La sexta generación de la Serie 3, imprescindible
Para la marca bávara esta gama es estratégica, y por ello mima con celo cada vehículo.
La sexta generación del BMW Serie 3 es uno de esos imprescindibles a los que prestar atención. Y lo es porque lo estratégico del producto (12 millones de unidades vendidas desde sus orígenes) lleva a la marca a volcar sobre él buena parte de su mejor know-how. Se trata de un modelo totalmente nuevo que sustituye al lanzado en 2005 y "refrescado" hace ahora tres años
Sus dimensiones cambian, y en algunos casos de forma ostensible. Como, la longitud es 9 cm superior, de modo que ahora se sitúa en 4,62 metros. Gana un centímetro de altura (1,43 metros), pero la anchura es la de antes: 1,81 metros. Además, la batalla o distancia entre ejes es cinco centímetros más amplía, y las vías experimentan incrementos respectivos de 37 y 47 mm delante y detrás. Todo ello permite, en primer lugar, un habitáculo más capaz, con nada menos que cinco centímetros extra en el siempre crítico hueco para las piernas de los ocupantes traseros. En esos asientos también hay algo más de altura, pero como la anchura es la misma al final solo dos adultos viajarán en condiciones; un tercero se las tendrá qué ver con el túnel de transmisión.
El maletero gana 20 litros y queda en 480, con la ventaja de un borde próximo al firme (66 cm) y un respaldo trasero que vence en secciones 40/20/40, como en el Serie 5 Touring. Por cierto, es accesible mediante uno de esos nuevos sistemas que liberan el cierre del capó llevando la llave metida en el bolsillo y pasando suavemente el pie bajo el paragolpes trasero.
A diferencia del anterior, y como sucede en la Serie 1, el nuevo modelo se puede solicitar con paquetes de personalización Sport Line, Luxury Line y Modern Line, que modifican ligeramente el aspecto exterior e interior. El primero, por ejemplo, adosa piezas en negro brillante, el segundo cromadas y el tercero de aluminio mate. Junto a estos, el próximo verano se añadirá otro opcional, conocido como pack deportivo M.
En lo que a electrónica toca, mayoritariamente opcional, están disponibles desde la información proyectada en el parabrisas, frente al conductor, al sistema de visión periférica, la alerta por riesgo inminente de colisión, la de obstáculos en los ángulos muertos para cambiar de carril o la de pérdida involuntaria de este. También control activo de velocidad, conexión con central de asistencia y a internet, información de tráfico en tiempo real RTTI...
El coche, que puede calzar llantas de 16 a 19 pulgadas, ofrece con sobrecoste frenos deportivos M, equipados con pinzas delanteras de cuatro pistones más ligeras que las de serie. Hablando de ligereza, según versiones la gama se deja por el camino un promedio de 40 kg, que redundan directamente en beneficio del consumo y la dinámica del vehículo. En cuanto a la dirección, como antes servoeléctrica, cuenta con un sistema de desconexión cuando se circula en recta, para ahorrar, y de asistencia inversa a la velocidad en las variantes de mayor potencia.
En motores, hay opciones de gasolina y de gasóleo, junto a un híbrido ActiveHybrid3 que aterrizará el próximo verano, y que combina gasolina (mecánica de seis cilindros y 306 CV) y electricidad (54 CV adicionales), con una potencia combinada de 340 CV, un par límite de 450 Nm, un promedio homologado en 6,4 l/100 km y un cambio auto secuencial de ocho relaciones común al resto de la familia. En esta versión, el motor eléctrico puede mover el coche por sí mismo hasta 60 km/h, si bien el grueso de su acción reside en apoyar al térmico antes elevadas demandas de aceleración. Mantiene cruceros sostenidos (su batería, que recarga en frenadas y retenciones, resta 90 litros al maletero).
Audi S8, berlina con maneras de Porche
El súper S8 corona la oferta del portaestandarte teutón. No se espera un RS 8, pero con sus credenciales no hace mucha falta. Para hacerse a la idea, más allá de su esquema de tracción integral quattro mediante diferencial central y reparto de par entre ejes según agarre, se sirve de transmisión automático secuencial Tiptronic de ocho velocidades (con las consabidas levas de selección en el volante, aquí fabricadas en aluminio) y sobre todo de un portentoso motor de gasolina 4.0 V8 sobrealimentado y de nueva generación.Al respecto, eroga nada menos que 520 CV y un par máximo de 650 Nm (constante entre 1.700 y 5.500 rpm), en la línea del súper deportivo de la marca R8 aunque la estética apenas cambia. Una de las peculiaridades de la mecánica reside en el sistema de desconexión de cilindros (exactamente de cuatro), o Cylinder on Demand, ideado para aquilatar el consumo cuando, por ejemplo, se circula a velocidad moderada y sostenida en autovía. Esta medida, y otras como la construcción en aluminio del coche, que permite ajustar la tara a 1.975 kg, consagran un austero (valorando su potencial) gasto de 10,2 l/100 km.