactividad. Si el Parlamento va en la otra dirección, recorreremos el camino de Grecia.

¿Teme una huelga general?

La última fue un fracaso y solo sirvió para que el anterior Gobierno dijera que lanzaba una reforma valiente. Entonces se apreció una reacción antisindical de la sociedad, pese a la irritación con el Ejecutivo, y mi percepción es que nadie piensa ahora que se le están robando derechos o posibilidades de futuro. El problema no es que padres e hijos, como dicen los sindicatos, vean recortados sus derechos. La tragedia es que familias enteras están hoy en el paro.

¿La reforma ha servido para restañar heridas en CEOE?

Hasta hace dos o tres años CEOE parecía un sindicato más. En la última reforma de la negociación colectiva que hizo el PP, en 2002, CEOE acompañó a los sindicatos. Pero de un tiempo a esta parte se ha dado cuenta de que hay que salvar a las empresas y al propio país. Por eso nos negamos a aceptar la chapuza de la reforma socialista. Es verdad que en CEOE hay un alma liberal y otra socialdemócrata, pero, ante todo, esta casa es muy presidencialista y cada presidente ha estado con el sentir de la mayoría.

No ha querido valorar si llegaremos a los seis millones de parados...

Superaremos los cinco millones y medio... Las previsiones que están dando el FMI y el Banco de España hablan de una caída del PIB del 1% o 1,5%. Si eso fuera así, y aún suponiendo que la reforma laboral reduzca la destrucción de empleo, es muy probable que nos acerquemos a los seis millones.

¿Pone fecha a la recuperación?

Tendremos dos partes este año: una con datos negativos al menos hasta junio, y una segunda en que las expectativas cambiarán radicalmente a pesar de que los datos sigan siendo malos. Si Europa consolida un núcleo que soporte una posible quiebra de Grecia, y nuestro Gobierno sigue empeñado en un calendario de reformas y ajustes presupuestarios, este país recuperará su autonomía. No olvidemos que España está intervenida de facto. Con UE o sin ella, con euro o sin él, tenemos un problema de endeudamiento exterior cuya solución requiere sacrificios brutales durante mucho tiempo. Si los hacemos recuperaremos independencia y nos importará poco lo que digan Alemania y las agencias de rating. De lo contrario, también nos importará tres narices lo que digan fuera porque estaremos hundidos.

El peaje en autovías aportaría el 1% del PIB

Además de sus labores en CEOE, José Luis Feito preside la Asociación de Empresas Españolas Concesionarias de Autopistas (Aseta), un cargo que le da visión sobre la política de Fomento.El plan de infraestructuras de la ministra Ana Pastor no llegará hasta julio, pero ya avanza que nada será como antes. Feito opina que cualquier planificación debe pasar por poner peaje en las autovías, "para igualarnos con Francia, Alemania, Italia y Portugal, y no tener que destinar tantos recursos al mantenimiento de carreteras".Esa solución aportaría al Estado, según sus cálculos, un 1% del PIB: "podríamos atacar el déficit, solucionar problemas del sector del transporte e invertir en conservación de infraestructuras".Otro lastre para España, que desequilibra la balanza de pagos, es el consumo de energía importada: "Esto se debe a que somos el país que más usa la carretera. ¿No será porque es gratis? Debemos redirigir las mercancías al ferrocarril".En cuanto a la financiación de futuras obras, la clave pasa por captar capital privado. Eso sí, antes hay que generar confianza: "El modelo concesional está a punto de explotar. Se están construyendo autovías paralelas a las autopistas y las concesionarias están en riesgo de quiebra. Si esto no se soluciona no podremos atraer inversión y perderemos la exportación de servicios y construcción basado en nuestra experiencia en infraestructuras. El Gobierno es consciente y lo quiere arreglar".