ACS supera su crisis interna con la vuelta de Leighton a beneficios
Leighton, constructora australiana controlada por ACS, avanzó ayer unos resultados preliminares al cierre de su primer semestre fiscal que la devuelven al beneficio y mejoran sus propias estimaciones. La firma crece tanto en Australia como en Asia.
Amaina el temporal para ACS en Australia, donde controla el grupo de infraestructuras Leighton. Este último anunció ayer al mercado que culminó su primer semestre en diciembre con un beneficio neto de 270 millones de dólares australianos (unos 220 millones de euros), frente a unas previsiones propias que alzaban las ganancias hasta los 250 millones de dólares australianos (179 millones de euros).
La Bolsa, donde Leighton se ha dejado el 30% de su valor en los últimos 12 meses por la suspensión de alguno de sus grandes proyectos y por una crisis interna que ha terminado con el relevo de altos directivos, recogió la noticia con optimismo. La acción se revalorizó un 4,4%, para cerrar en 21,4 dólares australianos, en la jornada de mejor comportamiento desde el pasado mes de octubre.
Algunos analistas, como Simon Thackray, de Nomura Australia, se han apresurado a valorar el potencial de la constructora y creen que Leighton es capaz de concluir su año fiscal -en junio- con un beneficio cercano a los 700 millones de dólares australianos (570 millones de euros).
Las pérdidas del año pasado motivaron una revisión estratégica liderada desde Madrid
Sin embargo, la empresa ha preferido tirar de cautela y se reafirma en su previsión de alcanzar entre 600 y 650 millones de dólares australianos (entre 488 y 529 millones de euros), según desveló en un comunicado remitido ayer al regulador bursátil australiano (ASX, por sus siglas en inglés). En la misma nota avanzó que espera obtener un beneficio neto de 340 millones de dólares australianos (276 millones de euros) en su segundo semestre.
Revisión
En los cuarteles generales de ACS en Madrid había cundido la preocupación por la evolución de sus negocios australianos. Ejecutivos como el director general corporativo, Ángel García Altozano, tomaron las riendas el pasado mes de mayo y gestionaron los problemas de Leighton en coordinación con la filial alemana Hochtief, que es la que tiene el control directo a través de una participación del 54%. Por entonces se realizó una profunda revisión estratégica.
La filial australiana Leighton culminó el pasado ejercicio, el 30 de junio, con unas pérdidas de 409 millones de dólares australianos. Unos números rojos derivados de retrasos y sobrecostes en el proyecto del enlace del aeropuerto de Brisbane y de una desaladora en el estado de Victoria. La caída en pérdidas de Leighton se reflejó en las provisiones por 76 millones declaradas por ACS a 30 de septiembre de 2011.
Con la vista puesta en los 25.000 millones
Leighton es todo un seguro de vida para ACS. En circunstancias normales, sus ventas apuntan crecimientos año a tras año y sobrepasan ya los 19.000 millones de dólares australianos (15.500 millones de euros). Más allá de esa cifra, la empresa se ha comprometido a facturar 30.000 millones de dólares australianos (24.400 millones de euros) en 2015-2016.La cartera de proyectos, por su parte, asciende a 46.200 millones de dólares, de la que un 69% está contratada en el mercado local australiano. Una dependencia del país propio que en estos momentos es positiva. En Australia se prevé un alza del 5% anual en la inversión en infraestructuras en los próximos ejercicios. La estabilidad de su marco legal y la experiencia en colaboración público-privada han atraído ya a las grandes constructoras españolas.