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El tipo máximo alcanza el 56%, el tercero más elevado del mundo

Solo Aruba y Suecia aplican un IRPF superior al de Cataluña

Solo Aruba y Suecia aplican un IRPF superior al de Cataluña
Solo Aruba y Suecia aplican un IRPF superior al de CataluñaEFE

El incremento del IRPF impulsado por Mariano Rajoy, sumado al aumento aprobado en su día por el tripartito catalán y mantenido por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha dejado el tipo marginal máximo en Cataluña en el 56%. Solo dos países en el mundo, la socialdemócrata Suecia, con un gravamen del 56,6%, y la diminuta isla de Aruba, que aplica un tipo del 59%, mantienen un impuesto sobre la renta más alto en el mundo. Y ninguno de los dos territorios guardan similitudes con Cataluña ni entre sí. Suecia cuenta con uno de los Estados del bienestar más potentes del mundo mientras que Aruba es uno de los muchos y diminutos paraísos ubicados en el mar Caribe, que suelen compensar la ausencia de tributos sobre las empresas con impuestos altos para los asalariados nativos.

Con todo, es verdad que el tipo máximo del 56% de Cataluña solo afectará a una minoría de contribuyentes. Aquellos con bases liquidables superiores a 300.000 euros. En la mayoría de comunidades el gravamen máximo se situará en el 52%, cuatro puntos por debajo. Así, un directivo del Ibex, cuyo sueldo medio asciende a 699.00 euros, pagará en 2012 por IRPF en torno a 320.000 euros en, por ejemplo, la Comunidad de Madrid. En cambio, en Cataluña, un contribuyente con el mismo salario, abonará 335.00 euros. No son pocos los expertos fiscales -y funcionarios de Hacienda- que definen como "confiscatorio" un tipo sobre la renta que supere el 50%.

Un territorio de alta tributación

Cataluña, a diferencia de Madrid o la Comunidad Valenciana, sí que recaudará el impuesto sobre el patrimonio, tributo que recuperó el anterior Gobierno para 2011 y 2012 y que afecta a rentas superiores a 700.000 euros. En este sentido, los asesores tributarios reconocen que algunos de sus clientes tratan de modificar su residencia fiscal para sortear el peaje de Hacienda. A diferencia de otros tributos, el impuesto sobre el patrimonio se paga en función de la ubicación de la vivienda habitual, con independencia de que el patrimonio se encuentre en otra comunidad. Más allá del IRPF, en la mayoría de impuestos de competencia autonómica, Cataluña figura entre los territorios con tipos más altos. Por ejemplo, mantienen un impuesto sobre transmisiones patrimoniales, tributo que grava la compraventa de viviendas de segunda mano, en el 8%. La mayoría de comunidades aplica el 7%.

Además, el contribuyente que firma una hipoteca en Cataluña debe aplicar un gravamen del 1,5% sobre el valor concedido. Dos años atrás se situaba en el 1%, el mismo nivel que mantiene la mayor parte de territorios. El Gobierno catalán, para combatir el déficit y reducir el gasto, también será pionero en cobrar por cada receta farmacéutica dispensada. Otras comunidades pueden seguir la senda abierta por la Generalitat.

Una carrera autonómica por elevar los tributos

Antes de la crisis, las comunidades se enzarzaron en una batalla para ver qué territorio tenía los impuestos más bajos. Esa añorada época para los gestores públicos se tradujo en la práctica desaparición del impuesto sobre sucesiones en buena parte de las comunidades. Eran los tiempos que el boom inmobiliario permitía a los Ejecutivos autonómicos reducir impuestos sin preocuparse por la recaudación, que no cesaba de aumentar. Con el fin del maná del ladrillo, los Gobiernos se han lanzado a subir impuestos y vender -o malvender- patrimonio. Ayer se conoció que la Generalitat de Cataluña declarará desierto el concurso para vender la mayoría del capital de la empresa pública ICF Equipaments. Por otra parte, en 2011 entraron en vigor unas 50 nuevas tasas autonómicas. Una tendencia que se mantendrá para este ejercicio. Además, cinco comunidades -Cataluña, Andalucía, Asturias, Cantabria y Extremadura- subieron el año pasado el IRPF. Y, la semana pasada, el Gobierno valenciano de Alberto Fabra anunció que creará dos nuevos tramos en la parte alta del impuesto. Así, de la misma forma que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero defendía que bajar impuestos era de izquierdas, ahora Gobiernos conservadores, como los de Rajoy, Mas o Fabra, aparcan las teorías del liberalismo y afrontan la crisis económica con incrementos fiscales.

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