Las cajas mantienen su ADN pero ceden poder en sus bancos filiales
Las cajas han sido de las pocas entidades en llevarse un par de alegrías (mínimas, eso sí) tras conocerse las primeras medidas económicas del Gobierno de Mariano Rajoy. Tras aprobarse un pequeño cambio en la ley de órganos rectores de cajas de ahorros (Lorca), el sector ha logrado alejar, al menos temporalmente, el fantasma de su conversión en fundaciones.
Una de las decisiones que se habían incluido con la penúltima reforma de la citada ley es que, aquellas cajas que comenzaran a operar a través de un banco filial (a día de hoy, el 99% de la industria), perderían su condición de caja si su cuota de control del banco filial bajaba del 50%.
Esa barrera, era especialmente peligrosa para las dos alianzas de cajas que salieron a Bolsa en 2011: Bankia (Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas locales) y Banca Cívica (liderada por Cajasol y Caja Navarra), puesto que el porcentaje que ostentan sobre sus bancos filiales es del 52% y del 55%, respectivamente.
La situación se había agravado especialmente con la obligación impuesta por la Autoridad Bancaria Europea (AEB) de exigir más capital a las grandes entidades financieras del Viejo Continente. El supervisor había cifrado en 1.300 millones las necesidades de recapitalización de Bankia, una cantidad que, con una alta probabilidad, provocaría que las cajas originales perdieran el nivel del 50% de cuota de poder en su banco filial.
Con el cambio legislativo, donde se pedía tener más del 50% del capital del banco a través del que ejercen su actividad financiera para no perder la condición de caja de ahorros y convertirse en fundaciones, ahora se exige "ostentar el control".
De esta forma, Caja Madrid, Bancaja y sus cinco socias, podrán poner en marcha ampliaciones de capital o conversiones de participaciones preferentes en acciones, con su correspondiente dilución de la participación en Bankia, sin ver peligrar su ADN jurídico.
La Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), que con la primera reforma de la Lorca ya pidió que se suavizara el requisito del 50%, valora positivamente el cambio acordado, porque "favorece un esquema regulatorio más sólido y estable, que permitirá culminar el proceso de reestructuración sectorial".
En el caso de Bankia, las cajas que integran el grupo han realizado emisiones de participaciones preferentes por algo más de 4.000 millones de euros, de los que 3.000 millones corresponden a Caja Madrid.
Aunque desde la entidad se señala que aún no se ha tomado una decisión sobre qué hacer con estos títulos, que cotizan bastante por debajo de su valor de emisión, sí que se considera que hay que darles alguna solución a los clientes que invirtieron en las mismas. Hace dos meses, el grupo ya optó por amortizar con descuento las preferentes que había comercializado entre inversores institucionales.
En cualquier caso, todos los analistas coinciden en que las cajas que mantienen una cuota de control cercana al 50% de sus bancos filiales, se verán obligadas a ceder parte de poder, ya sea a nuevos accionistas-clientes o inversores institucionales.
En Bankia, el operativo sería algo diferente a otras cajas, ya que Caja Madrid y sus socios son accionistas del banco, a través de Banco Financiero y de Ahorros (BFA), del que sí controlan el 100%. Es BFA quien ostenta un 52% de Bankia y quien tendría que rebajar su cuota de control.
La decisión del Gobierno de Mariano Rajoy aleja el fantasma de la conversión en fundación para Bankia y Banca Cívica, pero no de las tres cajas nacionalizadas (Unnim, Catalunya Caixa y Novacaixagalicia). En el caso de la primera, la caja es el Estado (a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), quien controla el 100% de Unnim Banc, con lo que la caja de ahorros original está condenada a ser una fundación, en cuanto se complete su venta (tal y como pasó con las intervenidas Caja Castilla La Mancha, Cajasur y Caja Mediterráneo), prevista para este trimestre.
Mientras, Catalunya Caixa y Novagalicia lucharán para que la caja original siga manteniendo un porcentaje significativo en sus respectivos bancos aunque, a día de hoy su cuota de control es inferior al 10% en ambos casos.
Las preferentes
Las cajas de ahorros, al igual que los bancos, han utilizado durante los dos últimos años las participaciones preferentes para reforzar su solvencia. Actualmente, hay en circulación cerca de 11.000 millones de euros de emisiones de participaciones preferentes realizadas por cajas de ahorros. A la cabeza aparece CaixaBank, con cerca de 5.000 millones, y en segundo lugar Bankia, con otros 4.000 millones de euros. La entrada en pérdidas de algunas cajas podría poner en peligro el reparto del cupón entre los inversores de preferentes.