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Soraya Sáenz de Santamaría Antón

La guardiana del traspaso

Lo solo suyo eran las leyes pero la conquistó la política. Rajoy apostó por ella nombrándola portavoz parlamentaria. Ahora, le ha confiado la tarea de pilotar el relevo del Gobierno.

La guardiana del traspaso
La guardiana del traspaso

En marzo de 2008, Mariano Rajoy apostaba por Soraya Sáenz de Santamaría para sustituir a Eduardo Zaplana en el difícil puesto de portavoz parlamentario. Era la primera mujer en dirigir la estrategia del Grupo Popular en el Congreso. Sin trayectoria política y sin padrinos dentro del partido. A la niña de Rajoy se la iban a comer con patatas en el Parlamento, dijeron muchos. "Hay gente que piensa que somos más débiles, y que si eres una mujer joven, ¡y que mide 1,50!, eres aún más vulnerable, solo porque físicamente eres pequeña. Me pasó también cuando me nombraron portavoz", reconocía en una entrevista. En tres años como portavoz en el Congreso, ha puesto orden en sus divididas filas y se ha convertido en una pieza clave del futuro Gobierno de Rajoy.

El día después de obtener mayoría absoluta en las elecciones generales, el líder del PP anunciaba su primer nombramiento político: Soraya Sáenz de Santamaría pilotaría el traspaso de poderes con el Ejecutivo saliente del PSOE. Todos la ven como la mujer fuerte del Gobierno. Su gran oportunidad le llegaba a los pocos días de estrenar maternidad. Soraya acaparaba el titular y la imagen, después de que los fotógrafos captaron en Génova a la orgullosa mamá enseñando una foto de su bebé en el móvil a sus compañeros de partido Cristóbal Montoro y Alicia Sánchez Camacho.

Soraya Sáenz de Santamaría, pucelana, 40 años, cambió las leyes por la política en el verano de 1999. La joven y prometedora abogada del Estado en León se había enterado de que el Gobierno buscaba asesores jurídicos y envío su currículum. Viajó en autobús con destino a La Moncloa, donde la entrevistó el desaparecido Francisco Villar, director de Gabinete de Mariano Rajoy, entonces vicepresidente del Gobierno.

Desde entonces, ha demostrado una férrea lealtad al jefe. Hace tiempo, la número dos por Madrid reveló que Rajoy le rompió los esquemas de lo que pensaba que era un político. "Me pareció una persona íntegra, reflexiva, muy práctica y con mucha seriedad". La asesora jurídica fue ganando poco a poco peso en el equipo personal de Mariano Rajoy. Hasta que en 2004, el líder le pidió su colaboración en el diseño del programa electoral del PP. Había llegado el momento de afiliarse al partido. Iba en el puesto 18 en la lista por Madrid. Se quedó a las puertas, pero consiguió su escaño cuando Rodrigo Rato se marchó al FMI. Se afilió en Madrid, pero ha mantenido siempre una excelente relación con el PP de Valladolid, asegura su presidente, Ramiro Ruiz Medrano. "Es sensible a cualquier iniciativa relacionada con su ciudad". Le agradece especialmente el esfuerzo que hizo al acudir a la presentación de los integrantes de las listas del PP de Valladolid, en vísperas de dar a luz.

Sus amigos del pueblo materno de Berlanga de Duero (Soria) no imaginaban que la chica de brillantes notas que durante el verano ayudaba en la panadería de sus tíos llegaría tan lejos en política. Álvaro López Molina, vecino de sus tíos y durante ocho años alcalde de Berlanga de Duero, destaca su capacidad de trabajo y su carácter decidido. Mientras la pandilla se divertía, ella estudiaba. "Se planteaba unas metas, y si eso suponía renunciar al ocio, no le importaba". Nada revelaba una ambición política, pero sí interés por los temas sociales y culturales. Ahora, Soraya está en primera plana. "Creo que es una persona muy adecuada para afrontar momentos como el actual", asegura Álvaro López.

Soraya Sáenz de Santamaría es la hija única de una familia de clase media. Se licenció en Derecho en la Universidad de Valladolid, con el mejor expediente de su promoción. Su vocación eran las leyes, así que empleó cuatro años en preparar su entrada en el Cuerpo Superior de Abogados del Estado, una de las oposiciones más duras para los licenciados en Derecho. El día que aprobó fue su mayor triunfo personal. "Era una carrera contra mí misma", admitió en una ocasión. Es también profesora asociada de Derecho Administrativo en la Universidad Carlos III de Madrid.

Su preparación intelectual es reconocida por sus adversarios políticos. Cuando Ramón Jáuregui, ministro de la Presidencia y encargado del traspaso de poderes por parte del Gobierno, negoció con la especialista en política territorial los estatutos de Cataluña, Andalucía y Valencia, comprobó que a la abogada del Estado le cabían todas las leyes en la cabeza. Sus posturas encontradas no impidieron que la relación fuera cordial. Es una mujer muy alegre, cercana y natural, dicen sus colaboradores, muy pegada a pie de calle. En esta última legislatura, se ha reunido con todo tipo de colectivos, señalan.

Hasta ahora ha llevado una vida normal, es fácil verla el fin de semana en el súper haciendo la compra. Su domingo ideal consiste en ver en la tele carreras de motos o coches mientras hace la comida, disfrutar con su marido de una película y leer. Si, además, el móvil no suena, la felicidad es completa. Soraya está casada con Iván Rosa, como ella abogado del Estado. Se casaron en el año 2005, en Brasil, por lo civil, en una ceremonia íntima a la que asistieron una treintena de invitados. No es dada a los excesos públicos. Tuvo bastante con una famosa entrevista en la que posaba con un sugerente vestido negro. "A Soraya hay que juzgarla por su actividad política", fue la respuesta de Rajoy a las críticas. Ahora, disfruta de su mejor momento, en lo profesional y en lo personal.

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