Las cajas pactan dos años sin alza salarial, prorrogables si hay recesión
Patronal y sindicatos han acordado un borrador del nuevo convenio de cajas que incluye congelación salarial para 2011 y 2012, y subidas de entre el 1% y el 2% en 2013 y 2014, "siempre que no haya recesión". A cambio, las cajas se han comprometido a no realizar ajustes traumáticos del empleo en las próximas fusiones.
Fumata blanca en las cajas de ahorros. Un año y tres semanas después de que venciera el último convenio colectivo del sector, y pese a la fuerte transformación de este hacia el modelo bancario, patronal y sindicatos han logrado consensuar el borrador de un nuevo acuerdo laboral para las cajas. En él, los trabajadores aceptan al menos dos años de congelación salarial, a cambio de la garantías por parte de la dirección de las entidades de que el inminente proceso de reestructuración se abordará sin ajustes traumáticos en el empleo.
El borrador, que recoge las bases de lo acordado por los sindicatos Comfia-CC OO, UGT-Fes y Csica con la patronal de las cajas, Acarl, impone el mantenimiento de la tabla salarial de 2010 durante 2011 y 2012. Para 2013, el sector podría aplicar un aumento de entre el 1% y el 1,25% del salario, "siempre que no haya recesión". Este nuevo condicionante responde a la reclamación patronal de desligar los sueldos del IPC, como venía siendo habitual, para atarlos a la evolución de la economía española. Así pues, la congelación podría extenderse hasta dos años más -la duración del convenio dibujado es de cuatro ejercicios- si el PIB fuera negativo. En el caso de que hubiera superávit, las alzas para 2014 se situarían en la horquilla del 1% al 2%.
A cambio del esfuerzo en el bolsillo de los que se quedan, la patronal se ha comprometido a ser generosa con los que pierdan su empleo. Ante la reestructuración del sistema financiero que prepara el Gobierno, que se traducirá en una reducción del 20% de su plantilla, las centrales han logrado que la patronal se comprometa a "priorizar soluciones vegetativas o no extintivas" para "evitar despidos forzosos. Esto es, el grueso del ajuste deberá adoptarse por la vía de las prejubilaciones (con un coste de 350.000 euros cada una, de media, según los cálculos del bufete de abogados Sagardoy), bajas incentivadas y reducción de jornada. La patronal, además, cedería en su intención de "parar el reloj" en la aplicación de ascensos por antigüedad y cobro de trienios, que seguirían su curso tradicional.
El texto definitivo del acuerdo, que debe articular estas condiciones, está pendiente de su redacción y firma por parte de los agentes sociales. Estos se han dado para ultimar los detalles hasta el 15 de febrero, fecha en la que el Ministerio de Economía tiene previsto anunciar las nuevas reglas del juego del sector financiero. Las cajas se habrían asegurado, así, llegar al inicio del partido con un acuerdo laboral propio, independiente del que está gestando para sí la banca. De hecho, informan fuentes de la negociación, las partes están trabajando en dotar al acuerdo de los apellidos necesarios para incluir a todos aquellos modelos de cajas que han terminado transformándose en bancos. Esto garantiza un pacto algo más garantista para los 120.000 empleados afectados por el acuerdo y mantiene una mayor cuota de poder a los directivos de las cajas, cuya influencia habría quedado diluida si el sector pasara a regirse por el convenio de banca. Se da el caso de que CAM, adquirida ahora por Sabadell, se regirá, de momento, por el convenio de ahorro.
Un aviso a navegantes para el acuerdo de la gran banca
Las bases del acuerdo sentadas por patronal y sindicatos para el convenio de cajas suponen un aviso a navegantes de lo que está por venir en la economía española, en general, y en el sector bancario, en particular. La negociación del convenio de los bancos, que también lleva un año enquistado, se encuentra en su recta final. Las cartas sobre la mesa son prácticamente las mismas: dos años de congelación seguidos de dos de moderación. Queda pendiente el compromiso patronal de que todo ajuste laboral será no traumático. El hecho de que estos convenios, que con casi 250.000 empleados afectados son dos de los más grandes del país, estén a punto de saldarse con dos años de congelación marca un precedente sólido para la CEOE. Aunque esta renunciaba ayer a imponer la congelación de forma generalizada, es de prever que, con estos ejemplos, trate de sellarla en todos los sectores que pueda.