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Estos productos rentan hasta un 4,50% a 12 meses

Los pagarés sustentan la guerra del pasivo

La Ley Salgado y la nueva fiscalidad de las rentas del ahorro han restado protagonismo a los depósitos pero la guerra del pasivo continúa. Desde hace varios meses, los pagarés han tomado el relevo de las imposiciones a plazo fijo de la banca. Sin embargo, conviene leer la letra pequeña.

Los pagarés han tomado el relevo de las imposiciones a plazo fijo de la banca
Los pagarés han tomado el relevo de las imposiciones a plazo fijo de la bancaThinkstock

Primero llegó el cierre de los mercados mayoristas y después aparecieron en escena sus consecuencias. Los bancos se lanzaron a la caza del cliente ofreciendo un amplio abanico de depósitos con remuneraciones que iban creciendo a cada paso. Sin embargo, los elevados tipos de interés de las imposiciones a plazo fijo encontraron un techo. La Ley Salgado, que penaliza a los bancos que ofrezcan altas rentabilidades en sus depósitos y obliga a engordar las aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), y la nueva fiscalidad de las rentas del ahorro restaron atractivo a los depósitos.

Y entonces volvieron a aparecer los pagarés. La inversión mínima de este producto se redujo considerablemente, por lo que se hicieron accesibles al pequeño accionista, y muchos bancos optaron por aligerar la oferta de depósitos y usar este instrumento para captar la ansiada liquidez. La ventaja añadida estaba clara: con este producto las entidades evitaban tener que hacer aportaciones extraordinarias al FGD.

Para muestra un botón. A principios de año algunos bancos decidieron reducir la rentabilidad de sus depósitos o, incluso, retirar del mercado alguno de sus productos, mientras que la oferta en pagarés continúa en primera línea de fuego. Tal y como informan desde el portal de finanzas personales HelpMyCash.com, la gran mayoría de las entidades mantiene la rentabilidad de sus pagarés a un año.

En concreto, Bankia, Cajamar y CatalunyaCaixa continúan ofreciendo un interés del 4% TAE (Tasa Anual Equivalente) a 12 meses. Pero no son los únicos que han optado por prolongar la guerra del pasivo a través de este producto. Los pagarés de Sabadell siguen rentando un 3,90% a un año, igual que los de Banesto, que dan un 3,60%, y los de Santander, que continúan remunerando un 3,25% para importes mínimos de 5.000 euros.

También hay quien sube la apuesta. Popular, por ejemplo, ha elevado la remuneración de sus pagarés a un año, que ha pasado del 4% al 4,50%, mientras que la rentabilidad de los de Bankinter es del 4,10% a 12 meses pero puede llegar hasta un 4,35% siempre y cuando sean importes mínimos de 15.000 euros. Banco Pastor, por su parte, comercializa pagarés al 4% a un año desde el pasado 1 de febrero.

La excepción que confirma la regla es Ibercaja, que ha optado por recortar la rentabilidad de sus pagarés a 12 meses hasta el 3,75% desde el 4% anterior. El importe mínimo para poder contratarlos es de 1.000 euros.

Valorar los riesgos

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Y es que los pagarés son un producto muy distinto a los depósitos a plazo fijo y llevan implícitos otro tipo de riesgos, por lo que se hace más necesario que nunca leer la letra pequeña antes de contratarlos.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que este tipo de producto no está garantizado por el Fondo de Garantía de Depósitos, es decir, que el único aval es la entidad que los emite. Teniendo en cuenta esto cobra más importancia que nunca conocer su salud financiera, ya que su solvencia es la única garantía. Además, hay que analizar el plazo al que se contrata el pagaré. Es necesario estar muy seguro de que no se va a necesitar el dinero durante ese tiempo porque, si se necesitara antes de lo previsto, los pagarés se pondrían a la venta en el mercado secundario al precio de ese momento.

Las comisiones de la cuenta asociada son otro de los puntos a tener en cuenta. El Banco de España recomienda a los bancos ofrecer cuentas libres de comisiones cuando los clientes solo la usan para depositar lo devengado con los depósitos. Sin embargo, en el caso de los pagarés, no existe normativa por lo que puede ser habitual que estas cuentas llevan implícitas determinadas comisiones

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