Wert da un paso adelante e incendia la red

José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte, avanzó el lunes en la toma de posesión del nuevo secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, las dos líneas maestras sobre las que pivotará su actuación dentro del departamento de Cultura: una nueva ley de mecenazgo y una lucha sin cuartel contra la piratería digital.

A la espera de la próxima comparecencia del ministro en el Parlamento, donde desbrozará los detalles de estas propuestas, lo cierto es que existe la percepción generalizada de que ambos puntos, y por diferentes motivos, están pendientes de resolver en España desde hace demasiado tiempo. El propio ministro parece consciente del asunto, porque el lunes dejó claro que dichos temas se tratarán por el Gobierno con la máxima "prioridad y urgencia".

En cuanto al asunto de la lucha contra la piratería, Wert no se anduvo por las ramas: "Vamos a actuar con decisión contra quienes se lucran indebidamente del trabajo intelectual o creativo de otros. Les puedo asegurar que lo vamos a hacer y nada ni nadie nos va a arredrar", dijo. Y teniendo en cuenta que la anterior ministra Ángeles González-Sinde vio cómo su proyecto estrella levantó un rosario de polémicas, dimisiones e, incluso, una "rebelión" en el Consejo de Ministros del 25 de noviembre, cuando se abortó in extremis la aprobación del reglamento que iba a desarrollar la denominada ley Sinde (la disposición adicional de la Ley de Economía Sostenible -LES-), no es descabellado elucubrar que Wert pensaba en el "calvario" que sufrió su antecesora cuando pronunció estas palabras.

De hecho, Wert, usuario de Twitter, pudo comprobarlo desde el primer momento, ya que los internautas no le dieron los 100 días de "gracia". Así que el lunes y el martes los comentarios contra estas declaraciones inundaron los rincones de la red. Pero, por su pasado como tertuliano y articulista, sabe lo que es enfrentarse a los internautas. En su discurso de la toma de posesión de Lasalle, el ministro subrayó su propuesta de acabar con la piratería al señalar que "ninguno de los objetivos que nos hemos planteado es compatible con la existencia de agujeros legales que permitan la desprotección de la propiedad intelectual y el expolio de los creadores".

Y en el fondo de todo ello se vislumbra un concepto de cultura como industria y como imagen de marca de España. Las palabras de Wert inducen a pensar así cuando dijo que "nadie va a respetar la cultura de un país que lidera el ranking de descargas ilegales".

Asunto muy distinto es la ley de mecenazgo. España ya cuenta con una norma al respecto del año 2002, aprobada durante el Gobierno popular de José María Aznar. En dicha ley se contemplan deducciones sobre la donación para particulares del 25% en la cuota del IRPF y del 35% para las empresas en el impuesto de sociedades.

Casi diez años después, las empresas, las fundaciones y las ONG coinciden en que pensar que la ley no ha servido para desarrollar el mecenazgo en España como en otros países. El propio PP es consciente de que esa ley que promovieron en 2002 se ha quedado corta. Lasalle se ha mostrado en más de una ocasión a favor de reformarla y el PP, en el debate sobre la LES, habló de aumentar las deducciones fiscales (que podrían alcanzar un 70% del IRPF para particulares y entre el 50% y el 60% para las empresas en el impuesto de sociedades).

El ministro explicó el lunes que espera que el asunto esté resuelto "en el primer periodo de sesiones". Y con ello espera acabar con "la cultura de las subvenciones", pero no "con la subvención de la cultura". En este punto, fuentes del sector han mostrado su preocupación por que la nueva ley del mecenazgo abarque solo la cultura y se olvide de otros campos de aplicación como el asistencial, empleo, medioambiente, etcétera. Pero si se mira el programa del PP con el que acudió a las elecciones, parece que este riesgo está conjurado. En el documento se aplica el mecenazgo a la cultura, pero también al mundo de la universidad y a la "innovación para el empleo".

Estas mismas fuentes apuntan, además, que es verdad que una buena ley de mecenazgo puede restar ingresos a Hacienda, pero al mismo tiempo supone un ahorro a las Administraciones Públicas, ya que significa una vía decidida para financiar el Estado de bienestar, máxime en un contexto de dificultades presupuestarias como el actual.

"No es tiempo de sembrar a boleo. Cada semilla debe ser puesta donde más oportunidades tiene de rendir fruto", ha dicho el ministro. Y según la Asociación Española de Fundaciones (AEF), que cuenta con 1.100 fundaciones asociadas, la ley sirve para fomentar la participación de la sociedad civil. Asimismo, y al contrario que las subvenciones, "que también son necesarias", permite que los ciudadanos y las empresas decidan a quién destinan el dinero.

En la AEF se pide, por ejemplo, elevar los porcentajes de deducción de las donaciones al 50% y al 100% de los 150 primeros euros o la equiparación de los incentivos de los convenios de colaboración empresarial en actividades de interés general al de las donaciones puras y simples. En la Fundación Mutua Madrileña se señala que es necesario dotar de mayor autonomía a las fundaciones en su funcionamiento, sustituyendo el sistema de control previo de la Administración por otro posterior a las actividades propuestas y realizadas. Y desde la Fundación Arte y Mecenazgo, impulsada por La Caixa, se propone una Ley de Medidas de Fomento del Mercado del Arte, con reformas tributarias, para impulsar el sector. Pero todo lo anterior viene enmarcado en un proyecto más ambicioso todavía: la futura ley de propiedad intelectual, que verá la luz en esta X legislatura que ayer comenzó. Y esta sí es una revolución total.