Poner el dinero a trabajar
No hay dinero. Las tres palabras suenan con insistencia y con acuerdo general de bancos y empresas. "En realidad, eso de 'no hay dinero", matiza el director de una importante sucursal bancaria, "significa no que el precio sea más alto que hace unos meses, lo que sucede es que ahora el riesgo se mira con lupa". Queda claro que el dinero mantiene su estatus de bien escaso y que el acento en la financiación empresarial se sitúa, en adelante, en el riesgo y en la seguridad de que las empresas puedan devolverlo.
"Los mercados están cerrados", asegura el director financiero de una gran empresa, "y estamos obligados a sacarle partido a nuestra tesorería, a hacer virguerías con la liquidez para conseguir financiarnos con los beneficios de los excedentes diarios que nos aporta la caja". Añade que negociar "cualquier cosa" con los bancos no es tarea sencilla y afirma que desde el verano las entidades financieras "vuelven a preocuparse por el pasivo como no lo hacían en tiempos".
José Luis Cano regenta una cerámica aragonesa que exporta el 80% de su producción. Jarras, bandejas, platos, macetas, productos de barro cocido y pintados por los que cobra ?"norma de la casa"?por adelantado. "No necesito crédito, sino que el banco me pague bien el dinero que cada mes le ingresamos". Cano presume de ser prestamista, de dar crédito a los bancos ?trabaja con BNP, Unicredit y Santander? y saca partido a la tesorería.
La caja no puede ser un excedente a la que no se le saque partido
Hay productos bancarios que rentabilizan los fondos constantes
Al igual que Cano, Mercedes Ortueta lleva la tesorería de una textil valenciana con franquicias en varias comunidades utónomas. "Las rebajas de verano nos han solucionado la vida; es decir, los salarios de unas 300 familias", admite Ortueta. "Los excedentes de dinero se convirtieron en fondos ociosos que no se iban a dejar ahí durante tres meses, y entre letras del Tesoro y cuentas remuneradas conseguimos los rendimientos suficientes para las pagas extras sin pedir un euro al banco".
Los tiempos parecen confirmar algunos asertos, tópicos en desuso como el utilizado por un asesor de empresas milanés ante el juez: "El dinero no puede estar quieto. Para no perder hay que moverlo y para ganar hay que arriesgarlo". Aunque en este caso, al asesor le falló el riesgo, la coyuntura ha convertido a la caja en el auténtico rey de los tiempos difíciles, lo que obliga a tesoreros y financieros a tener en mente que la gestión del dinero en el día a día puede convertirse, llegado el caso, en el salvavidas no sólo de las pagas extras, si no también de las empresas.
Las empresas regresan a la ortodoxia económica, al libro clásico, a la directriz que recomienda optimizar el circulante, o lo que es lo mismo, exprimir la caja. José Luis Suárez, profesor de una escuela de negocios, enseña las múltiples posibilidades que ofrece una caja en estos tiempos: "Resulta que con los mercados cerrados y los precios del crédito por las nubes, las empresas se encuentran en estos días rematando sus presupuestos, los cuales deben ir acompañados del pertinente presupuesto de financiación".
Suárez señala que "el departamento de tesorería es algo así como el primer banco de la empresa, es el lugar al que se recurre para financiar necesidades y para pensar en qué inversiones se pueden acometer". La explicación del profesor tiene el doble sentido de que se trata de "un centro neurálgico donde confluyen gastos financieros, pero también donde se generan ingresos financieros".
Alicia Vega-Quirós imparte cursos de tesorería en empresas de comercio exterior. Sus clientes alemanes, franceses y españoles coinciden en el mismo objetivo: quieren aprovechar los instrumentos de financiación de tesorería ?principalmente, de corto plazo?para evitar la financiación bancaria y obtener beneficios de las puntas de tesorería.
La experta identifica que "la caja, o tesorería, era hasta hace un año ese gran olvidado de la gestión que a fuerza de impagos, morosos y fallidos ha pasado a destacar en cualquier estrategia empresarial: es el banco en casa, el dinero puesto a trabajar". Y con esa mentalidad asegura que los tesoreros están presionados y obsesionados por sacarle el máximo partido a cada euro.que pasa por caja.A propósito de ese paso por caja, un veterano extesorero de Alcatel en los noventa recuerda una máxima entonces muy utilizada: "Cobrar lo antes posible y pagar lo más tarde posible". Una regla con notable grado de éxito y gran solución de corto plazo en la gestión de tesorería.
Las empresas enfocan ya próximoejercicio de 2012 y manejan previsiones con mayores dificultades. financieras. Por eso, los presupuestos que preparan deberán contar con planes muy claros y seguros de financiación. Aquí es donde aparecen las soluciones para aprovechar la caja positiva, en particular, para las empresas que cuenten con tesorería positiva.; con excedentes. El director de la sucursal bancaria aclara que "no son lo mismo puntas de tesorería esporádicas que estructurales; en el primer caso, los tesoreros buscan depósitos o activos a muy corto plazo". ", caso de Ortueta y Cano. Si se trata de excedentes estructurales, recomienda "buscar los descuentos por pronto pago, -un beneficio muy de moda por adelantar la devolución de una deuda-, la amortización de préstamos e, incluso, otras alternativas al margen de la banca". "que se niega a detallar por su condición de empleado bancario.
En línea con el pronto pago, pero en sentido contrario, es decir, una operación mediante la cual una empresa consigue adelantar sus ingresos, los expertos citan el anticipo sobre recibo bancario. Se trata de una operación a la que la práctica ha convenido en asignar la categoría de producto de tesorería, y que es similar a otra operación típica de tesorería como es el descuento comercial. El anticipo sobre recibo bancario. Permite a una empresa beneficiarse del anticipo en el cobro de facturas o recibos pendientes. Tiene el inconveniente de que la empresa que recibe con antelación el dinero debe soportar las comisiones, algo que, dependiendo de la situación, y planes de la tesorería, deberá valorar.
si le interesa contar con crédito con antelación, que es lo que en realidad supone este instrumento de financiación a corto plazo. Otra de las armas de financiación empresarial es el descuento comercial. Se trata de todos los efectos comerciales, cheques, pagarés, letras de cambio, recibos, que genera la empresa en su actividad y que entrega en su banco para lograr anticipar su importe. En la práctica, es el más común, pero también el instrumento más caro que se puede utilizar. una empresa para financiarse.
Los tesoreros hacen uso igualmente de otras operaciones, que buscan financiarse, como por ejemplo, la póliza de crédito, similar al descubierto, bancario, pero con un límite pactado con el banco y por un tiempo determinado: un año. Consiste en unos fondos que la empresa puede usar libremente a cambio de un interés y comisiones pactadas. Es un instrumento muy flexible y habitual en la operativa de financiación de tesorería.
En otras situaciones, la empresa debe hacer frente a sus pagos en un momento en que no hay saldo bancario suficiente. Se produce así la situación típica de financiarse mediante descubierto. Aquí los costes son muy elevados, superiores a cualquier fuente de financiación, y, por tanto, no es recomendable, entre otras cosas por la mala imagen que la empresa da.
Los productos bancarios por excelencia al servicio de la tesorería para financiar el corto plazo son los créditos en cuenta corriente, los préstamos de campaña y los anticipos sobre las ventas. Pero se utilizan igualmente otros que permiten conseguir la financiación necesaria, como es el crédito interempresarial. Consiste en proponer al proveedor un alargamiento del periodo de pago. Es un acuerdo que intermedian los bancos, pero que suele producirse entre las empresas. Al final es el tesorero el que debe poner su ingenio e imaginación en funcionamiento para aprovechar la caja y evitar el recurso al crédito. Si lo encuentra.