"Sigo siendo fiel a lo que siempre he defendido"
Estudió Derecho y llegó a la moda por casualidad. En 25 años no se ha desviado ni un ápice de su estilo, limpio y elegante.
Sus creaciones son fáciles, elegantes, frescas, también sofisticadas, pero siempre honestas. Un concepto limpio, como la imagen que transmite el diseñador Ángel Schlesser, de aparente carácter tranquilo y reposado. Estudió Derecho pero el azar le llevó al sector de la moda en el que ya lleva un cuarto de siglo. La entrevista, la primera de esta serie en la que destacados profesionales hablarán sobre valores, se celebra en su estudio en el madrileño barrio de Chamberí.
¿Hay en estos momentos alguna receta para hacer frente a la crisis?
Quien la tenga que me la sople. Creo que hay muchos ingredientes importantes, como conservar la identidad, ser fiel a lo que has defendido siempre, no buscar lo barato porque sí. En definitiva, no renunciar a tu esencia.
¿Cuál es la esencia de Schlesser?
La fidelidad, tener una idea de ropa creíble, ponible, duradera por concepto y por la forma en la que está concebida y realizada.
¿Qué valores cree que urge recuperar para afrontar el bache que se está viviendo?
La honestidad, algo que siempre es necesario. Y no creo que en todas las épocas la gente haya actuado con ese criterio desafortunadamente. No son buenos tiempos, ni para los diseñadores ni para nadie. En temporada de crisis piensas más, le das más vueltas a las cosas. Aunque preferiría, la verdad, no tener que pensar más y que todo fuera rodado.
¿En época de bonanza se reflexiona menos?
Estás más a otras cosas, más centrado en el producto, en temas mucho más alegres. Ahora hay que hacer que todo cuadre.
¿Cuál es la decisión más severa que ha tenido que tomar?
Hemos tenido que cerrar dos tiendas, en Barcelona y en Bilbao, y hemos reducido plantilla. Pero también hemos abierto espacios en El Corte Inglés, que es hacia el modelo al que vamos a ir.
¿Es buen momento para expandirse en otros mercados?
Al inicio de mi andadura en el sector decidimos expandirnos, pero con la crisis del 92 nos centramos en el mercado nacional. Y lo hemos vuelto a retomar poco a poco antes de la crisis. El proceso de internacionalización es lento y terriblemente difícil. Estamos presentes en Inglaterra, Alemania, Bélgica, Francia, Turquía, Arabia Saudí, México DF. Iremos en breve a Asia. El negocio lo tenemos muy diversificado y vendemos fragancias en cerca de 80 países.
¿Qué le pide a los profesionales que trabajan con usted?
Interés por la compañía y por su trabajo. Soy muy exigente, no creo que sea maniático, pero sí muy perfeccionista.
¿La industria sigue siendo la asignatura pendiente de la moda?
La moda es un sector complejo. Desde los años 80 ha fallado la industria. No ha habido vocación de los diseñadores por buscar al industrial adecuado, Y ha fallado el marketing. La moda es imagen y no lo hemos sabido hacer, atraer la mirada de otros hacia nuestras pasarelas. En estos momentos, Jesús del Pozo está en manos de un industrial, y Miguel Palacio también trabaja con otro industrial. Es posible que haya más alianzas.
¿Estudia la posibilidad de incorporar a un socio?
Me encantaría tener un partner al que le exigiría muchas condiciones, pero sobre todo tener un criterio similar al mío. Es fundamental.
Si no fuera diseñador de ropa, ¿a qué se dedicaría?
A diseñar muebles, de forma artesanal. Es algo que me encanta y nunca es tarde para empezar.