La banca acelera la amortización de deuda subordinada para reforzar capital
Bancos y cajas de ahorros han emitido más de 40.339,3 millones en obligaciones subordinadas que ahora buscan sacar de la circulación ante las nuevas exigencias de solvencia, que requieren capital de máxima calidad. Bankia es el mayor emisor del sector, con casi 11.940 millones, donde la antigua Caja Madrid cuenta con 5.769 millones.
La crisis va reventando a toda velocidad las viejas costuras del sistema financiero español. Las exigencias de capital de máxima solvencia abocan a la desaparición a otro producto que vivió hace pocos años sus tiempos de esplendor: la deuda subordinada. Ibercaja Banco y Banca Cívica son las dos últimas entidades que han anunciado la amortización anticipada de obligaciones subordinadas. De acuerdo con los datos del mercado organizado de renta fija AIAF, los bancos y cajas tienen en circulación 40.339,3 millones de euros. Los vencimientos se concentran en los próximos años, pero también se extienden hasta el año 2023 e, incluso, hay algunas emisiones de carácter perpetuo.
La deuda subordinada es pasivo para el banco y su denominación apela a su carácter subordinado en el orden de cobro en caso de una hipotética quiebra. Los tenedores de deuda subordinada van detrás de los administradores judiciales, la Seguridad Social, la Hacienda Pública, las cédulas hipotecarias, la deuda sénior y los depósitos bancarios. Algunas subordinadas son convertibles en acciones y, por tanto, podrían formar parte del capital. Pero, dado que el regulador puede llegar a valorar a cero los productos llamados híbridos (a medio camino entre el bono y la acción, como ocurre con las subordinadas y las participaciones preferentes), como ha sucedido recientemente con la CAM, las obligaciones subordinadas tienen los días contados. "Bajo el esquema de Basilea III, las subordinadas lo tienen muy complicado", admite Lorenzo Dávila, profesor del IEB (Instituto de Estudios Bursátiles).
"Es un papel ilíquido y que con los criterios de capital de Basilea el banco central de los bancos centrales conviene a las entidades deshacerse de ellos. Además, el próximo año el regulador obligará a las entidades a comunicar el valor de mercado de estos productos, que ahora es muy inferior al nominal. Por eso, bancos y cajas hacen ofertas para amortizarlos antes de que se haga pública una información de precios que molestará a más de un cliente", explica Marc Garrigasait, presidente de Koala Capital.
La CNMV confirmó a este periódico que ha ordenado a bancos y cajas a que informen a sus clientes a la mayor brevedad del precio razonable, el valor real de mercado, de las participaciones preferentes, otro producto que hizo furor antes de la primera oleada de concentración del sector bancario. Entre las oficinas ya circula el rumor de que esta obligación de transparencia informativa se extenderá a las subordinadas y todos los productos de renta fija.
Tradicionalmente, las subordinadas se han colocado entre inversores institucionales, pero también ha habido comercialización entre minoristas. Ahora, las entidades se aprestan a amortizarlas a un precio inferior al nominal, lo que también supone un beneficio contable. Los tenedores de obligaciones se ven abocados a acudir a la oferta.
"Las nuevas directrices de solvencia se inclinan hacia una simplicidad en los componentes del capital de máxima calidad. En este sentido, la tendencia es hacia una eliminación progresiva de todas las emisiones subordinadas y preferentes. Los tenedores deben ir a las ofertas de amortización por la sencilla razón de que el producto ya es poco líquido de por sí, por lo que una vez cerrada la oferta, aquel inversor que aún tenga subordinadas en su poder se verá en una tesitura en la que es casi imposible deshacerse de ellas", explica Félix López, de Atlas Capital.
Bankia y La Caixa son las dos entidades que copan el mercado de subordinadas, con emisiones en circulación que suman casi 20.000 millones de euros; es decir, prácticamente la mitad de todo lo emitido. No obstante, La Caixa es una de las entidades que menos necesidades de capital tiene. También es llamativa la actividad de Caixa Catalunya -ahora integrada en Catalunya Caixa- con 3.091,4 millones en deuda subordinada.
Minusvalías latentes del orden del 50%
La principal característica de las obligaciones subordinadas es, ahora mismo, su falta de liquidez. De acuerdo con los datos de AIAF, donde las propias entidades se esfuerzan por soportar el precio de sus emisiones, se encuentran minusvalías de hasta el 50% sobre el nominal de la emisión.Es el caso de una emisión perpetua a tipo variable de Banco Pastor, aunque el importe de la misma es marginal. Hay un caso peor, el de otra subordinada de Caixa Terrassa (ahora dentro de Unnim), que es de carácter perpetuo y que se cruza un 52% por debajo del nominal. BBVA también tiene algunas emisiones que se están cruzando al 50% en el mercado; si bien también es cierto que hay dos emisiones de esta entidad que vencen en el año 2016 y que arrojan en AIAF una plusvalía superior al 25% sobre el nominal.Hay numerosas obligaciones que cotizan a precios entre el 60% y el 80% del nominal al que fueron emitidas. Otras muchas se encuentran muy cerca del 100%, pero es raro el caso de una subordinada que ofrezca una rentabilidad por encima del precio de emisión. El cupón suele ser variable, aunque también las hay que no tienen intereses. Los emisores tienen la potestad de hacer convocatorias de amortizaciones anticipadas, que colocan a los tenedores en la tesitura de aceptar o quedarse en cartera con un producto sin liquidez alguna. "El problema de las subordinadas es que en España se han comercializado al inversor minorista, cuando en realidad se trata de un producto complejo. Y eso se ha hecho con el consentimiento del supervisor", explica Lorenzo Dávila, profesor del IEB. Curiosamente, 2011 ha sido un año profuso en emisiones. No es de esperar que ocurra lo mismo en 2012.
Las cifras
5.769 millones de euros es el saldo de las subordinadas emitidas por la antigua Caja Madrid.5.741 millones de euros es lo que emitió en su día Bancaja, que, junto a Caja Madrid, lidera el grupo Bankia, que ha emitido 11.940 millones.