El Banco de Valencia, a la intemperie en Bolsa
La Bolsa cotiza expectativas. Las valoraciones se mueven según las previsiones de la economía y del futuro de las empresas. Banco de Valencia volvió a cotizar ayer después de estar dos días suspendido por la CNMV; cayó el 28,4%. El lunes, el Banco de España decidió intervenirlo y trasladó al FROB su gestión; el fondo inyectará 1.000 millones de euros de capital y le ha ofrecido una línea de crédito de 2.000 millones.
Pero ¿cuál es el destino de Banco de Valencia? ¿Qué está cotizando la Bolsa? ¿Es positivo o negativo que se reanude la negociación? En realidad, las referencias son difusas, teniendo en cuenta que el proceso de saneamiento y venta acaba de iniciarse. La alta exposición al ladrillo ha terminado por pasar factura a la entidad, que ha reconocido un déficit de provisiones de 562 millones, pero a fecha de marzo pasado; la cifra será previsiblemente más alta. Los inversores desconocen, por otro lado, los resultados del tercer trimestre, que aún no han sido presentados.
La CNMV decidió el miércoles levantar la suspensión de la cotización en línea con las directrices que se siguen con "carácter general", apuntó un portavoz. "La paralización de un valor tiene un coste elevado, en todos los sentidos, tanto para la empresa como para los inversores. El supervisor tiene en cuenta dos factores para suspender y levantar la cotización de un valor: la protección del inversor mientras está parado no se puede vender y la cantidad de información que hay en el mercado, y si ésta es simétrica que la tenga todo el mundo por igual", señalan desde la CNMV.
La reapertura de negociación de Banco de Valencia ha facilitado la salida de algunos inversores; contaba con unos 50.000 al cierre del primer semestre. No obstante, la operativa con sus acciones es difícil, porque tiene un capital flotante muy bajo.
El precedente más inmediato en este sentido es el de la CAM. La caja alicantina que también fue intervenida, no fue suspendida por la CNMV. Ayer cedió el 8,77%.
Remontándonos en el tiempo, nos encontramos con la intervención de Banesto en diciembre de 1993. Estuvo los primeros tres días sin negociarse, y luego, casi un mes.
Otro caso bien distinto fue lo que ocurrió con Martinsa Fadesa. En julio de 2008 solicitó concurso de acreedores y desde entonces los títulos están paralizados. Tampoco pueden hacer nada los accionistas de Indo y Dogi, que desde 2010 y 2009 no cotizan por los mismos motivos.
Nuria Álvarez, de Renta 4, no encuentra razones para que Banco de Valencia siguiera suspendida de cotización. "El efecto para el accionista sería el mismo. Los que quieran irse lo harían antes o después", comenta. A su juicio, la evolución del valor va a depender mucho del resultado que tenga la subasta de la CAM, cuyo plazo para presentar propuestas concluyó ayer. "En función de lo que se pague y de las condiciones, inclinará el valor a un lado u otro. Si el precio está por debajo de lo que está cotizando Banco de Valencia, sería muy negativo para el valor".
La entidad cerró la sesión a 0,53 euros por título, el nivel más bajo desde finales de 1996, que sitúan su capitalización en 261 millones. En septiembre, cuando se conoció la fusión entre Pastor y Popular, y al calor de especulaciones sobre próximas operaciones corporativas, ganó un 30% en tres jornadas.