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El apalancamiento supone el 16% de los recursos

Mapfre recobra potencia de fuego al reducir a la mitad su deuda financiera

La deuda de Mapfre en 2011 suponía el 15,6% del patrimonio, la mitad que hace cuatro años. En términos absolutos, ha bajado en 1.127 millones de euros. El grupo gana así potencia financiera. Puede asumir adquisiciones pequeñas en solitario, pero las grandes operaciones requerirían ampliar capital.

Mapfre ha aprovechado estos cuatro años de invierno económico para hacer acopio de armas y municiones. Su intención: mejorar su pegada. Esta es una de las impresiones que dan las cuentas presentadas por la entidad la semana pasada.

La mayor aseguradora española ha reducido a la mitad su apalancamiento financiero en cuatro años. La deuda de Mapfre se disparó en 2008, a raíz de la compra en EE UU de The Commerce Group por 1.600 millones de euros. Entonces, llegó a representar el 31,4% de su patrimonio. Al cierre del pasado año, esta ratio había menguado hasta el 15,6%. Un nivel muy similar al 18,8% que anotaba al cierre de 2007.

Para afrontar la que aún hoy sigue siendo la mayor adquisición de su historia, Mapfre tuvo que hacer uso de un préstamo puente de 1.000 millones. Su intención original era ampliar capital, realizar una emisión de bonos y proceder a su devolución durante un plazo alargado. Pero la crisis financiera internacional truncó aquellos planes y la aseguradora tuvo que repagar el dinero solicitado de forma acelerada. Aquel crédito quedó satisfecho al acabar el tercer trimestre de 2009.

Los esfuerzos de la firma que preside José Manuel Martínez y de la que se hará cargo Antonio Huertas a partir del próximo 10 de marzo no se han quedado ahí. En 2011, la aseguradora amortizó una emisión de deuda sénior de 275 millones de euros.

Gracias a medidas como estas, la deuda total de Mapfre ha pasado de un máximo de 3.045 millones de 2008 a 1.915 millones al cierre del pasado ejercicio.

Del otro lado, la aseguradora ha aprovechado su creciente tamaño para reducir la ratio de apalancamiento. En concreto, desde 2007, la compañía ha incrementado su patrimonio en un 73%. Ahora alcanza los 10.330 millones de euros.

Una de las maniobras habituales del grupo ha sido la reinversión del dividendo en nuevas acciones. A través de esta vía, ha logrado ampliar su capital en 815,4 millones de euros desde 2008. A este proceso contribuye que la compañía está en manos de dos grandes inversores institucionales: la Fundación Mapfre (63%) y Bankia (15%).

Actualmente, el patrimonio de Mapfre es cinco veces superior al importe de su deuda. "Es una ratio muy elevada si se compara con sus competidores europeos. En grupos como Aegon, Allianz, Generali, Aviva o Axa el equity suele ser dos veces y pico la deuda contraída", explica un consultor. Y agrega, "parece que los gestores de Mapfre quieren disponer de margen de maniobra y potencia de fuego por lo que pueda venir".

En el proceso de desapalancamiento han tenido especial relevancia las alianzas con grupos financieros foráneos (Banco do Brasil, Grupo Mundial) y entidades de crédito españolas (Bankinter, Catalunya Caixa, CCM, Caja Duero). De hecho, en los últimos cuatro años se ha duplicado la aportación de los socios externos al patrimonio, hasta los 2.684 millones.

Precisamente, este fenómeno lleva a varios expertos consultados a matizar la fuerza del grupo. "Mapfre tiene una buena estructura financiera, pero no tiene una posición holgada para realizar operaciones importantes porque eso exige ampliar capital y el momento de mercado no es bueno. Sí puede, en cambio, ejecutar compras pequeñas", sostiene Nuria Álvarez, analista de Renta 4. Otro consultor coincide con su diagnóstico. "Las adquisiciones en Europa, así como algunas en España, requieren disponer de bastante dinero. Además, a Mapfre le gusta comprar participaciones mayoritarias y eso encarece las operaciones", sentencia.

Pulsos bancarios y expansión internacional

Los responsables de Mapfre son conscientes de que tienen dos grandes desafíos corporativos por delante: la reordenación de los acuerdos de bancaseguros en España y ahondar la expansión internacional.Las fusiones entre cajas han puesto patas arriba sus alianzas con aseguradoras y Mapfre es uno de los grandes afectados. De sus cinco socios, solo Bankinter permanece al margen de operaciones corporativas. En los demás casos (Bankia, Caja Duero, CCM y Catalunya Caixa) debe medirse con uno o varios rivales.El Gobierno ha dado hasta enero de 2014 para que las entidades de crédito elijan su proveedor de seguros. Pero rescindir ciertos pactos será muy caro. Precisamente, Aviva reclama 944 millones por romper amarras en Aseval a Bankia (socio de Mapfre a través de Caja Madrid). Para tratar de abaratar esa factura, las aseguradoras estudian solicitar al regulador que las alianzas vayan por línea de producto en lugar de por ramo.El deseo de proseguir su expansión internacional es el otro factor que puede llevar a Mapfre a protagonizar alguna compra. José Manuel Martínez ha señalado a Antonio Huertas, su sucesor en la presidencia del grupo, que la aseguradora debe lograr un hueco en los grandes mercados asiáticos, desembarcar en Europa del Este y hacerse fuerte en EE UU. Mapfre ha sacado partido a su temprana vocación internacional. Tras dar el salto al exterior en los años ochenta, el grupo tiene hoy presencia en 46 países. Destaca su posición en América Latina, Turquía y Filipinas. Las filiales foráneas aportan el 62% de las primas y el 45% del beneficio.

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