Las ventajas de amortizar hipoteca para cuadrar la factura fiscal
Se acerca el final del año y es el momento de tomar decisiones para ajustar la factura fiscal con Hacienda de cara a la próxima declaración de la renta. Una opción muy ventajosa es amortizar hipoteca. No solo para aprovechar al máximo la deducción fiscal, sino también para ahorrar en el pago de intereses, sobre todo en los primeros años de vida del préstamo.
Como todos los finales de año, muchos contribuyentes se preparan para cuadrar las cuentas con Hacienda. Es el momento de sacar la calculadora y tomar decisiones si se quiere rebajar la factura fiscal correspondiente al año 2011 o bien aumentar la devolución en la próxima declaración de la renta. Para los que tienen hipoteca, una opción con claras ventajas es la amortización anticipada. Si se dispone de un dinero extra, adelantar la devolución permite sacar el máximo partido a la deducción en el IRPF por compra de vivienda habitual, así como ahorrar en el pago de los intereses que acompañan al préstamo hipotecario, sobre todo en los primeros años.
Hasta el pasado 1 de enero de 2011, se podía deducir con carácter general el 15% de la cantidad anual abonada hasta un máximo de 9.015 euros, contabilizando intereses y capital. Pero los últimos cambios fiscales acometidos por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero limitan y condicionan la deducción a la renta. Así, y mientras el PP (ganador de las elecciones generales) no rectifique, quienes han comprado una casa este año solo tendrán derecho a deducción si ganan menos de 24.100 euros al año. Se mantiene el 15% sobre las cantidades aportadas, pero únicamente los contribuyentes con una base imponible inferior a 17.700 euros conservan el límite máximo de 9.015 euros, que se va reduciendo linealmente hasta desaparecer en los citados 24.100 euros. Las personas que adquirieron su vivienda en 2010 o antes siguen desgravándose normalmente.
Es posible que con el pago de las propias cuotas mensuales del préstamo se alcance o incluso se supere el tope de 9.015 euros. Aplicando el 15%, resulta una deducción máxima de 1.352 euros que devolverá Hacienda. Un premio fiscal que hoy por hoy no ofrece ningún otro producto de ahorro, ni siquiera los 'superdepósitos' más rentables, que como máximo remuneran al 5%, o las letras del Tesoro, que han disparado sus intereses por encima del 5% a corto plazo.
Para calcular la deducción correspondiente en el IRPF, basta con sumar el importe total de las letras mensuales del ejercicio. Si tomamos como referencia una hipoteca media de 120.000 euros a un plazo de 25 años y un tipo de interés del 4%, el desembolso mensual asciende a 633 euros. El pago anual se sitúa en 7.596 euros. En este caso, la desgravación sería de 1.139 euros. Para obtener el máximo ahorro fiscal, habría que acudir a la entidad financiera y amortizar 1.419 euros antes de final de año.
¿Merece la pena el anticipo? Siguiendo con el ejemplo anterior, la diferencia entre amortizar o no los 1.419 euros adicionales son 213 euros más de deducción. Si se invirtiera esa cantidad extra en un depósito al 5% TAE, el rendimiento a un año sería de 58 euros tras la retención. Compensa entonces aligerar la deuda hipotecaria, incluso por encima de la base límite. Se pierde en liquidez (con el depósito se conserva el capital), pero se gana a efectos fiscales y también financieros, ya que se rebaja la carga de intereses que se aplican al capital pendiente a lo largo de la vida del crédito.
Cabe destacar que si un matrimonio posee la propiedad de una vivienda al 50%, es más rentable realizar declaraciones de la renta individuales, ya que en la declaración conjunta la base de deducción permitida es igualmente de 9.015 euros. Así, cada titular puede obtener la deducción máxima por separado. Tomando de nuevo el ejemplo de la hipoteca media, la cuota anual abonada (7.596 euros) se dividiría en dos. A cada uno se le asignaría 3.798 euros, lo que supone una deducción de 570 euros y una ganancia conjunta de 1.140 euros. Para obtener el máximo deducible, cada uno tendría que amortizar 5.217 euros, lo que supone un total de más de 10.400 euros, pero la devolución de ambos ascendería a 2.700 euros.