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La apreciación del dólar encarece las importaciones desde la zona euro

Las tensiones en Irán y Siria llevan al crudo a máximos en ocho meses

El embargo europeo a Irán y la tensión internacional sobre el conflicto en Siria han vuelto a disparar el precio del petróleo. El barril de Brent superó ayer los 116 dólares, situándose en máximos de ocho meses. En euros, el precio está por encima de 88 unidades, cerca del récord histórico (93 euros) por el fuerte abaratamiento de la moneda única frente al dólar.

La tormenta perfecta se cierne sobre la zona euro y en especial sobre aquellas economías que dependen más de las importaciones de crudo, como España. Todos los organismos internacionales coinciden en que esa región entrará este año en recesión, que puede convertirse en depresión si se consolidan las dos tendencias registradas en las últimas semanas: el encarecimiento del petróleo y el abaratamiento del euro.

El embargo europeo al petróleo iraní y el rechazo de Rusia y China a imponer sanciones a Siria han vuelto a desatar las incertidumbres sobre el suministro de petróleo en Oriente Próximo y han elevado el precio de la cotización internacional, recordando lo acontecido hace un año con las revueltas en Libia.

El barril de Brent, de referencia en Europa, superó ayer los 116 euros, situándose en máximos de ocho meses, pese a que la demanda de crudo sigue estable. De hecho, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que las necesidades mundiales de crudo solo crecerán un 1,2% este año (1,1 millones de barriles diarios más) por el estancamiento en el que se van a sumergir la gran mayoría de países desarrollados, cuya demanda caerá un 0,7%. En el otro lado, las necesidades de los países emergentes van a crecer un 3%, tras haber subido otro 3% en 2011.

El repunte del precio del petróleo, sin embargo, no va a afectar a todos los países por igual. La depreciación del euro frente al dólar ha provocado que las compras de crudo (que se hacen en dólares) se hayan encarecido de forma significativa para los países de la zona euro. En los últimos ocho meses, la moneda única ha perdido un 12% de su valor frente al billete verde, lo que obliga a los compradores de la zona euro a gastar más dinero para adquirir la misma cantidad de petróleo.

Riesgo de depresión

Ese efecto se puede comprobar si se calcula el coste del barril en euros. Ayer, la cotización estaba por encima de 88 euros, tan solo cinco por encima del máximo histórico (93), registrado en junio de 2008. El precio en dólares, sin embargo, superaba los 116 dólares, casi 30 por debajo del récord de 2008. Por lo tanto, el encarecimiento del crudo en euros puede ahondar la recesión económica en aquellas economías de la zona euro que más dependen de las compras de crudo. Y ese puede ser tan solo el principio, ya que los analistas auguran que si Irán bloquea las exportaciones de crudo en Oriente Próximo, el precio podría elevarse a 140 dólares por barril.

Ese encarecimiento afectaría directamente a España, en la que el petróleo cubre la mitad de la energía demandada. El problema es que tan solo produce el 0,2% de lo que consume, por lo que debe importar el resto. La más mínima subida de precio, por lo tanto, supone una merma en su capacidad de competencia. El anterior titular de Industria, Miguel Sebastián, fue el que calculó que por cada euro que se encarece el petróleo, el coste para España se eleva a 600 millones.

De hecho, ya está teniendo su repercusión en el déficit comercial, que registra la diferencia entre exportaciones e importaciones. En los 11 primeros meses llegó a 41.789 millones, de los que el 85,6% procede de las importaciones de energía.

Pese a los esfuerzos del anterior Ejecutivo por reducir la dependencia del crudo y potenciar las renovables, el peso del petróleo apenas ha cambiado en del mix energético. En 2008 suponía el 47,9% del total y en 2010, último dato disponible, era el 47,3%. Algo similar ha ocurrido en el caso del gas natural, que representa una cuarta parte de la energía que se consume en España y cuyas compras están muy concentradas en un solo país (Argelia), que absorbe una tercera parte de las importaciones.

El encarecimiento del crudo se ha transmitido de forma inmediata al surtidor en España. El precio del litro de gasóleo ya ha superado los 1,5 euros por primera vez en la historia, en parte también por la generalización del céntimo sanitario, que ya se aplica en ocho autonomías. Ese umbral se ha rebasado en una estación de servicio de Galp en Antequera (Málaga), con un precio de 1,539 euros. En los datos que facilita a diario, el Ministerio de Industria también incluía una gasolinera de BP en Monforte del Cid (Alicante), aunque finalmente ha tenido que reconocer su error ante las quejas de la compañía, que argumentaba que el precio de venta del gasóleo era de 1,367 euros y no de 1,530 euros, tal y como figuraba en la estadística oficial.

Las cifras

1,32 dólares se pagaban ayer por un euro, lo que supone una caída del 12% en los últimos ocho meses.88 euros era la cotización del Brent, el máximo en tres años y tan solo tres euros por encima del récord de 2008. En esa fecha, el cambio era de 1,6 dólares.116 dólares era la media del precio del Brent ayer, más de 30 dólares por debajo del récord histórico.

Rusia vuelve a rechazar una intervención pese a la retirada masiva de embajadores

La resolución del conflicto en Siria, que amenaza con convertirse en una guerra civil, ha abierto una fractura entre los países que apoyan una intervención internacional y aquellos que optan por una solución "negociada". En el primer bando se encuentran los países de la UE, que ayer de forma masiva retiraron a sus embajadores ante la situación de inseguridad que se vive y el agravamiento de la represión sobre la población civil.Francia, España, Alemania o Italia llamaron a consultar a sus embajadores en Damasco, mientras que la Unión Europea no se ha planteado aún la retirada de sus diplomáticos. "Es necesario que haya observadores independientes de lo que ocurre en ese país", dijo ayer el portavoz de la jefa de la política exterior de la UE, Michael Mann.Ese frente para provocar una intervención en Siria se extendió por encima de las fronteras europeas. El Ejecutivo australiano anunció un endurecimiento del embargo sobre sus intereses en Siria, mientras que el ministro de Exteriores de Marruecos, Saadedín al Otmani, exigió ayer a Rusia y China más presión sobre Siria "para que se detenga la violencia".Estos dos países han creado un conflicto diplomático mundial al usar su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para frenar una resolución sobre el pueblo sirio. El primer ministro turco, Recepp Tayip Erdogan, tildó de "fracaso" la decisión del Consejo de Seguridad. "Mientras continúan las masacres en toda Siria, la comunidad internacional no ha sido capaz de decir alto con una única voz", se lamentó.Todas estas presiones no han hecho mella ni en Rusia ni en China. El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, volvió a rechazar ayer en Damasco "cualquier intervención extranjera" para resolver la crisis.

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